La organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional (AI) teme que los países de Europa se sometan a la presión de China y bajen el tono de sus críticas para salvar su floreciente comercio con el gigante asiático.
AI comenzó este miércoles una campaña para reclamar a los empresarios de todo el mundo que exijan a Beijing respeto a los derechos humanos.
La organización sospecha que los cuestionamientos a China a discusión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) quedarán atascados por las presiones del gobierno del primer ministro Li Peng.
Un proyecto de resolución que deplora los abusos en la materia y cuenta con el respaldo de Estados Unidos y la Unión Europea será presentado después de la sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra a fines de este mes.
Anita Tiessen, directora de prensa de AI, dijo a IPS en Bangkok que se prevé un repliegue de los países europeos con respecto a la iniciativa.
Michel Forst, director de la filial francesa de AI, sostuvo por su parte que Beijing intentará frustrar el proyecto. Li Peng realizará una visita oficial a Francia el mes próximo.
El gobernante "seguramente esgrimirá argumentos basados en las consecuencias políticas y económicas para convencer a los gobiernos europeos de que no firmen ninguna resolución que condene a China", dijo Forst a IPS.
AI duda que la resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU resulte aprobada, pues Beijing ejerce constantes presiones a los países miembros del foro mundial para bloquearla, posiblemente con ofrecimientos de ayuda y apoyo financiero.
"Seguramente, China hace soñar a otros países con su gran mercado. Pero debemos recordar que los derechos humanos son esenciales en todo el mundo, y que nadie debe ser torturado, detenido arbitrariamente o ejecutado por sus convicciones personales", dijo el senador de Francia Robert Badinter.
El canciller de China, Qian Qichen, aseguró que las críticas hacia su país respecto de los derechos humanos constituyen un regreso a la "guerra fría".
El lanzamiento del nuevo informe de AI sobre China, titulado "Nadie está seguro", coincide con una nueva campaña para reclamar respeto a los derechos humanos en la nación asiática.
La Unión Europea enfatizó en las condiciones de pobreza de los horfanatos estatales en China en sus alegatos ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Según denuncias de la organización Human Rights Watch/Asia, más de la mitad de los niños en una institución de Shangai murieron a menos de un año de su ingreso.
Beijing también es criticada por su tratamiento a disidentes o presos, así como por los juegos de guerra que desarrolla cerca de Taiwan, país al que considera una provincia renegada.
Un informe reciente del Departamento de Estado de Estados Unidos asegura que "casi todos los disensos contra el gobierno fueron silenciados por la intimidación, el exilio o la prisión mediante detenciones administrativas".
Marc de Montalembert, presidente de la filial francesa de AI, sostuvo que "la nueva política de China es priorizar la estabilidad, y la represión es la respuesta del gobierno a los problemas que genera el rápido crecimiento económico".
"China está reforzando sus vínculos con el mundo occidental, pero se ve en situaciones desconcertantes debido a sus violaciones a los derechos humanos. Pudo acallar las críticas, pero debe sensibilizarse ante los reproches internacionales", agregó.
La campaña internacional pretende alentar el debate dentro de China para que la población local presione al gobierno. "¿Cómo descuidar a la quinta parte de la población del mundo?", se preguntó De Montalembert. (FIN/IPS/tra-en/rc/ao/rj/mj/hd/96)