El gobierno y la mayoría de la oposición de Alemania coinciden en la urgente necesidad de reducir radicalmente el presupuesto del Estado, en momentos en que este país sufre el desempleo más elevado de su historia.
Un proyecto de ley presentado este jueves por el gobierno democristiano-liberal (CDU/CSU-FDP) al Parlamento Federal prevé la modificación del estatuto de los funcionarios públicos y la simplificación de las normas que rigen el funcionamiento del Estado.
Actualmente, los alemanes carentes de empleo suman 4.270.000, es decir 11,1 por ciento de la población activa.
El ministro del Interior, Manfred Kanther, insistió este jueves en la necesidad de que los municipios, los Estados federados y el gobierno central dismimuyan drásticamente el número de sus funcionarios.
La reforma aspira también a que los empleados estatales en esos tres niveles -un total de 6.657.230- sean retribuidos de acuerdo a su rendimiento.
Otto Schily, vicepresidente del grupo parlamentario socialdemocrata (SPD), el más poderoso de la oposición parlamentaria, comentó que el "adelgazamiento del Estado" será una de las principales tareas políticas de los próximos años en este país.
El jurista democristiano Rupert Scholz advirtió a su vez que muchos países europeos vecinos, así como también Estados Unidos y Japón, ya han "simplificado" el funcionamiento del aparato del Estado.
Los socialdemócratas dudan de que la coalición de gobierno pueda realizar la reforma estatal planificada, ya que hasta ahora sólo se ha limitado a privatizar en exceso servicios públicos y a suprimir puestos de trabajo.
Antje Vollmer, diputada por el grupo opositor Verdes/Alianza90 y vicepresidenta del Parlamento en Bonn, considera que el gobierno debe, al contrario de las medidas proyectadas, contribuir en mayor medida a asegurar plazas de trabajo.
Otra diputada verde, Michaela Hufstedt, alertó por otra parte acerca de que la eliminación de algunas de las trabas burocráticas a la creación de empresas puede tener graves consecuencias ambientales.
Gregor Gysi, presidente del Partido del Socialismo Democrático, heredero del partido comunista de la ex República Democrática Alemana, aprueba en general el objetivo de reducir el aparato estatal pero sostiene que tras los planes del gobierno de Helmut Kohl se esconde un ataque contra conquistas sociales.
El ministro federal de Finanzas, Theo Waigel, dispuso este miércoles un control riguroso de los egresos fiscales superiores a 340.000 dólares. A partir de este viernes, toda erogación mayor a ese monto deberá contar con la autorización de su ministerio.
Waigel calculó en 9.523 millones de dólares el déficit fiscal actual de Alemania, una cifra juzgada elevada por las autoridades.
Pero para Rudolf Scharping, presidente del grupo parlamentario del SPD, el déficit sería aun mayor, ya que superaría los 17.000 millones de dólares.
Los socialdemócratas consideran que el gobierno democristiano- liberal revelará la verdad al respecto sólo después de las elecciones en los estados de Baden-Wurtemberg, Slesvig-Holstein y Renania Palatinado, que se raelizarán el día 24.
De todas formas, los observadores económicos sostienen que alk equipo de Kohl le resultará muy difícil mantener el nivel de endeudamiento fiscal en los 41.000 millones de dólares previstos para 1996. (FIN/IPS/as/dg/ip-if/96)