El Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh) denunció hoy que los escuadrones de la muerte continúan operando en el país.
Esas organizaciones son responsables de la ejecución de 187 personas por causas político-ideológicas en la década pasada.
En conferencia de prensa, el presidente del Codeh, Ramón Custodio, mostró fotos de algunos integrantes del batallón de la muerte 3-16, así como del sitio donde presuntamente realizan sus operaciones clandestinas en Tegucigalpa.
Según Custodio, los últimos asaltos a bancos y actos de delincuencia ocurridos en el país fueron cometidos por miembros del 3-16, quienes "siguen vigentes en el país como parte de una estructura militar".
Otro grupo paramilitar señalado por Custodio opera en el Comando Regional de la Policía (Core-7), con sede en Tegucigalpa, y estaría bajo el mando del oficial Marco Tulio Regalado.
"Estamos hablando de dos comandos de la muerte, en épocas donde ya no hay guerra fría, pero si una campaña bien dirigida de los militares para desprestigiar a los grupos de derechos humanos ahora que llegó la hora de la verdad", dijo Custodio a IPS.
El Codeh, que denunció la existencia de estos escuadrones al presentar su informe 1995 sobre la situación de los derechos humanos en Honduras, lamentó "la apatía" de la policía civil y el Ministerio Público para allanar los presuntos locales de los escuadrones.
"No entiendo por qué esta apatía, pero estamos aquí haciendo la denuncia con las pruebas y evidencias del caso. Somos una organización seria que hace algún tiempo viene registrando y detectando los movimientos de estos delincuentes del 3-16", afirmó Custodio.
El Comité de Derechos Humanos atribuye a los grupos paramilitares la mayoría de las 57 ejecuciones extrajudiciales de supuestos delincuentes ocurridas en 1995.
Muchas las víctimas eran ex sargentos del 3-16 que fueron "ajusticiados" por sus compañeros de armas para ocultar "pruebas de su existencia y operaciones", consideraron.
La denuncia del Codeh se produce en momentos en que un oficial retirado, prófugo de la justicia e implicado en desapariciones temporales, escribió un libro para contar la "otra cara" de la violación de los derechos humanos en Honduras en la década pasada.
La denuncia del Codeh menciona al cubano-venezolano Luis Posadas Carriles, alias "Pasil" como un presunto agente de la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA).
Carriles, según el Codeh, tiene un amplio historial en inteligencia militar, elaboración de bombas y actividades secretas que lo mantuvieron por mucho tiempo en Venezuela, El Salvador, Costa Rica y ahora en Honduras.
En este país, el presunto agente secreto participaría de las actividades de un grupo denominado "Mosca", que surgió hace dos años con fuertes críticas a la voluntad del gobierno de desmilitarizar la sociedad.
Carriles estuvo implicado en Venezuela en 1976 en el sabotaje a un avión de la aerolínea Cubana de Aviación, así como en otras acciones terroristas cometidas en ese país y en Nicaragua. (FIN/IPS/tm/dg/ip-hd/96)