Las instituciones de defensa de la mujer de Costa Rica confían en que una ley contra la violencia doméstica, aprobada el jueves en la noche por la Asamblea Legislativa, reduzca las cifras de agresión, pero advirtieron que no acabará con la impunidad de los agresores.
La ley brindará protección especial en los casos de violencia sexual entre parejas y de agresión sicológica y resguardará a madres, niños, mayores de 60 años y personas discapacitadas.
El texto reconoce cuatro tipos de violencia: sicológica, física, sexual y patrimonial. Quienes cometan actos de este tipo se exponen a medidas como la expulsión inmediata del domicilio común, el embargo preventivo de bienes y allanamiento de morada.
Zayra Salazar, directora de la Delegación de la Mujer – dependiente del Ministerio de Justicia- señaló que la ley tiene sobre todo un valor preventio, porque en caso de denuncia el agresor puede ser sacado inmediatamente de la casa.
Uno de los mayores valores de la nueva legislación es que se reconoce por primera vez la agresión sicológica, indicó. Hasta ahora ese no era motivo para que un hombre fuera sacado de su hogar.
En Costa Rica la violencia doméstica ha cobrado niveles alarmantes. Según las últimas cifras de la Delegación, en los dos primeros meses del año se presentaron 2.000 denuncias por agresión.
En 1995, un total de 11 mujeres fueron asesinadas por sus cónyuges.
Zalazar considera, sin embargo, que el dispositivo legal no acabará con uno de los grandes problemas, la impunidad de los agresores ante los tribunales de justicia, favorecidos por criterios blandos de los jueces que convierten una tentativa de homicidio en una contravención menor.
"Lo único que reducirá la impunidad es la aplicación estricta del Código Procesal Penal", dijo Salazar.
Tambièn indicó que la nueva ley es importante como instrumento de prevención y protección a la mujer pero no tipifica la agresión sicológica como un delito.
"En la Delegación hemos tenido casos de mujeres que han sido internadas durante meses en un hospital psiquiátrico por las agresiones psicológicas de sus compañeros, pero esto los médicos no lo valoran como delito", concluyó. (FIN/IPS/mso/dg/pr-hd/96).
