La expansión de enfermedades de trasmisión sexual (ETS) entre los jóvenes del Caribe alcanza 468 por ciento en relación a niveles anteriores, cuestionando la efectividad de las campañas de prevención del sida.
Las razones para el aumento de la actividad sexual sin protección son varias, pero los resultados son preocupantes. Jamaica, por ejemplo, registró en 1994 el mayor número de casos de sífilis en la región, con 1.266 infectados.
En ese mismo año, la isla registró un aumento de 1,3 por ciento en la transmisión de ETS en menores de entre 10 y 14 años. En Suriname, el índice de aumento de la gonorrea fue de 279 por ciento a partir de un aumento estimado en cero en 1993.
La transmisión de gonorrea y sífilis y del virus del sida en las islas Vírgenes, Antigua y Barbuda, Santa Lucía, Belice, Bahamas, Turcas y Caicos, Bermuda, Trinidad y Tobago y Domínica, alcanza 468 por ciento en relación a índices anteriores.
Barbados, en el este del Caribe, es la única isla sin un incremento de las infecciones de gonorrea y sífilis desde 1992.
Autoridades de la salud caribeñas manifestaron su preocupación porque, a pesar de los intentos hechos por centros de enseñanza, el sector privado y los gobiernos para reducir la tendencia a las prácticas sexuales no seguras, el mensaje de prevención ha sido desoído.
"El motivo por el cual los adolescentes continúan teniendo relaciones con varias parejas sin utilizar condones, a la luz de la creciente expansión de enfermedades de trasmisión sexual que amenazan la vida, todavía nos deja perplejos", dijo Sheryl O'Neil, encargada de comunicaciones de la Unidad de Investigación Epidemiológica del Caribe (CAREC), con sede en Trinidad y Tobago.
Autoridades de la salud atribuyen a los valores culturales un papel central en la decisión de los jóvenes de correr riesgos durante las relaciones sexuales.
En la cultura caribeña, los varones, que inician su vida sexual mucho antes de los 15 años atribuidos a las muchachas, tienen varias parejas como forma de probar que han entrado a la edad adulta.
Además, algunos mitos hacen correr a las jóvenes mayor riesgo de contraer ETS. En Jamaica, por ejemplo, se cree que un hombre se liberará de una ETS si tiene relaciones sexuales con una virgen.
También opera el factor económico. En las sociedades donde el desempleo afecta a grandes sectores, con una tasa de 20 por ciento en la región, y donde se opera el ajuste estructural, los más jóvenes recurren a la prostitución como medio de ganarse la vida.
La gente pobre de la región tiene muy pocas opciones para la supervivencia económica, dijo Tirbani Jagdeo, presidente de la Asociación de Planificación Familiar del Caribe (CFPA).
Muchos hogares en la región dependen de la jefatura de un solo progenitor, en general la madre, alcanzando 46 por ciento del total en Jamaica, y los menores a menudo se ven obligados a colaborar o deben sobrevivir por sí mismos a edad temprana.
Una encuesta de uso de anticonceptivos en Jamaica reveló que 62 por ciento de las adolescentes de 13 y menos años tuvieron como compañero de su primera relación sexual a un joven al menos seis años mayor.
Menos de la mitad de estas jóvenes, o 43 por ciento, utilizaron un método anticonceptivo en el primer coito, mientras 22 por ciento de sus compañeros utilizaron preservativos.
Richar Reid, médico que trabaja con adolescentes en comunidades marginadas de Kingston, dijo que "las jóvenes son coaccionadas a mantener relaciones sin protección por estos hombres mayores que ellas, quienes buscan un contacto directo".
Según Peter Weller, psicólogo de la Unidad de Epidemiología del Ministerio de Salud de Jamaica, los jóvenes pueden y deben reconocer que la actividad sexual sin protección no es una opción adecuada, a pesar de los problemas económicos. (FIN/IPS/tra-en/ml/da/lp/he/96)