Estados Unidos está "muy complacido" por el progreso registrado en la reconstrucción de la Comunidad de Africa Oriental (EAC), después de casi dos décadas de la desaparición del bloque, dijo un alto funcionario de Washington.
Los tres países miembros de la EAC (Kenia, Tanzania y Uganda) representan un mercado de alrededor de 70 millones de habitantes. La alianza que los unió, creada en 1967, se derrumbó 10 años después.
La administración de Clinton considera significativa la designación este viernes por parte del presidente de Kenia, Daniel Arap Moi, del embajador de su país ante la Organización de las Naciones Unidas, Francis Kirimi Muthaura, como secretario general de la EAC.
Tanzania y Uganda concedieron ese puesto a Kenia para comprometer a Moi en el emprendimiento, y la dilación del mandatario en proceder al nombramiento era considerada como el principal obstáculo en los esfuerzos de volver a convocar a la Comunidad, iniciados hace tres años.
"Esperábamos que esto ocurriera. El nombramiento permitirá ahora que la EAC se organice internamente", dijo a IPS el funcionario, quien también sostuvo que la otrora espinosa relación entre Moi y el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, está en vías de componerse.
"Los dos mandatarios mantuvieron un par de reuniones muy exitosas. La relación está desarrollándose en forma muy positiva y la aplaudimos", agregó el informante.
Las desavenencias entre Moi y Museveni se debían, en el fondo, a que Kenia, el gigante económico de Africa oriental y, en consecuencia, clave en el éxito del proceso de integración, se resistía a aliarse con Uganda y Tanzania.
El funcionario de Washington sostuvo que el actual proceso en el este de Africa no conduce a la recreación de las instituciones que existían en la década del 60, y que la nueva situación se caracterizará por "la libertad de movimiento y el libre cambio" de divisas.
La EAC fue considerada en su origen un modelo de bloque de integración. Poseía cuatro corporaciones que operaban una aerolínea, vías férreas, un puerto, telecomunicaciones y servicios de correos en conjunto entre los tres países.
Las divisas de cada uno de los tres estados miembros era de uso legal en los restantes.
La EAC se disolvió en 1977, en medio de ásperas recriminaciones mutuas.
Las consecuencias de la desaparición de esta institución no fueron sólo regionales. Los empresarios del resto del mundo perdieron la facilidad de operaciones que suponía la alianza para acceder a un mercado que en ese entonces contaba con 40 millones de personas.
Uganda perdió su salida al océano. Tanzania dejó de acceder fácilmente a bienes procedentes de Kenia, que, a su vez, perdió el mercado tanzanio, cuyo consumo contribuyó al crecimiento de su economía.
Además, los países tuvieron dificultades para operar las corporaciones que fueron de propiedad compartida.
El proceso hacia la reconstrucción del organismo regional fue dificultoso, a pesar del respaldo prestado por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
En septiembre, los presidentes de los bancos centrales de los tres países acordaron la convertibilidad de las divisas, medida sin paralelo en otros bloques africanos. (FIN/IPS/tra-en/ru/yjc/ip if/96)