CUBA-EEUU: Las tensiones son cada vez más "normales"

Las tensiones entre Cuba y Estados Unidos podrían recuperar su nivel habitual tras el final feliz del último episodio protagonizado por una flotilla anticastrista y la decisión de Washington de no permitir una violación de las fronteras cubanas.

Escoltadas por guardacostas estadounidenses de un lado y observados por más de 60 medios de prensa del otro, 18 embarcaciones arrojaron flores en las aguas internacionales cercanas a las costas de Cuba el pasado sábado.

El acto se produjo em homenaje a cuatro tripulantes de aviones civiles de la organización de exiliados "Hermanos al rescate", derribados hace una semana por las fuerzas aéreas cubanas tras haber violado el espacio aéreo de la isla, según las autoridades.

Fuentes oficiales aseguraron que tanto en Washington como en La Habana autoridades de ambos gobiernos mantuvieron contactos para garantizar que la nueva incursión no terminará en el hundimiento de alguna nave o el derribo de alguna avioneta.

"La crisis de las avionetas podría ser sólo un paréntesis en un proceso de distensión que tendrá que producirse algún día", dijo un especialista del Centro de Estudios de Estados Unidos e Cuba, pero aclaró que "todavía era muy rápido para sacar conclusiones".

Para Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, los hechos del sábado último pasaron a la historia por ser la primera vez que autoridades estadounidenses impidieron una violación de la soberanía cubana por orden expresa del presidente.

Según Alarcon, si alguna nave hubiera penetrado en aguas jurisdiccionales cubanas Washington hubiera tenido que impedir el avance, o convertirse en responsable y cómplice de lo que pudiera ocurrir.

Carlos Fernández de Cossio, jefe del departamento América de la Cancillería, advirtió el jueves que Cuba tomaría medidas en caso de que la flotilla organizada para el sábado pasado hubiera decidido penetrar las aguas o el espacio aéreo de la isla.

Observadores locales vieron en el gesto estadounidense la copia en minúscula de agosto de 1994, cuando una decisión abrupta del gobierno cubano obligó a la administración de Bill Clinton a asumir una posición moderada.

Durante la famosa crisis de los balseros, el presidente Fidel Castro declaró la apertura de las fronteras como válvula de salida a los primeros disturbios antigubernamentales de las últimas tres décadas.

Tras la reacción inicial por medio de un conjunto de sanciones contra Cuba, la crisis de los balseros se canalizó en conversaciones migratorias y tuvo su colofón en un acuerdo que libró a Estados Unidos de la emigración ilegal cubana pero lo comprometió a aceptar 20.000 emigrantes cubanos cada año.

Con el derribo las dos avionetas civiles, Cuba usó la medida más drástica posible para poner fin a las incursiones de "Hermanos al rescate" en momentos en que la atención estaba focalizada en la prohibición de una reunión de la oposición interna.

"En agosto de 1994 Cuba quería poner fin a la emigración ilegal y lo logró. Ahora quería que Estados Unidos tomara medidas para evitar violaciones de su espacio aéreo y parece que lo va a lograr", comentó un profesor universitario.

Al mismo tiempo, expertos locales aseguran que todavía no se ha dicho la última palabra en cuanto a la puesta en vigor del proyecto de ley Helms-Burton por cuanto "podría convertirse en una camisa de fuerza para los propios Estados Unidos".

Con el paso de los días las medidas anunciadas por Clinton no quitaron más el sueño a los cubanos, que están seguros de poder usar su imaginación para mantener los contactos con sus familiares en Miami a través de terceros países.

Consideradas "injustas" por la oficialidad en la isla e "insuficientes" por la oposición a Castro, las sanciones estadounidenses incluyen el fin de los vuelos Miami-Habana, propiciar una condena internacional y aprobar la Helms-Burton.

Sin embargo, Cuba podría pasar de acusada a acusadora una vez que logró sustraerse a la ofensiva diplomática de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y convocó a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Una emisora de radio local dijo este lunes que la respuesta afirmativa de la Asamblea a la petición del canciller cubano, Roberto Robaina, es "un gesto que habla por sí solo".

Robaina realizó una amplia ofensiva diplomática desde su llegada a Nueva York, el martes 27, y espera contar con el apoyo mayoritario del foro, que el pasado año condenó el bloqueo estadounidense a la isla por 171 votos a favor y 3 en contra.

Para ganar otra jugada Cuba estaría contando con que la acordada investigación de la Organización Internacional de la Aviación Civil no se salga de los límites puramente técnicos.

Como adelanto, las autoridades pusieron sobre la mesa parte de sus cartas ocultas con la presentación, el domingo, de las llamadas "pruebas inequivocas" del lugar donde ocurrieron los hechos del 24 de febrero.

A la presentación pública de Juan Pablo Roque, ex piloto de "Hermanos al rescate", se sumó un grupo de objetos técnicos que incluye un maletín, cartas náuticas y un cargador de batería.

Contrario a lo esperado en momentos de crisis, la relatoria oficial de los hechos y el grupo de "objetos técnicos encontrados" fueron presentados por el Noticiero Nacional de Televisión y no por el presidente Fidel Castro.

Aunque Castro aún podría pronunciarse, observadores locales aseguran que su ausencia pretende "bajar el nivel" a una crisis que no ha tenido grandes influencias en la via cotidiana de la isla.

El presidente podría estar esperando por los resultados de las gestiones iniciadas en Naciones Unidas y las conclusiones de la investigación que iniciará la Organización de la Aviación Civil este miércoles 6.

Según la fuente oficial, "el grupo de objetos tecnicos" fue encontrado a las 10 de la mañana del domingo 25, a 9,3 millas de las costas cubanas, cuando se realizaban las operaciones indicadas de búsqueda y salvamento.

El hallazgo se muestra como prueba de que los hechos ocurrieron en aguas jurisdiccionales cubanas pues, de acuerdo a fuentes oficiales, las condiciones climatológicas de esos días garantizaron un comportamiento normal de las corrientes en la zona.

Según los especialistas, las condiciones naturales del área provocan que cualquier cosa que caiga a las aguas sea arrastrada mar afuera y nunca llevada hacia tierra.

Además de las pruebas materiales, el documental reprodujo las grabaciones de las comunicaciones intercambiadas entre la fuerza aérea cubana y los pilotos de "Hermanos al rescate".

Las cintas reproducidas indcian que fue el propio José Basulto, presidente de ese grupo, quien respondió que los tripulantes estaban concientes del peligro que corrían cada vez que atravesaban el paralelo 24, pero que lo harían en su "condición de cubanos libres".

El reporte especial ofreció una cronología detallada del desarrollo de los acontecimientos desde que, por primera vez en ese día, la fuerza aérea cubana pasara a estado de máxima alerta en la mañana local.

"La última palabra está aún por decir", dijo una fuente cercana a la cancillería y llamó la atención sobre el hecho de que "tras la reacción inicial Cuba dejó de culpar en primera instancia a Estados Unidos para empezar a responsabilizar a la derecha cubana de Miami". (FIN/IPS/da/dg/ip/96)

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