El gobierno de Iraq debe dar a la ONU una respuesta a la última oferta de un acuerdo de venta de petróleo que supondría un levantamiento parcial de las sanciones económicas impuestas en agosto de 1990, según fuentes oficiales.
El secretario general de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Boutros Boutros-Ghali, informó al Consejo de Seguridad que los responsables de Bagdad deben considerar ahora un plan de 12 puntos para facilitar las ventas de petróleo iraquí.
Si los gobernantes iraquíes aceptan el plan, Iraq podrá vender petróleo por valor de 1.000 millones de dólares cada tres meses.
Boutros-Ghali dijo que una delegación iraquí encabezada por el embajador Abdul-Amir al-Anbari regresó a Bagdad esta semana para consultar con el presidente Saddam Hussein y su gobierno sobre los detalles negociados con los funcionarios de la ONU durante dos semanas en Nueva York.
"Espero que pronto estemos en condiciones de iniciar una segunda etapa de conversaciones, una vez que el gobierno de Iraq haya aceptado el borrador", añadió Boutros-Ghali, aludiendo al principio de acuerdo resultante de las conversaciones.
El gobierno iraquí rechazó el año pasado un plan aprobado por el Consejo de Seguridad para permitir a Bagdad la venta de parte de su petróleo a fin de pagar las compras de suministros de carácter humanitario que el país necesita desesperadamente.
Bagdad consideró que las condiciones contenidas en la resolución 986 del Consejo, de mayo de 1995, eran una violación de la soberanía iraquí.
En esta nueva oportunidad, sigue siendo posible que algunos de los 12 puntos de la actual oferta resulten polémicos.
Antes de que sea firmado ningún acuerdo petrolero, Iraq tendrá que cumplir con una serie de exigencias que se ajustan a las instrucciones dadas por el Consejo de Seguridad para negociar unas ventas de petróleo estrictamente controladas.
Bagdad deberá reparar un oleoducto que atraviesa la ciudad turca de Kirkuk, por el cual pasará la mayoría del crudo.
Saddam Hussein ha objetado a esta condición, pues su gobierno prefiere hacer los embarques en el puerto iraquí de Mina al-Bakr en lugar de pasar por la frontera con Turquía, que toca un enclave kurdo autónomo, protegido por Estados Unidos.
El comité de sanciones de la ONU también tendrá que decidir cuál será el banco que maneje los fondos percibidos por Iraq por sus ventas de petróleo, de forma que ninguna cantidad sea desviada para otros fines que no sean los humanitarios.
La resolución del Consejo determina que parte de las ganancias serán destinadas a pagar indemnizaciones por daños de guerra causados durante la invasión a Kuwait en 1990, la propia supervisión de la ONU y la ayuda a los kurdos del norte de Irak.
Bagdad nunca ha aceptado la resolución 986, pero este mes acordó discutir los aspectos técnicos del negocio petrolero. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/arl/ip/96)