México posee una cantidad creciente de habitantes no productivos, por ser menores o ancianos, pero su porcentaje sobre el total de la población desciende de modo firme.
Se prevé que las personas en edad de trabajar (15-64 años) serán 62 millones en el 2000, con una demanda potencial de 40,8 millones de empleos que crecerá en un millón al año.
Las cifras muestran que se mantiene el aumento anual de la franja dependiente en términos absolutos, pese a la caída de su porcentaje respecto al total de habitantes, a la vez que se extiende la duración de la vida por un descenso de la mortalidad.
La crisis económica en curso desde diciembre de 1994 agravó la situación al elevar en dos millones el número de desocupados.
Aunque la tasa de fecundidad bajó de seis a tres hijos por mujer los últimos 20 años, al duplicarse el número de mujeres en edad reproductiva se mantuvo la cantidad absoluta de nacimientos.
Hania Zlotnik, experta de la División Población de la Organización de las Naciones Unidas, señaló en un trabajo reciente que tras ocupar en 1960 el lugar número 15 en el mundo por su población, México se encuentra hoy, con 92 millones de habitantes, el número 11.
Esta ubicación a nivel mundial, como el tercer lugar que ocupa en el continente americano, tras Estados Unidos y Brasil, no variarán antes del año 2020.
Entre 1960 y 1990 la población mundial se elevó de más de 3.000 millones de habitantes a cerca de 5.300 y hoy está cerca de los 5.800 millones. La mayor parte de este crecimiento se produjo en los países pobres, cuya población se más que duplicó, mientras en los ricos sólo creció 30 por ciento.
Entre las zonas pobres, Africa tuvo en el lapso considerado el mayor aumento demográfico, con 150 por ciento, seguida de América Latina, con 116 por ciento, y Asia, con 102 por ciento. De acuerdo a proyecciones de organismos internacionales, la población mundial podría llegar a 8.000 millones en el año 2020.
Según Zlotnik, la evolución demográfica de México es un caso especial en América Latina, pues son pocos los países del área en que la caída de la fecundidad comenzó de modo tan tardío y veloz.
"En Ecuador, El Salvador y Perú empezó más o menos al mismo tiempo que en México, pero ninguno de aquellos países alcanzó una tasa global inferior a los 3,5 hijos por mujer en el quinquenio 1990-1995", aseguró la experta.
"En Guatemala, Honduras y Nicaragua la disminución resultó tan tardía como lenta, y en Brasil, Colombia, Costa Rica o Venezuela, se inició mucho antes que en México y muestra ritmos distintos", añadió.
Zlotnik señaló que los cambios en la fecundidad, además de afectar la tasa de crecimiento, inciden en la estructura por edad de la población y modifican los tamaños de las diferentes generaciones.
Un indicador clave es la franja correspondiente a las personas que por su edad deben considerarse económicamente dependientes, o no activas: los menores de 14 años y los mayores de 65.
En México esta categoría pasó de 99 dependientes por cada 100 personas en edad activa (15-64 años) en 1960-1965, a 72 en 1990- 1995, y se espera que descienda a 47 en el quinquenio 2020-2025.
Al acercarse la fecundidad al nivel de reemplazo el número de mayores de 64 años cada 100 personas en edad activa crecerá paulatinamente de seis en el lapso 1990-1995 a 11 en 2020-2025.
Como término comparativo cabe señalar que los países ricos de América del Norte (Canadá y Estados Unidos) tenían en el período 1960-1965 unos 68 dependientes cada 100 activos, cifra que cayó a 51 en 1990-1995 y crecerá hasta 53 entre el 2020 y el 2025.
Según las estadísticas y su proyección, en los quinquenios considerados canadienses y estadounidenses mayores de 64 años registran respecto de la población económicamente activa índices de 15, 19 y 25 por ciento, sucesivamente.
Hoy la franja dependiente mexicana (más de 72 por ciento de la económicamente activa) es mucho mayor que la de sus socios en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), y 92 por ciento del total corresponde a menores de 15 años.
Si la previsión demográfica de los expertos se cumple pese a crisis económicas y flujos migratorios, México tendrá en 2020-2025 un porcentaje menor de dependientes que sus vecinos del TLC, y sólo 23 por ciento corresponderá a personas de más de 64 años.
Esta situación resultaría de la continua reducción de la fecundidad y de la mortalidad.
El Programa Nacional de Población 1995-2000 del gobierno mexicano prevé alcanzar una tasa anual de crecimiento natural (diferencia entre partos y defunciones) de 1,75 por ciento a fin de siglo y 1,45 por ciento en el 2005.
Se trata de una dinámica demográfica que supone tasas globales de fecundidad de 2,4 y 2,1 hijos por mujer, respectivamente, hasta llegar con esta última cifra a la meta del llamado "reemplazo intergeneracional". (FIN/IPS/emv/ag/pr/96)