AMERICA: Argentina reacia a aprender la lección mexicana

A pesar de los severos efectos recesivos que tuvo en Argentina la crisis mexicana en 1995, que aún persisten este año, los banqueros locales desconfiaron hoy de las recetas que recomiendan controlar el movimiento de ingreso y salida del capital volátil.

En diálogo con IPS, el presidente de la Asociación de Bancos de la República Argentina, Eduardo Escasany, dijo que en este país se requiere un flujo libre de capital y no controlado como en Chile o Colombia, donde el impacto de la crisis mexicana pudo ser mejor neutralizado.

En cuanto a la capacidad de ahorro en Argentina, una variable crítica en relación a la de otros países de la región, sostuvo que si se generan las condiciones para el regreso de 50.000 millones de dólares radicados en el exterior, se duplicaría ese nivel de ahorro.

"Actualmente en Argentina el total de depósitos está cerca de los 45.000 millones, si sumamos lo que se halla afuera estaríamos cerca de los 100.000 millones, aproximadamente 35 por ciento del producto interno bruto", destacó.ç

El organismo que lidera Escasany patrocinó este sábado un seminario para banqueros titulado "El fortalecimiento de los sistemas financieros de América Latina en un proceso de globalización", que se desarrolló en el marco de la reunión anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Durante el encuentro, el presidente de la Reserva Federal del Banco de Nueva York William McDonough, destacó el esfuerzo de Argentina y México para recuperarse tras la crisis de diciembre de 1994.

En Argentina, el total de entidades crediticias se redujo de 205 a 158, en algunos casos por liquidación y en otros por fusión. Uno de estos últimos casos es el caso de Bansud, un matrimonio entre el Banco Shaw y el Banco del Sud.

En diálogo con IPS, Leonardo Anijdar, presidente del Bansud, también se manifestó en desacuerdo con el control del capital "golondrina". "En Argentina esos mecanismos no funcionan y son contraproducentes, porque aquí las regulaciones no tienen buen ambiente", sostuvo.

Anijdar reconoció que Chile tiene un nivel de ahorro interno que lo coloca como "ejemplo" de la región y que le sirvió como amortiguador de la crisis mexicana, pero atribuyó esa capacidad al desarrollo de los fondos de pensión, y no a la regulación de las inversiones.

En Argentina, la crisis desatada tras la devaluación mexicana provocó el retiro de 8.000 millones de dólares, un fenómeno que sumió al país en una profunda recesión que aún hoy no parece estar en vías de superarse.

Según el informe anual del BID 1995, la crisis mexicana "puso a prueba las reformas estructurales que se llevan a cabo en América Latina y demostró la vulnerabilidad de la región a la volatilidad de algunas corrientes de capital".

"La crisis quedó circunscripta principalmente a México y Argentina", dice el informe. El crecimiento económico de toda la región bajó de cinco por ciento en 1994 a 0,6 por ciento en 1995, pero dentro del total hubo notorias diferencias.

"Los países que practicamente no fueron afectados fueron Chile y Colombia", añade el balance. Chile y Perú crecieron siete por ciento y Colombia 5,5. México retrocedió en la misma proporción que creció Chile y Argentina tuvo una retracción de entre 2,5 y 3,5 por ciento.

Las inversiones y el consumo mermaron en promedio, pero crecieron en países como Chile o Colombia y cayeron en Argentina y México. Lo mismo ocurrió con el desempleo, que tuvo su principal crecimiento en estos dos últimos países.

El BID preparó para este domingo un extenso informe sobre las instituciones financieras para controlar el capital volátil, que será analizado y debatido en el marco del último seminario preliminar antes de la inaguración de la Asamblea de Gobernadores, prevista para el lunes.

El presidente del organismo multilateral regional, Enrique Iglesias, consideró que uno de los objetivos de esta trigesimoséptima asamblea, y en especial del seminario del domingo, es "ver si se aprendió la lección que dejó la crisis mexicana".

Para todos los encuentros, se registró este año una cantidad récord de participantes. Más de 4.000 inscriptos están anotados entre banqueros, delegados oficiales de los 46 países socios del BID, empresarios y periodistas. (FIN/IPS/mv/dg/if/96)

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