PARAGUAY: Protestas sociales complican situacion economica

Cuando todo hacia suponer que la reduccion de la inflacion en Paraguay a 10 por ciento en 1995 traeria tranquilidad social, los impopulares "tarifazos" decretados por el gobierno reactivaron las protestas de asalariados y campesinos.

La situacion de la economia estuvo marcada el ano pasado por la crisis financiera, con el corte del credito y el cierre de casi una docena de entidades, entre bancos y entidades financieras.

Pero los logros del gobierno fueron varios, a pesar de todo, como el equilibrio presupuestario, la mayor recaudacion fiscal, reservas internacionales que se mantienen por encima de los 1.000 millones de dolares y un tipo de cambio estable, en 2.000 guaranies por dolar.

El indice de precios al consumo bajo de 18 por ciento anual en 1994 a 10 por ciento en 1995, pero economistas independientes como Fernando Vera, ex funcionario del Fondo Monetario Internacional, alertaron en enero que solo se trataba de una victoria pirrica, pues el virus inflacionario continuaba latente.

La advertencia se hizo realidad pocas semanas despues, cuando el gobierno del presidente Juan Carlos Wasmosy decidio reajustar entre 15 y 40 por ciento el precio de los combustibles, que se mantenian incambiados desde enero de 1994, con el fin de adecuarlos a los niveles del Mercado Comun del Sur (Mercosur).

Los denominados "tarifazos" tambien afectaron los servicios de electricidad y agua, con incrementos de 17 y 15 por ciento.

Pero la dureza del ajuste no sorprendio tanto por la necesidad del gobierno de cubrir el posible deficit fiscal este ano, debido al presupuesto expansivo aprobado por el Congreso, como por el hecho de que los precios comenzarian a subir de inmediato, arrastrando lo poco que quedaba de la estabilidad ganada en 1995.

El clima social volvio a enrarecerse, despues de una pausa social que duro exactamente nueve meses, tras el ultimo ajuste salarial de mayo.

Los supermercados y los centros de consumo popular remarcaron los precios de los productos, obligando a las centrales obreras a reclamar al gobierno un ajuste salarial de 31 por ciento, para compensar el deterioro del poder adquisitivo desde 1989.

El ministro de Hacienda, Orlando Bareiro, senalo que el gobierno resistira la presion sindical, ya que no es considera necesario por ahora el incremento del salario minimo, debido a que desde el ultimo aumento el indice de precios vario solo en siete por ciento y la ley exige 10 por ciento, como minimo.

Ante la oposicion de las autoridades y los empresarios, las centrales planean una huelga general que podria ser llevada a cabo el 15 de marzo, en coincidencia con una marcha campesina sobre Asuncion para reclamar mejores precios agricolas y solucion al problema de la tierra.

La agitacion campesina se ve incentivada por el bajo precio del algodon -0,4 dolares el kilogramo al iniciarse la cosecha, frente a 0,46 el ano pasado- y el descontento obrero se aumenta por la falta de respuesta a los reclamos salariales.

La conjuncion de estos factores plantea al gobierno paraguayo un serio reto, que solo se podra superar con la negociacion y la posterior aceptacion de las reivindicaciones sociales, expreso Eduardo Ojeda, secretario general de la Central Nacional de Trabajadores.

Si a este panorama se le suma la crisis del gobernante Partido Colorado, que no logra concretar sus cruciales elecciones internas, se tiene una vision acabada de lo dificil que se le presenta a Wasmosy la segunda parte de su mandato, que concluye en 1998. (FIN/IPS/ct/ag/ip-if/96)

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