Richard Loncraine y el actor Ian McKellen disfrazaron a Ricardo III de uniforme nazi. El cambio de escenografía le hizo un flaco favor al drama de Shakespeare. En esta versión, los villanos conducen tanques de guerra, fuman cigarrillos, visten ropa de cuero negro y escuchan jazz. El protagonista gruñe la más famosa línea de la obra, "¡Mi reino por un caballo!", a bordo de un jeep, rodeado de resplandecientes metralletas.
CINE-TAILANDIA: La industria cinematográfica de Tailandia apuesta a una menor cantidad de estrenos pero a mayor calidad, obligada, en parte, por carencias económicas. La era de oro del cine tailandés, cuando se producían 200 o 300 filmes al año, quedó atrás. Los cineastas apuestan a las exitosísimas películas de terror y fantasmas, románticos, de acción y comedias dirigidas al público adolescente. Las producciones más taquilleras financiarán las más ambiciosas en el plano artístico.
TEATRO-ZIMBABWE: El teatro se convirtió en el salvavidas de cientos de jóvenes pobres de Zimbabwe. Medio centenar de grupos de unos 300 integrantes cada uno surgen año a año. "Nunca tuve expectativas de convertirme un artista de tiempo completo, pero no encontré nada que hacer y el teatro se convirtió en una alternativa", dijo Samuel Moyo, quien pasó cinco años buscando infructuosamente un empleo y ahora gana unos once dólares al mes gracias a las representaciones callejeras.
TEATRO-JAMAICA: Uno de los nuevos métodos de comunicación utilizados en Jamaica para prevenir la expansión del virus del sida, que ahora afecta a unas 20.000 personas de la isla caribeña, es el teatro."Falta uno de nuestros hijos" es el nombre de una obra en cartel desde hace dos meses en Kingston con el auspicio de la organización Jamaica Aids Support (Ayuda al Sida de Jamaica), que asiste a enfermos de sida y sus familiares.
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