Con una marcha «por la paz y por la vida» miles de costarricenses desfilaron hoy en silencio por la principal avenida de esta capital para exigir la liberación de dos europeas, secuestradas el 1 de enero por un grupo que se dice guerrillero.
La marcha, convocada por la Universidad para la Paz y en cuya organización participaron grupos ecuménicos, gobierno y familiares de las secuestradas, reunió a varios miles de personas que respaldaron el llamado a acabar con la violencia que sacude a Costa Rica.
Los secuestradores de la alemana Nicola Fleuchaus y la suiza residente en Costa Rica Susana Sigfried habían dado plazo hasta este viernes para que el gobierno entregara un millón de dólares y un millón de colones a cambio de la libertad de las rehenes.
Amenazaron con tomar medidas más fuertes, entre ellas la suspensión de la alimentación a las dos mujeres, si el gobierno no cumplía.
Los familiares de las europeas ofrecieron a los secuestradores negociar directamente, pero sus llamados no fueron escuchados.
El grupo, que se hace llamar «Comando Viviana Gallardo», tomando el nombre de una joven que a principios de los 80 participó en la lucha guerrillera y que fue posteriormente asesinada en prisión, también hizo peticiones de carácter social.
En los cuatro mensajes que dejó durante estos dos meses, reiteró que sus acciones obedecen a «un problema personal con el gobierno», al que acusan de haber empobrecido a la población, y demanda un incremento salarial de 18 por ciento para los empleados públicos y el congelamiento de precios de la canasta básica.
En un principio, todos los sectores políticos opinaron que el secuestro no tenía motivaciones políticas, como quería aparentar el comando, y que sólo se trataba de un acto extorsivo.
Sin embargo, esta semana el presidente del opositor Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) armó gran revuelo cuando declaró que el grupo secuestrador es guerrillero y de izquierda y conminó al gobierno de José María Figueres a reconocerlo así y no ocultar más la situación.
Pacheco dijo no tener información especial sobre el caso y que su opinión parte del sentido común, porque si fueran delincuentes comunes no habrían podido permanecer dos meses en la montaña, con gran cantidad de armamento y provisiones.
Pero Manuel Mora, un experto en cuestiones militares e hijo del extinto fundador del Partido Comunista de Costa Rica, del mismo nombre, descartó que se tratara de un grupo guerrillero, porque uno de sus reclamos iniciales fue la liberación de dos hermanos que en 1993 tomaron la Corte Suprema de Justicia y retuvieron a 16 magistrados.
«?Qué organización guerrillera con tres dedos de frente pide la liberación de los hermanos encarcelados por el secuestro de los magistrados? La petición del Comando Viviana Gallardo me permite valorar la seriedad o no de la organización», dijo el analista.
Mora consideró el secuestro como una consecuencia de las guerras en América Central, «donde existe una amalgama de elementos muy grande y en ella Costa Rica no es la excepción».
Esa mezcla hace que ahora sobrevengan las confusiones delictivas con matices ideológicos, opinó.
En el acto central de la manifestación de este viernes, el vicepresidente Rodrigo Oreamuno pidió a los secuestradores prolongar el plazo determinado hasta esta jornada y aseguró que el gobierno establecerá contacto con ellos la próxima semana.
Entretanto, en un mensaje dejado a los organizadores, el ex presidente de Costa Rica y premio Nóbel de la Paz 1987 Oscar Arias rechazó la vinculación de la violencia con las reivindicaciones sociales y económicas de la población.
Finalmente, en un texto que pretendió ser de consenso leído por una estudiante de secundaria, los organizadores de la marcha pidieron a la población que ponga fin a la falta de solidaridad, a la indiferencia y al individualismo que caracterizarían al costarricense. (FIN/IPS/mso/dg/ip/96)