La Organización No Gubernamental (ONG) holandesa Pax Christi propuso hoy la creación de un relator de derechos humanos en el departamento de Urabá, uno de los más afectados por la violencia en Colombia, y creó una institución de enlace para intervenir en las negociaciones de paz en el área.
El gobierno de Ernesto Samper considera que la creación de la figura de relator de derechos humanos sería una sanción para Colombia.
La institución de enlace propuesta, que se llamaría Oficina de Presencia Internacional, se encargaría de la coordinación de las conversaciones de paz entre las autoridades y los grupos armados que operan en Urabá.
Por otra parte, Pax Christi decidió, al igual que otras ONG europeas, prescindir de la cooperación del gobierno de Colombia para la concreción de proyectos en Urabá financiados con fondos de la Unión Europea (UE).
Esos programas serán ejecutados directamente con las comunidades de la zona.
La semana próxima llegará a Colombia una comisión técnica de la UE para estudiar la viabilidad de proyectos en salud, educación, derechos humanos y vivienda.
La situación en Urabá estará en el centro de los debates que mantendrá sobre Colombia el día 18 en Ginebra la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Durante su estadía en Urabá, la delegación de Pax Christi se reunió con jefes de grupos paramilitares del área.
"Los paramilitares dicen que no van a parar porque quieren erradicar la guerrilla de la zona", indicó Luduine Zupolle, directora para América Latina de la ONG holandesa.
"Nosotros les hemos dicho que por lo menos 'humanicen' la guerra y dejen a la población civil en paz. Respondieron que estaban en eso", señaló.
Pax Christi no estableció ningún contacto con los grupos guerrilleros de extrema izquierda que actúan en esa zona.
La guerrilla reconoce la necesidad de "humanizar" el conflicto pero "igual viola" los derechos de la población civil, estimó Zupolle.
Al igual que Zupolle, el obispo de Rotterdam y presidente de Pax Christi Adriano Van Luyn, y el sacerdote y secretario general de la ONG Jan Ter Laak, concluyeron que Urabá está habitada por "campesinos atemorizados".
"Hay decenas de viudas con cinco y seis hijos, solas, víctimas del atropello de ambos lados. La mujer es doblemente golpeada e incluso tiene que hacerse cargo de sus nietos porque también matan a los padres de éstos», afirmó Zupolle.
"La gente quiere que la guerrilla se vaya pero también los paramilitares. Todo el mundo está atemorizado. No pudimos hablar con casi nadie pudimos hablar y para rematar los militares estaban todo el tiempo encima de nosotros», destacó.
«Lo primero que se debe hacer es conseguir que las partes en conflicto se sienten a dialogar», consideró a su vez Van Luyn, informando que entregará un informe sobre los resultados de la visita a los organismos de derechos humanos de Naciones Unidas, en Ginebra.
El informe se sustentará en las denuncias de violaciones a los derechos humanos y entrevistas a campesinos, dirigentes sindicales, militares y delegados eclesiásticos que la comitiva de la ONG mantuvo durante su recorrido por las localidades bananeras de Urabá.
La delegación de Pax Christi servirá de enlace para las visitas de otros organismos internacioinales a la región. (FIN/IPS/amg/dg/ip/96)