(IPS) La reducción de fondos destinados a la industria nuclear de India ha desinflado las ambiciones del país asiático de convertirse en productor de energía y endeudado al programa atómico del gobierno.
Aunque India fue el primer país de Asia, a excepción de la ex Unión Soviética, en construir una central de energía atómica en 1969, su capacidad generadora de energía nuclear no logró superar el tres por ciento de las necesidades de energía del país.
La escasez de fondos ha impedido la construcción de nuevas plantas nucleares. El objetivo de la década, que propuso la instalación de una central de 10.000 megavatios antes del 2000, fue drásticamente reducido a menos de un tercio.
Un comité parlamentario que evaluó el programa de energía nuclear estimó el año pasado que India ha perdido al menos 676 millones de dólares en equipos que ahora no serán utilizados, y criticó al gobierno por prestar poca atención a la energía atómica,
India no puede solicitar ayuda para su industria de energía atómica debido a su oposición a la firma del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
Sin fondos, la Corporación de Energía Nuclear (NPC) sabe que deberá lograr apoyo en otro lugar si pretende acelerar la generación de energía atómica y multiplicarla por 10 en el próximo cuarto de siglo.
Las autoridades son las primeras en admitir que reunir los 285 millones de dólares necesarios anualmente para impulsar la capacidad nuclear a 20.000 megavatios antes del 2020 no será nada fácil.
India no puede darse el lujo de retrasar la expansión de su capacidad generadora ante la reducción de las reservas de combustible fósil del mundo, advirtió R. Chidambaram, presidente de la Comisión de Energía Atómica.
Con gran disponibilidad de torio y uranio, el país puede producir tres veces más energía que con sus amplias reservas de carbón.
Ahora el gobierno gasta alrededor de 80 millones de dólares anuales en su programa de energía atómica. Pero la cifra es demasiado escueta, dijo Chidambaram esta semana en conferencia de prensa en la planta de energía nuclear de Narora, a unos 140 kilómetros al este de Nueva Delhi.
La brecha ha aumentado debido al endeudamiento de los clientes de la NPC, cinco de los cuales deben más de 190 millones de dólares.
Además, las plantas gestionadas por la NPC no pueden fijar las tarifas. La estación atómica de Tarapur, una de las más antiguas plantas de India, vende la energía a precios ínfimos.
"El gobierno ha detenido el programa de energía nuclear. Nuestra industria no se ha estabilizado", dijo R. Ramchandran, editor de ciencias del diario Economic Times.
Según Ramchandran, la NPC encontrará serias dificultades para obtener fondos en el mercado, agravadas por el hecho de que "nadie confía en el sector", mientras autoridades de la empresa admiten que las instituciones financieras se niegan a extender préstamos a largo plazo.
Una nueva planta atómica cuesta más de 400 millones de dólares, un costo tres veces mayor que hace cinco años.
Por ahora, la NPC añadirá dos reactores de 220 megavatios cada uno a la planta de Rawatbhatta, en el estado de Rajastán, y también se está aumentando la capacidad de una central en el estado sureño de Karnataka.
El comité parlamentario sobre energía informó en 1995 que la reducción de los objetivos iniciales condujo a la pérdida de más de 400 millones de dólares de componentes.
El gobierno está dispuesto a comprar 280 millones de dólares de nuevos equipos. Casi la mitad del dinero se obtuvo de préstamos, cuyos intereses ascendían a 77 millones de dólares en marzo de 1995. (FIN/IPS/tra-en/mu/an/lp/en/96)