La "crisis de las avionetas" causará a Cuba pérdidas superiores a 300 millones de dólares este año, sólo como resultado del fin de los vuelos entre Miami y esta capital, según especialistas locales independientes.
Los cálculos, considerados conservadores, parten de la baja coyuntural que sufrirá la que comenzó a denominarse "la rentable industria de la emigracion".
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, suspendió el 26 de febrero los vuelos charters entre ambos países, como parte de las sanciones aplicadas a Cuba por el derribo de dos avionetas civiles por las fuerzas aereas de la isla.
Sin considerar los efecto que acompañarán a la aprobación de la ley Helms-Burton para endurecer el bloqueo al país caribeño, expertos locales comenzaron a sacar sus cuentas sobre el posible impacto del fin de los vuelos.
Aunque se espera que los cubanos radicados en Estados Unidos busquen vías alternativas de comunicación familiar por terceros países, lo más probable es que se produzca un descenso inicial de los contactos como respuesta automática a las medidas.
"La primera reacción de los cubanos a la crisis de las avionetas fue comunicarse entre ellos", dijo a IPS un empleado la empresa telefónica local, quien aseguró que solo el 26 de febrero se realizaron más de 40.000 llamadas entre ambos países.
Expertos estiman que la deprimida economía cubana capta más de 700 millones de dólares anuales por trámites migratorios, envío de paquetería, llamadas telefónicas, remesas monetarias y gastos durante las visitas de los emigrados a la isla.
Además de las entradas directas a la economia, los contactos familiares constituyen una de las formas principales que tienen los habitantes de la isla para resolver algunas de sus necesidades más urgentes.
"Si no fuera por mi hermano en Miami no hubiera tenido las medicinas que necesito", dijo Gustavo Vázquez, un diabético de 62 años que como otros cubanos recibe la ayuda de sus familiares desde el comienzo de la crisis económica en 1989.
Los cubanos radicados fuera de Cuba envían a sus parientes cercanos en la isla desde dinero, ropa y zapatos, hasta todo tipo de medicamentos, incluyendo aspirinas.
Representantes de agencias de viaje radicadas en Florida aseguraron que el cierre de los vuelos puede generar pérdidas multimillonarias a ambas partes por concepto de pasajes, derechos de aterrizaje, servicios aeroportuarios, visas y otros rubros.
Estadísticas publicadas en la prensa estadounidenses aseguran que durante los primeros nueve meses del año pasado viajaron a la al país caribeño 12.000 cubanos residentes en Estados Unidos y 18.000 en el último trimestre.
El auge de visitas familiares para finales de año surgió con el paso dado por Clinton, en octubre, para propiciar un transito pacífico a la democracia en Cuba.
Entre las medidas de "flexibilizacion del bloqueo" se incluyeron el aumento de los contactos entre ambos países, incluída la autorización de los viajes de cubanos a la isla por motivos humanitarios y sin necesidad de un permiso especial.
Como parte del crecimiento del tráfico aéreo, a partir de enero las agencias de viaje duplicaron su capacidad hasta 1.700 plazas semanales en ocho vuelos, incluídos dos Boeing 747 para más de 300 pasajeros cada uno.
Según el diario "El Miami Herald", sólo por gastos de viaje e impuestos de ingreso los cubano emigrados dejaron en la isla 117 millones de dólares el pasado año.
"El monto podría ser aún superior, pues cualquier estadística en esta área está sujeta a disímiles fuentes y está fuera de un control fidedigno", comentó un especialista del Centro de Estudios de la Economía Cubana.
Expertos locales aseguran que "la industria de la emigración" llegó a constituir una de las principales vías de ingreso de divisas a la isla junto al turismo, que aportó 1.000 millones de dólares al cierre de 1995.
Cualquier medida que afecte a estas entradas es visto con alarma en Cuba, país que vive la peor crisis económica de este siglo y donde cada centavo de la cuenta en divisas es controlado por las autoridades.
Sin embargo, funcionarios locales confían en que el impacto será moderados si los cubanos buscan salidas alternativas a las sanciones, como ocurrió cuando la crisis de los balseros de 1994.
Por otro lado, el mantenimiento hasta el momento del envío de remesas a familiares y de las llamadas telefónicas deja abierto dos fuentes importantes de ingresos en el contexto económico denominado "comunidad cubana en Estados Unidos".
Expertos locales estiman que las ganancias netas por llamadas telefónicas superaron los 100 millones de dólares el año pasado y el envío de dinero a familiares podría triplicar esa cifra.
"Aunque los cubanos encuentren vías alternativas, el flujo disminuirá", dijo un experto del Centro de Estudios de la Economía Cubana, debido al encarecimiento del viaje o del envío de remesas a través de terceros paises. (FIN/IPS/da/ag/ip-if/96)