RUSIA: Compañías de Moscú desesperan por extraer petróleo iraquí

Mientras prosiguen las negociaciones entre la ONU e Iraq para aliviar las sanciones económicas, las compañías petroleras rusas esperan impacientemente el reingreso de Bagdad al mercado mundial del crudo para comenzar a planear multimillonarios programas de inversiones.

"Las mayores firmas rusas están esperando ansiosamente el momento en que puedan precipitarse dentro de Iraq y comenzar a extraer petróleo", declaró Alexander Blokhin, un analista del Grupo Unido de Finanzas, con sede en Moscú.

"Ya existen convenios provisorios entre Rusia e Iraq, y los estudios técnicos siguen en marcha", acotó.

El secretario general de la ONU, Boutros Boutros-Ghali, ha dicho al Consejo de Seguridad que Bagdad debe considerar un plan de 12 puntos que, de ser aceptado, le permitirá vender 1.000 millones de dólares en petróleo cada tres meses.

En caso de un levantamiento parcial del embargo de la ONU, impuesto en agosto de 1990, 30 por ciento de la suma debe ser pagado a Kuwait y el resto gastado en víveres y medicamentos.

El Ministerio de Combustibles y Energía de Rusia negó informes iraquíes que Moscú ya firmó acuerdos petroleros con Bagdad.

Sin embargo, expertos de la industria dijeron que Rusia concretó un arreglo con Iraq a principios de febrero, el cual le concede ingreso privilegiado a ese país a cambio de asistencia para reconstruir la industria petrolera iraquí y formar su personal.

En un momento que productores occidentales y del Medio Oriente están manifestando una creciente preocupación que el levantamiento de las sanciones de la ONU provoque una caída de los precios del crudo, operadores de la alicaída industria petrolera rusa tienen esperanzas que las exportaciones iraquíes les brinden más ingresos que problemas.

"No creo que haya algún peligro que Iraq retorne al mercado mundial. Esperamos que todas las sanciones sean levantadas a fín de año", dijo Piotr Neyev, vocero de LUKoil, una de las mayores empresas petroleras rusas.

Según Neyev, su compañía ya está involucrada en varios proyectos prometedores en Iraq que se pondrán en marcha "ni bien se levante el embargo".

El año pasado, LUKoil obtuvo una participación del 70 por ciento en un consorcio de producción del yacimiento iraquí Kurna Occidental, un proyecto por un valor de 7.000 millones de dólares que quizás tambien involucre a empresas occidentales.

"Tenemos lazos muy fuertes con Iraq, y estamos comprometidos para trabajar allí", declaró Neyev. Según cálculos iraquíes, se necesitarán más de 20.000 millones de dólares para rehabilitar la industria petrolera del país devastada por la Guerra del Golfo.

Uno de los motivos por el ávido interés en Iraq es que las compañías petroleras rusas están convencidas que tienen una carta ganadora en la manga, que es el cuantioso débito iraquí a Rusia, heredado de la extinta Unión Soviética y estimado en 10.000 millones de dólares.

La deuda podría ser usada para regatear potenciales transacciones con LUKoil, que tiene estrechos vínculos con la burocracia gubernamental de Moscú. Esa posibilidad ha sido confirmada por funcionarios de LUKoil, si bien rehusaron dar otros detalles.

Parte de los préstamos rusos han ido en primer lugar a la reconstrucción de la industria petrolera iraquí. "Históricamente, Iraq ha sido un consumidor de tecnología petrolera rusa y empleó personal de servicios y asesores rusos", afirmó Vladimir Isayev, subdirector del Instituto de Estudios Orientales con sede en Moscú.

"Plantas de refinación y otros proyectos realizados en Iraq en los viejos tiempos de la amistad estratégica soviético-iraqui y del tratado de cooperación, se convirtieron en la espina dorsal de la industria energética del país", agregó.

"Todos esos factores crean necesarias precondiciones para reanudar ahora la larga cooperación entre los dos países", dijo.

Otro incentivo es que los rusos afrontarán menos competencia en Iraq que en cualquier otro lugar del Medio Oriente. El reducido nivel de la producción inicial frenará las grandes inversiones occidentales, y el volumen de las exportaciones potenciales iraquíes a corto plazo no darán bastante comer dentro de los mercados rusos existentes.

Iraq dijo que está listo para exportar alrededor de 700.000 barriles de crudo por día en un plazo de tres meses despues de haber completado las negociaciones con las Naciones Unidas. En 1995, Rusia produjo 397 millones de toneladas de petróleo y exportó 124 millones.

LUKoil, probablemente, será seguida por otros grande productores rusos como su principal competidor, la Corporación Yukos, que tambien ha diversificado sus intereses en el exterior.

Los representantes de Yukos, en la actualidad, niegan cualquier vínculo con Iraq y simplemente dicen que "no nos gusta (el presidente iraquí) Saddam Hussein". No obstante, esas objeciones son puramente políticas y podrían cambiar si la línea oficial de Moscú hacia Bagdad es reconsiderada.

En 1991, la entonces Unión Soviética no intervino activamente para detener la operación "Tormenta del Desierto" liderada por Estados Unidos para liberar a Kuwait y, por el contrario, trató de mediar entre los beligerantes.

El actual ministro ruso de exteriores, Yevgeni Primakov, un experto en cuestiones del Medio Oriente, viajó en su momento a Bagdad para entrevistar a Saddam Hussein, en un intento para salvar al aliado de Rusia de una derrota total mediante una retirada negociada de Kuwait. Sus esfuerzos fracasaron.

En su condición de ministro de Exteriores desde diciembre, su acercamiento ha sido muy distinto al de su antecesor, Andrei Kozyrev, decididamente inclinado a Occidente, que consideraba a Saddam Hussein "un bravucón político".

Desde la asunción de Primakov, la actitud del Kremlin hacia Bagdad se ha ablandado. En su primera rueda de prensa, Primakov destacó el cumplimiento de Iraq a algunas resoluciones de la ONU.

"Esto está en consonancia con la declarada intención de Primakov de realizar una política exterior más 'balanceada", declaró Sergei Solodovnik, del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú.

"Es una consecuencia de la rabia rusa por la arremetida hacia el este de la OTAN y los límites impuestos a los exportadores industriales rusos para ingresar en mercados occidentales", dijo.

"Toda cálida expresión de Moscú hacia Bagdad tambien será bienvenida en la nueva Duma (parlamento), dominada por izquierdistas, que siempre consideraron a Iraq una víctima del expansionismo occidental", acotó. FIN/IPS/tra-en/ss/rj/ego/ip).

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