El presidente de Cuba, Fidel Castro, aseguró que, más que un "milagro económico" los ciudadanos de su país han protagonizado un "un milagro político".
"El socialismo y la revolución no tienen alternativas en Cuba", afirmó Castro en un llamado a fortalecer la acción ideológica como respuesta a la gran hostilidad de Estados Unidos contra la isla.
Según Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), la eficiencia económica forma parte de la "batalla ideológica" que libran las autoridades contra cualquier esfuerzo externo de destruir el socialismo.
El único diario de circulación nacional reseñó, este martes, los principales momentos de un inesperado pleno del comité central de la organización partidista que ostenta el poder desde su surgimiento, en 1965.
Considerado el máximo órgano de dirección entre cada congreso, el quinto pleno del PCC analizó la situación económica, política y social del país a un mes del inicio del último conflicto entre Cuba y Estados Unidos.
La llamada "crisis de las avionetas", provocada por el derribo de dos avionetas civiles por la aviación cubana el 24 de febrero, condujo a la aprobación por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, de la ley Helms-Burton, que endurece el bloqueo a la isla.
La insistencia en la "batalla ideológica" parece confirmar pronósticos de especialistas locales, según los cuales el gobierno intentaría resaltar la "vigencia del socialismo" una vez que se verificara el despegue de la economía cubana, en crisis desde 1990.
El retorno con fuerza de un discurso en ese sentido se observó en 1995, al consolidarse la posibilidad de la existencia de un modelo nacional que salvara las conquistas sociales de las últimas décadas y la soberanía nacional.
Analistas locales temen que una ley como la Helms-Burton implique un retroceso en el proceso de apertura interna y de la tolerancia oficial contra corrientes alternativas no opositoras.
"Nunca nos fue más necesaria la ideología revolucionaria que hoy", afirmó Castro.
El mandatario descartó que las autoridades cubanas hubieran tan siquiera pensado en renunciar a la opción socialista a la hora de proyectar la estrategia de desarrollo para superar la crisis económica.
Aunque buena parte de los cubanos no son tan categóricos a la hora de definir "hacia dónde va Cuba", lo cierto es que para la mayoría los tiempos de la "incertidumbre absoluta" pasaron con el tímido inicio de la recuperación económica.
Entre el IV Congreso del Partido Comunista y este último pleno, los cubanos vivieron el tránsito de un país que parecía no hacer nada por salir de la peor crisis de los últimos 30 años a otro donde las reformas económicas sorprendían una tras otra.
En tres años el gobierno legalizó el dolar, inició el saneamiento financiero, amplió el trabajo por cuenta propia, autorizó pequeños restauranes privados, entregó tierras estatales a campesinos privados, incentivó la apertura externa e implementó el inicio de las reformas estructurales de la economía.
"La situación que enfrentamos es difícil, compleja, pero es también radicalmente diferente a la que tuvimos en estos años atrás", afirmó el vicepresidente Carlos Lage durante una intervención sobre la situación económica de la isla.
Lage exigió "realismo" a la hora de analizar crecimientos que reflejan un despegue de determinados sectores económicos pero que parten de niveles muy bajos y, en muchos casos, descansan en financiamientos externos pagaderos a corto plazo.
En 1995 la economía creció 2,5 por ciento y se prevé que lo haga en cinco por ciento este año. Entre 1989 y 1993 el Producto Interno Bruto (PIB) había caído 34 por ciento.
Lage alertó que a la hora de informar a la población no se puede olvidar que cuando se habla de crecimiento se está haciendo referencia a niveles ' insatisfactorios" y "distanciados todavía de las necesidades del país".
Según el informe presentado al pleno, el "difícil, complejo y largo" proceso de recuperación de la economía sigue su curso, con un crecimiento del PIB de siete or ciento en los primeros tres meses de este año.
Reconoció que en las condiciones actuales el turismo se convierte en el área de la economía más promisoria.
De acuerdo con el informe oficial los mayores crecimientos en la esfera productiva se registran en el azúcar, que deberá alcanzar tres millones de toneladas esta semana, el níquel, el cemento, la industria de fertilizantes y en algunos cultivos agrícolas como los cítricos.
En los dos primeros meses de este año la liquidez monetaria se redujo en 88 millones de pesos, el dólar pasó de 35 a entre 20-22 pesos en el mercado de cambios informal y los cubanos que optaron por el autoempleo ascendieron a 208.000.
"La inversión extranjera es necesaria, es importante, tenemos que promoverla, pero no es el factor esencial de nuestra economía", aseguró Lage y subrayó que "la mayor reserva del crecimiento está en el esfuerzo interno".
Según el informe del PCC las empresas surgidas de la inversión extranjera emplean sólo a cinco por ciento de la fuerza de trabajo y en 1995 aportaron tres por ciento de los ingresos del país.
El pleno del Comité Central previó que en los próximos meses continuará la introducción gradual y progresiva de los impuestos al trabajo por cuenta propia, seguirá su curso la política recaudatoria de circulante y no se aplicará ningún incremento de salarios.
"El peso de nuestra economía es y seguirá siendo estatal", aseguró Lage al resaltar que la recuperación dependerá en lo esencial del esfuerzo que se realice en ese sector.
Aunque para los observadores el paquete de reformas llegó a "cuentagotas" y muchas veces cuando "no quedaba más remedio", el presidente Castro sostuvo que la dirección del país no tiene que "arrepentirse" de las medidas tomadas ni de la forma en que se adaptaron.
La "batalla ideológica" que se inicia tiene que ser conducida no sólo de los militantes del Partido Comunista sino por todos los cubanos, por lo que es esencial "ganar la opinión pública dentro y fuera del país", insistió. (FIN/IPS/da/dg/ip-if/96)