Con inversiones por más de mil millones de dólares en Cuba y una creciente relación comercial y política con el gobierno de Fidel Castro, México cierra filas y habla fuerte contra los intentos de Estados Unidos de reforzar el bloqueo económico a la isla.
Gobierno y empresarios concertan estrategias para oponerse a la llamada ley Helms-Burton, cuyas implicaciones de carácter extraterritorial generan rechazo en varias parte del mundo, mientras académicos critican al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, por promover la cuestionada norma.
"La ley viola la soberanía, muestra la prepotencia de sectores conservadores y abre un frente de conflicto internacional", dijo a IPS el alemán Heinz Dietrich, investigador y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
La norma, aprobada por el Senado y el Congreso de Estados Unidos tras un acuerdo alcanzado con el Ejecutivo después de que la Fuerza Aérea de Cuba derribó dos avionetas de una organización de exiliados, endurece el bloqueo a la isla y amenaza con sanciones a quienes negocien con el gobierno de Castro.
Los países de la Unión Europea, Canadá y México, entre otros, rechazan la nueva ley y anuncian que la impugnarán en foros internacionales como la Organización Internacional de Comercio.
Para los inversionistas mexicanos, que mantienen vínculos con Cuba desde hace varias décadas, uno de los principales temores actuales es perder dinero y enfrentar problemas legales con Washington.
"Además de perder nos preocupa sobremanera que alguien pretend aplicar leyes extraterritoriales", señaló este viernes Juan Elek, presidente del Consejo Empresarial para Asuntos Internacionales.
"Hoy es un problema bilateral con Cuba, luego podría pasar lo mismo con otro país. Esto no puede permitirse por el bien del comercio internacional", expresó Elek.
Fiel a una tradición diplomática que ha cuestionado desde los años 60 el bloqueo económico que Washington impone a la isla, el gobierno de México sostiene que la ley Helms-Burton, también conocida como Acta para la Libertad Cubana y la Solidaridad Democrática, ignora el principio de "respeto a la soberanía".
"En su letra y espíritu, la ley es contraria a los principios contenidos en la carta de las Naciones Unidas", apuntó la Cancillería.
En los últimos días, empresarios mexicanos se han reunido con funcionarios de gobiernos para analizar las implicaciones que tendría la ley estadounidense y definir medidas para no entorpecer los negocios que mantienen con Cuba.
Se conoció además que se realizan contactos con otros países que tienen inversiones en la isla y que se oponen a la nueva ley, con el objetivo de buscar la anulación de la norma.
México tiene en Cuba inversiones en la industria petrolera y en áreas como turismo, producción textil y comunicaciones, que según cifras oficiales superan mil millones de dólares.
El gobierno de Castro ha señalado en varias ocasiones que considera a México un socio seguro, pues fue el único país de América Latina que no rompió relaciones con La Habana en la década de 1960, pese a las presiones de Estados Unidos.
México y Cuba, cuyo comercio global en 1995 llegó a 363,2 millones de dólares, 95,9 por ciento más que en 1994, tienen suscritos alrededor de 150 programas de intercambio educativo, cultural y científico.
El canciller de Cuba, Roberto Robaina, quien este jueves visitó México por unas horas, anunció, antes de reunirse con su par José Gurría, que los próximos días realizará gestiones en otros países para buscar apoyo contra la ley Helms-Burton.
La norma, que estipula que no podrá levantarse el bloqueo a La Habana hasta que se cumplan 12 condiciones, entre ellas que Castro se retire del poder, permite demandar en cortes estadounidenses a extranjeros que inviertan en la isla.
Es inaceptable que se pretenda someter a una jurisdicción extranjera a personas que libremente decidan tener negocios con Cuba, dijo el gobierno mexicano.
Miguel González, consultor de la Cancillería, informó que las autoridades estudian las acciones legales que podrían interponer empresarios locales en Estados Unidos para evitar que la nueva ley les afecte.
Para Heinz Dietrich, la "injusta norma contra el pueblo de Cuba" es producto del ambiente político que prima en Estados Unidos de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
El presidente Clinton, que en 1995 dijo que vetaría la ley Helms-Burton, "hoy es presa de sus afanes presidencialistas y parece dispuesto a pisotear a cualquiera para conseguir su objetivo", opinó. (FIN/IPS/dc/96).