AFGANISTAN: Rusia intenta nueva gestión para liberar rehenes

Moscú intentará este martes una nueva gestión para liberar a siete pilotos rusos cautivos de insurentes afganos, un caso que pone en riesgo la estabilidad de Asia occidental, según advirtió la cancillería.

Representantes del gobierno ruso se reunirán en la sureña provincia afgana de Kandahar con dirigentes del movimiento rebelde Talibán, que desde hace siete meses retiene a los pilotos.

Talibán exigió al gobierno de Rusia información sobre 60.000 personas desaparecidas en acción durante la intervención soviética de Afganistán, finalizada hace siete años, pero se rehusó luego a poner en libertad a los rehenes.

El problema en curso "es una de las herencias mas difíciles de nuevo canciller Yevgeny Primakov, que fue presentado como experto en asuntos de Asia", señaló Alexander Volkov, analista del semanario Noticias de Moscú.

El canciller "se esfuerza por resolver el asunto" y también "negociamos como otros países y organizaciones internacionales que pueden ayurdarnos a lograr el regreso de los pilotos", dijo Mijail Demurin, vicedirector del departamento para Asia Central y Occidental del Ministerio de Asuntos Exteriores.

"El caso debe ser resuelto por el pueblo de Afganistán y los rusos", destacó Maulana Mohammed Umar, líder espiritual de Talibán, un movimiento radical islámico.

La reunión anunciada para este martes tiene de antecedente el fracaso de las conversaciones realizadas en febrero por representantes de Talibán y de la cancillería, que tuvieron apoyo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de la Conferencia Islámica.

Tampoco logró resultados la mediación de la república rusa de Tatarstán, de la que proceden los pilotos cautivos.

Timur Akulov, representante del gobierno autónomo de Tatarstán, informo que la reunión fue convenida el viernes, aunque no hay garantías de su efectiva celebración.

"Tenemos la impresión de que Talibán no está realmente interesado en la solución del caso de los rehenes", declaro en Moscú un portavoz de la cancillería.

Los pilotos cautivos conducían un avión de la compañia privada Airstan, de Tatarstán, contratado por el gobierno afgano para trasladar municiones y uniformes desde Albania. El 3 de agosto fueron obligados por los rebeldes a aterrizar cerca de Kandahar.

Talibán y el grupo nacionalista Pushtu controlan la mitad del territorio de Afganistán y luchan por derrocar el gobierno del presidente Burhanuddin Rabbani.

Una alianza de grupos rebeldes expulsó en 1992 a un gobierno comunista que había sido respaldado activamente por la Unión Soviétiva. Pero los vencedores se trabaron a su vez en lucha una vez capturada Kabul.

Moscu aseguro que desde la década de 1980 no hay afganos en las prisiones de Rusia, pero la liberacion de los siete pilotos, acordada para el 30 de diciembre, no se concretó. Y en febrero se desvanecieron las esperanzas en un desenlace favorable de la cuestión luego del sagrado mes musulmán del Ramadán.

Periodistas rusos y occidentales y el gerente de Airstan, Munir Faizullin, informaron al regresar de un viaje a Kandahar que los siete cautivos presentan buenas condiciones de salud.

En opinión del semanario Ogonyok, "al retener a los rehenes, Talibán presiona a Moscú para que renuncie a su respaldo a Rabbani y a toda tentativa de intromisión en Afganistan".

La cobertura de prensa del caso otorga cierto reconocimiento internacional a Talibán.

El analista Alexander Volkov sugirió que los insurgentes habrían cumplido el plazo inicial para la liberación si el predecesor de Primakov, Andrei Kozyrev, se hubiera presentado en Kandahar en busca de los pilotos.

Rusia introdujo a la ONU en la disputa que, según el portavoz de la cancillería, Grigory Karasin, "tiene efecto desesabilizador sobre toda la región y representa una amenaza para la paz mundial".

El Consejo de Seguridad de la ONU solicitó la puesta en libertad inmediata y sin condiciones de los siete pilotos.

Pero las opciones que se presentan ante Moscú en Afganistán son limitadas. Primakov puede esperar hasta que Talibán encienda luz verde y viajar a Kandahar, aunque debe estar alerta ante las consecuencias de esa decisión.

En efecto, Rusia no puede distanciarse de los acontecimientos de Afganistán mientras sus soldados enfrentan en las fronteras de Tajikistán las incursiones de las guerrillas afganas.

"Es probable que el Kremlin intente la mediación de Pakistán, que tiene influencia ante Talibán, para liberar a los pilotos en términos que no signifiquen menoscabo de la dignidad de Rusia", opinó Vladimir Umnov, del Instituto de Estudios Orientales, de Moscú.

"Pero la intransigencia del movimiento Talibán demuestra que la influencia de Rusia en la región esta en retroceso, y será muy dificíl revertir esa tendencia", advirtió Umnov. (FIN/IPS/tra- en/ss/rj/ff/ip/96).

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