IRAN: Europa rechaza plan de EE.UU de sancionar a terceros países

Los países de Europa consideran la posibilidad de rechazar discretamente el plan de Estados Unidos de sancionar a empresarios de terceros países que desafían sus deseos y estrategia al concretar negocios con Irán.

El ministro de Recursos de Francia, Bernard Pons, comenzó el domingo una visita de cuatro días a Teherán, la primera de un funcionario de ese país en cinco años, para suscribir acuerdos sobre transporte carretero y cooperación. Alemania y Gran Bretaña también renuevan sus relaciones con Irán en base al comercio.

Los funcionarios de los países europeos están preocupados por las legislaciones que discute el Congreso de Estados Unidos para sancionar a quienes comercien con el país asiático.

Dos proyectos de ley presentados por legisladores del Partido Republicano en el Congreso de Estados Unidos prevén la prohibición de ingresar al país a empresarios del sector energético que tengan trato con Irán.

La iniciativa del senador por Nueva York Alphonse D'Amato respaldada por 31 legisladores postula, además, la prohibición de importar productos de esas compañías y la venta de insumos dirigidos a éstas.

Tanto este proyecto como el presentado ante la Cámara de Representantes por el diputado republicano por Nueva York, Benjamin Gilman, establecen que el presidente podrá prohibir la concesión de préstamos a esas empresas.

En Europa, pocos creen que estas iniciativas finalmente se aprueben, pero, de todos modos, los gobiernos elevaron sus voces en contra.

Una fuente del parlamento de Gran Bretaña consideró que los intereses comerciales de Europa se ven "amenazados" y alertó sobre la eventual violación del principio de territorialidad implícita en esos proyectos.

"En realidad, es un problema de Estados Unidos, pero esto lo convierte en una cuestión internacional", dijo.

Las imperfecciones de la estrategia de Bill Clinton respecto de Irán quedaron al descubierto en marzo de 1995, cuando su gobierno vetó un acuerdo por 1.000 millones de dólares entre la compañía Conoco, de Texas, y la Compañía Nacional Petrolera de Irán.

El lugar de Conoco fue ocupado por la empresa francesa Total. El Congreso consideró entonces contraproducente el embargo unilateral, pues costó puestos de trabajo en Estados Unidos, benefició a los rivales comerciales y significó una forma de presión ineficaz.

La mayoría republicana del Congreso reclamó acciones más duras, lo que obligó a Clinton a cortar totalmente los lazos comerciales y de inversión con Teherán en abril de 1995.

"Estoy convencido de que establecer un embargo comercial con Irán es la forma más eficaz de impedir que ese país continúe adquiriendo armas de exterminio y respaldando actividades terroristas", dijo Clinton en un discurso ante el Congreso Judío Mundial.

La mayoría de los países de la Unión Europea (UE), junto a Japón, prefieren el denominado "diálogo crítico" o "compromiso constructivo" con Irán. Según ellos, estas estrategias no forzarán a Teherán a asumir actitudes peligrosas, mientras permitan la existencia de vínculos comerciales.

Las relaciones de Europa con Irán son frágiles, en parte debido al mantenimiento de la sentencia de muerte contra el escritor Salman Rushdie.

Casi toda interacción entre europeos e iraníes provoca confusión. La semana pasada, un importante sacerdote iraní acusó a Gran Bretaña de enviar una espía que disfrazada de hombre que se hizo pasar como estudiante de teología musulmana durante tres años en Teherán.

Pero la UE necesita desarrollar un diálogo con Irán por otras razones, entre ellas el pago de miles de millones de dólares de deuda que Teherán mantiene con gobiernos, bancos y compañías europeas.

"No hay duda de que Irán sabe que sus deudas lo atan estratégicamente a Europa. Nadie quiere ver a Irán imposibilitado de vender su petróleo, porque cuando eso suceda dejará de pagar", dijo Ali Ansari, ex editor de la revista Iran Focus, de Londres.

Al mismo tiempo, Irán mantiene cierta participación en empresas europeas como las alemanas Krupps y Mercedes Benz, un legado de la política industrial del shah Rezah Pahlevi.

"Si el proyecto se aprueba, ¿quiere decir que los estadounidenses dejarán de comprar automóviles Mercedes Benz? Esto apenas revela las limitaciones prácticas de la idea de D'Amato", dijo un analista. (FIN/IPS/tra-eng/db/rj/mj/mm eu na if/96)

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