Un capitán retirado de la marina de Rusia que colaboró con una organización noruega en un informe sobre daños ambientales en mar Artico fue arrestado y acusado de traición, y, si resulta condenado, podrá sufrir la pena capital.
El ambientalista Alexander Nikitin se encuentra totalmente aislado en la cárcel Litaynli 4 desde el día 6, al punto que se le impide mantener contacto con sus abogados.
Nikitin es uno de los coautores de un informe publicado en noviembre por la no gubernamental Fundación Bellona, de Noruega, que alerta sobre el peligro de los deshechos nucleares vertidos desde la base de submarinos rusa de Zapadnaya Litsa, en el mar Artico.
El estudio concluye que miles de piezas de maquinaria usada y toneladas de de basura radiactiva arrojada por la flota originan riesgo de desastre grave, mayor aun al accidente en la planta nuclear de generación de electricidad en Chernobyl, Ucrania, en 1986.
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), organismo que sucedió a la antigua KGB, negó la posibilidad de una reunión entre Nikitin y su abogado, Yuri Schmidt, a menos que éste firme ciertos documentos que pondrían en serio compromiso su reputación profesional.
La acusación contra Nikitin podrían acarrearle una condena de entre 10 y 15 años de prisión con confiscación de bienes personales, e incluso la pena de muerte.
Este marino retirado nació hace 43 años en Ucrania, se graduó en el Colegio Naval de Ingenieros en Sebastopol en 1974, y hasta su arresto vivía en San Petersburgo con su esposa y dos hijas adolescentes.
Nikitin dejó de trabajar en Zapadnaya Litsa con la flota septentrional en 1985, cuando fue transferido a Moscú, donde se desempeñó en la agencia de control de la seguridad nuclear del Ministerio de Defensa hasta 1992.
Desde entonces, trabajó como vendedor de automóviles en San Petersburgo y en tareas ocasionales relacionadas con su especialidad para la Fundación Bellona, con la que estableció contacto en 1994.
"Cinco policías de seguridad lo arrestaron en la mañana del 6 de febrero en su apartamento", dijo Igor Kudrik, otro coautor del informe, quien trabaja para la Fundación Bellona en Murmansk.
Los funcionarios cortaron el teléfono, lacraron la vivienda y anunciaron a Nikitin que lo detenían para someterlo a un interrogatorio que insumiría apenas tres horas. Más tarde, le informaron que estaba arrestado bajo cargos de espionaje.
El FSB advirtió a Schmidt que no le permitiría establecer contacto con su defendido a menos que firmara ciertos acuerdos regulados por leyes secretas del organismo de inteligencia.
La oferta del FSB obligaría al abogado a abstenerse de viajar al exterior cinco años y a tolerar la intervención de su teléfono y la apertura de su correspondencia, explicó el tercer autor del informe sobre Zapadnaya Litsa, Thomas Nilsen. "Esto pondría fin a su carrera profesional", agregó.
Nilsen sostuvo que el FSB viola con estas disposiciones la constitución de Rusia, que prohíbe a los organismos de seguridad el mantenimiento de leyes secretas.
El arresto de Nikitin es apenas la última de una serie de acciones de los servicios de inteligencia para entorpecer el trabajo de la Fundación Bellona. Agentes de seguridad allanaron en octubre la casa de Nikitin y los locales de la organización noruega en Murmansk y San Petersburgo.
Durante la operación confiscaron equipos, copias de informes sobre contaminación en el mar Artico y el pasaporte del marino retirado, lo que puso fin a sus planes de emigrar a Canadá para establecer allí su propio negocio.
Los agentes volvieron a registrar los locales de la fundación en enero para confiscar sus informes y enviarlos a una comisión de la marina que evaluararía si contenían secretos de estado. La Fundación Bellona afirma que los datos sobre contaminación en el mar Artico en su poder provienen de fuentes públicas.
El Parlamento Europeo se declaró en noviembre preocupado por la situación del ambiente y los derechos humanos en Rusia y exhortó al gobierno a cesar el hostigamiento a la organización noruega.
El ex canciller de Rusia Andrei Kozyrev, quien renunció en enero, ofrecía a la fundación protección contra el asedio de los servicios de seguridad. Su sucesor, Yevgeny Primakov, un ex jefe de la KGB, adoptó una actitud diametralmente opuesta.
El Parlamento Europeo emitió una nueva declaración de respaldo a Nikitin el día 15, una semana después de su arresto, lo cual fue interpretado por Primakov como una "interferencia" en asuntos internos.
Nilsen anunció que grupos ambientalistas de Europa recogen firmas de adhesión a una protesta que será presentada ante las embajadas de Rusia.
Una delegación de varias organizaciones ambientalistas de Estados Unidos se entrevistaron con el vicepresidente Al Gore para reclamarle presiones por la liberación de Nikitin.
El marino también cuenta con el apoyo de grupos rusos en defensa del ambiente y de los derechos humanos.
"El capitán Nikitin es una víctima inocente de un régimen tiránico que procura vengarse de los 'verdes"', dijo Olga Razbash, experta en legislación ambiental. "Este caso viola crudamente la constitución de Rusia", agregó el activista humanitario Valentin Gefter. (FIN/IPS/tra-eng/jmp/rj/mj/ci hd en/96)