Nuevos desordenes callejeros se registraron hoy en Venezuela, cuando resta una semana para que arribe el Papa Juan Pablo II, protagonizados por jovenes encapuchados y pobladores de ciudades satelite de esta capital.
Focos de agitadores y habitantes enardecidos protestaron por alzas desde este jueves en las tarifas de transporte publico, en manos privadas, aunque casi no fueron aplicadas porque no circulo la mayoria de los vehiculos en Caracas y alrededores.
Los choferes se abstuvieron de trabajar por temor a que sus unidades fuesen secuestradas o danadas, y para presionar por tarifas superiores a las que permitieron las autoridades, luego que una devaluacion en diciembre disparo los precios en enero.
El enojo por la escalada de precios y tarifas agrega a la protesta estudiantil la amenaza de desordenes populares, y en barrios pobres de Caracas y otras ciudades grupos han intentado saqueos y enfrentado a la policia, incluso con disparos de armas largas.
El temor por que se multipliquen los desordenes llevo a fuerzas policiales a ocupar la Universidad de Oriente, en Puerto La Cruz, 300 kilometros al este de Caracas, y sus autoridades suspendieron actividades hasta el lunes.
Ese clima agraga una carga al presidente Rafael Caldera, que este viernes inicia el tercer ano de su quinquenio, mientras discute con el Fondo Monetario Internacional un acuerdo de prestamo que implicaria medidas economicas impopulares.
Por su parte, Juan Pablo II llegara a un pais nuevamente bajo la sombra del "Caracazo", la semana de febrero-marzo de 1989 en que desordenes y saqueos dejaron centenares de muertos, 2.000 heridos y millonarias perdidas materiales.
Este jueves, encapuchados incendiaron un camion y chocaron con la policia frente a dos planteles de Caracas, mientras en el vecino puerto de La Guaira fueron disueltos indignados grupos de usuarios de transporte.
Las ultimas dos semanas se han registrado a diario protestas y desordenes en Caracas y otra docena de ciudades, en los que se repite el mismo esquema de choques entre estudiantes encapuchados y policias, y conatos de saqueos desde barriadas.
En medio, millares de empleados publicos hicieron marchas para reclamar una nueva convencion de trabajo, amenazan con una huelga general y las centrales sindicales se inquietan ante el anuncio de nuevas leyes laborales.
El ex coronel Hugo Chavez, jefe de una cruenta asonada en 1992, ha encabezado protestas de trabajadores, y activistas de su Movimiento Bolivariano y del grupo de extrema izquierda Bandera Roja fueron arrestados como coorganizadores de desordenes.
Los extremistas actuarian "sobre el caldo de cultivo que existe por el descontento social", segun el socialdemocrata alcalde de Caracas Antonio Ledezma, quien pidio rapido aumento del salario minimo mientras discutia tarifas con los transportistas.
La cercania de la visita papal no ha detenido la irritacion, ni tampoco la Iglesia Catolica ha pedido que se deponga la protesta, aun cuando subraya que el obispo de Roma trae un mensaje de estimulo moral para superar las dificultades.
El Papa "va a Venezuela, que ha atravesado momentos dificiles, como medico a curar heridas, y a deciros que sois mejores de lo que pensais y podeis hacer cosas mucho mas altas", aseguro el portavoz pontificio Joaquin Navarro.
"Todos los viajes del Papa tienen trascendencia politica y este motivara un horizonte de entendimiento entre los venezolanos", recordo por su parte Baltazar Porras, arzobispo de Merida (suroeste) y principal organizador de la visita.
"Admitimos la protesta, como un mecanismo de drenaje democratico, porque hay una situacion de molestia porque la crisis economica se traduce en carestia", dijo Asdrubal Aguiar, gobernador del Distrito Federal (Caracas), con rango de ministro.
"El pais esta en transicion para salir de la crisis y existe todavia relajamiento de los controles sociales, perdida de la autoestima e ineficacia del Estado, pero administraremos la represion contra grupos pequenos que transitan hacia lo delictivo", agrego.
Aguiar rehuso mencionar esos grupos "para no darles beligerancia", pero admitio que "con un trabajo de inteligencia" se han practicado detenciones y y senalo que lasd autoridades tendran "mano firme para que de las actuales escaramuzas no se llegue a una situacion incontrolable".
Caldera estimo que se trata de "manifestaciones recurrentes, que se sabe perfectamente de donde provienen", pero solo agrego que "el pais lo que quiere es la paz".
El general Moises Orozco, ministro de Defensa, descarto que las protestas obedezcan a "un plan orquestado" y considero que "estas manifestaciones no ameritan ser catalogadas como problemas de orden publico, y mucho menos concebidas como planes desestabilizadores".
El ministro del Interior, Ramon Escovar, aseguro a su vez que "la situacion esta controlada en todo el pais" y que no se temen desbordes.
Por contraste con la represion de manifestaciones que dejaban heridos de bala y varios muertos en 1991-1992, las protestas de 1996 han sido contenidas con menos violencia, aunque diputados de izquierda denunciaron que muchos estudiantes fueron golpeados al allanarse la Universidad de Oriente. (FIN/IPS/hm/dg/ip/96)