Los países en desarrollo tienen buenas razones para estar confundidos sobre las intenciones del Banco Mundial (BM), que ahora procura una mejora de su imagen como institución financiera dirigida principalmente a naciones de ingresos medianos.
Desde 1960, cuando fundó la Asociación Internacional de Desarrollo (AID), una de sus agencias, al BM le agradó que lo consideraran una institución de desarrollo, en detrimento de su papel como banco. Así, concedió créditos para que los países pobres emprendieran reformas económicas.
Pero a comienzos de la década del 90, la imagen del BM fue vinculada a fracasos en Africa y otras regiones. Muchas de esas críticas se originaron en Estados Unidos y Europa, donde residen los principales accionistas de la entidad.
Ahora, el banco se defiende. Sus encargados de relaciones internacionales están en gira por Alemania, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Japón -países que integran el denominado "Grupo de los Cinco"- para dirigirse a grupos civiles.
El BM es "en primer lugar, y ante todo, una institución financiera", dijo a periodistas estadounidenses la semana pasada su vicepresidente encargado de Relaciones Internacionales, Mark Malloch Brown.
En el pasado, el banco hizo desfilar una cantidad impresionante de proyectos que, aseguraba, aliviarían al mundo de la pobreza. Ahora, destaca sus credenciales como administrador de dinero eficiente y conservador.
El BM recuerda que fue creado en 1946, "originalmente como un 'Banco de Reconstrucción' para una Europa asolada por la guerra", y que, debido a esa función, los préstamos a países en desarrollo "fueron excepcionales" hasta la fundación de la AID.
Aun así, los financiamientos de esta agencia -dedicada exclusivamente a países con un máximo de 695 dólares de ingresos anuales por habitante- son apenas 22 por ciento del total de sus préstamos, que alcanzaron un total de 22.000 millones de dólares en 1995.
Los créditos son concedidos en primer lugar a países con capacidad de pago e ingresos medios. Los funcionarios, además, recordaron que el mayor préstamo en términos reales que concedió en su historia fue el primero, de 250 millones de dólares, destinado a Francia.
"La historia de la AID tiende a ensombrecer estos hechos, pero somos, en primer lugar y ante todo, una institución financiera que presta con criterios de mercado", dijo Malloch Brown.
El vicepresidente del BM aseguró que "existe una compatibilidad natural" entre el banco y las instituciones financieras privadas, que en 1994 proveyeron a países en desarrollo créditos por 160.000 millones de dólares.
Ahora, el banco hace gala de sus poco conocidas operaciones bursátiles, que se desarrollan durante 24 horas al día y están enlazadas con mercados de Estados Unidos, Europa y Japón.
"Nuestra preocupación fundamental es la preservación del capital", dijo el gerente Rachid M. Ghazoli. Por eso, "no se nos permite asumir riesgos monetarios" que se originen en crisis cambiarias, agregó Deborah Duncan, gerenta de Inversiones.
Por lo tanto, cuando el BM pide prestado dinero al mercado internacional de capitales en dólares estadounidenses, yenes japoneses o marcos alemanes, las tres principales divisas en que emite sus papeles, sólo presta en esas monedas.
Este procedimiento para los préstamos es rigurosamente observado por los funcionarios del BM, dijo el vocero de la entidad, Tim Cullen.
La elección de las compañías ejecutivas que se hacen cargo de los proyectos a través de licitaciones internacionales, por ejemplo, "está muy bien controlada y supervisada por el Banco, aunque la administra el país" que obtiene el crédito.
Además, cualquier proyecto que, según la evaluación primaria, no generará "por lo menos 10 por ciento de retorno a la inversión" recibe la calificación de "insatisfactorio" aunque satisfaga a sus beneficiarios, explicó Cullen.
El BM nunca prestó todo el capital que podría, unos 200.000 millones de dólares. Su cartera principal de deudores asciende a alrededor de 124.000 millones de dólares.
El trayecto de la institución hacia el mercado incide en los países pobres, especialmente los de Africa subsahariana.
El banco apunta hacia países de medianos ingresos y China. La participación de Africa en los préstamos de la AID cayó el año pasado de 50 por ciento a 40 por ciento. China, por su parte, obtuvo casi un tercio de los créditos.
Los países de Africa subsahariana apenas fueron mencionados en el transcurso de un seminario del BM para periodistas la semana pasada. Los disertantes se refirieron especialmente a naciones como Argelia, Brasil, China, India, Marruecos y Túnez.
Dos vicepresidentes del banco para Africa fueron nombrados la semana pasada, pero de los 24 directores ejecutivos de la entidad, sólo dos representan a la región subsahariana. China y Rusia tienen uno cada uno.
Los directores ejecutivos africanos del BM tienen menos de cinco por ciento de los votos en la principal rama de la entidad, el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Alemania, por sí sola, tiene el mismo poder de decisión.
Los representantes de Africa son elegidos cada dos años de una larga lista. Los del "Grupo de los Cinco", en cambio, son designados y su permanencia en el cargo no está sujeta a un período determinado, explicó el vicesecretario del banco, Waldi Raddau.
El segundo nivel de poder está compuesto por las grandes instituciones de inversión que prestan dinero al BM, fundamentalmente procedentes de los paises que integran el "Grupo de los Cinco", pues los bonos de la entidad se emiten, por lo general, en múltiplos de millón de dólares.
Pero los funcionarios del BM no creen que esta estructura genere problemas en el futuro.
"Países industrializados como Suiza y Holanda asumen la representación de las naciones en desarrollo y argumentan apasionadamente en favor de ellas. La dinámica está cambiando", afirmó Raddau. (FIN/IPS/tra-eng/ru/yjc/mj/if-dv/96)