El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Enrique Iglesias, reiteró hoy los riesgos de los masivos ingresos de capitales de corto plazo, durante la inauguración de la 37 asamblea anual de la entidad hemisférica.
El ministro de Economía de Argentina, Domingo Cavallo, afirmó, en cambio, que factores como la corrupción, el despilfarro y la evasión impositiva son tan importantes en la génesis de las crisis como la volatilidad de los flujos financieros y las restricciones comerciales.
Iglesias y Cavallo fueron, junto al presidente argentino Carlos Menem, los oradores principales de la primera sesión de esta asamblea de gobernadores del BID, que reúne a unos 4.000 representantes de gobiernos, banqueros y expertos de organismos internacionales en Buenos Aires.
Cavallo fue elegido por aclamación para ocupar la presidencia de la asamblea de gobernadores durante los próximos 12 meses, en reemplazo de Jacob Frenkel, de Israel, en el cargo desde la reunión del BID de 1995 en Jerusalén.
Iglesias señaló que América llega a esta asamblea con la confianza de haber remontado las dudas que gravitaron sobre la reunión de Jerusalén, cuando las turbulencias financieras en Argentina y México hacían temer un retorno a la crisis depresiva de los años 80.
La situación fue conjurada por la comunidad financiera internacional, pero también gracias a que en los dos países "la conducción política tuvo el coraje de mantener cursos de acción" para ajustar sus economías y avanzar ahora hacia la recuperación, señaló el presidente del BID.
Iglesias advirtió que "las turbulencias financieras son inherentes a la globalización de los mercados" y subrayó que "es imperioso estudiar las lecciones de la experiencia de 1995", para minimizar riesgos de crisis futuras o al menos atenuar sus efectos.
En primer término, exhortó a mantener políticas fiscales cautelosas tanto en los tiempos de bonanza como de dificultades, a no relajar la política crediticia y a dar prioridad en todos los gobiernos al control y supervisión del sistema bancario.
"Debemos reducir nuestra elevada dependencia de los recursos externos, especialmente del capital colocado a corto plazo", con un aumento sostenido del ahorro interno en el largo plazo, recomendó Iglesias.
El ex canciller uruguayo abogó en tercer lugar por reformas estructurales e institucionales que den mayor flexibilidad a las economías, lo cual implica también continuar el proceso de liberalización del comercio e integración regional".
Cavallo invitó a no desechar la importancia que tienen en el origen de las crisis "la debilidad de las instituciones de cada país para evitar el despilfarro público, erradicar la corrupción y hacer cumplir las leyes impositivas".
Estas tres tareas, en el enfoque del ministro, requieren "desmontar el sistema corrupto de administración empresaria estatal, de descontrol presupuestario e inflación galopante" y también de "la simplificación del sistema tributario".
El tema de los capitales de corto plazo fue el que marcó diferencias en los enfoques de Iglesias y Cavallo, quienes subrayaron por otra parte aspectos sociales, coincidiendo con Frenkel, quien dijo que "el papel estratégico del BID es reducir la pobreza".
Los temas de la educación y capacitación, y del apoyo al desarrollo de la pequeña y mediana empresa para combatir el desempleo, tienden a situarse también como relevantes en la agenda de administración y asignación de los recursos del banco.
En América Latina existen unos 50 millones de empresas medianas, pequeñas y microempresas que dan empleo a 150 millones de personas (80 por ciento de la población económicamente activa de la región) y contribuyen con 40 por ciento del producto interno bruto, subrayó Iglesias.
En la dimensión estratégica del BID se subraya asimismo la preocupación por el impacto ambiental de los proyectos, así como la necesidad de apoyar la creación de oportunidades para las mujeres y los jóvenes.
El presidente de la entidad hemisférica sumó también el tema de la calidad de vida en las ciudades como otro de los frentes de renovados desafíos para la estabilidad económica y social de la región.
Iglesias recordó que en América Latina disminuye aceleradamente la población rural y crecen las grandes ciudades, con secuelas de problemas de educación, salud, contaminación ambiental, criminalidad y vivienda.
La incorporación de este tema a las preocupaciones del BID coincide con la celebración en septiembre en Estambul de la Segunda Conferencia de Naciones Unidas sobre Asentamientos Humanos (Habitat II). (FIN/IPS/ggr/ag/if-dv/96)