La asistencia del gobierno de Holanda al desarrollo de varios países de América Latina y el Caribe será recortada el ano próximo, y en algunos casos totalmente eliminada.
El presupuesto holandés de asistencia se dirigirá ahora a naciones desgarradas por la guerra, a las que aún se hallan en procesos de transición y a las más pobres, principalmente de Africa y Asia meridional.
"De hecho, la cooperación con algunos países será sustancialmente reducida, si no totalmente eliminada", dijo el ministro de Cooperación para el Desarrollo, Jan Pronk.
"Se destinará más dinero a asistencia humanitaria, proyectos para la reducción de las migraciones y para la construcción de instituciones democráticas", agregó.
Pronk no mencionó los países afectados, pero trascendió que el recorte se decidirá en el caso de naciones latinoamericanas y del Caribe con democracia estable y emigración y situados en áreas sin conflictos.
Desde el año pasado, el número de países elegibles para recibir ayuda oficial de Holanda cayó de 55 a 34, y 16 vieron su apoyo restringido, entre ellos Chile, Colombia y Uruguay.
A partir de ahora también cambiará la fórmula mediante la cual el gobierno holandés calcula su presupuesto de asistencia al exterior, que se efectuará con base en un porcentaje del producto interno bruto (PIB) del país.
El presupuesto fue fijado para este año en 0,8 por ciento del PIB de Holanda, pero podría variar entre 0,75 a 0,85 por ciento para atender crisis inesperadas.
De todos modos, "no se registrarán recortes en la ayuda a los países pobres para atender prioridades nacionales", aseguró un vocero ministerial.
La asistencia exterior de Holanda considerada como porcentaje del PIB se mantuvo relativamente estable en años recientes.
La cifra nominal, que aumentará ocho por ciento, ascenderá a 5.000 millones de dolares, aunque el incremento no será uniforme para todos los proyectos dirigidos hacia países en desarrollo.
El estudio concluyó que los presupuestos de ayuda de los Ministerios de Defensa, Asuntos Externos y Cooperación para el Desarrollo deberán conciliarse. Si bien cada ministro mantendrá sus responsabilidades, habrá una mayor colaboración entre las tres carteras.
El gobierno también descentralizará y simplificará parte del proceso de toma de decisiones en la materia, lo que permitirá a las embajadas en países en desarrollo decidir sin previa aprobación ministerial la distribución de recursos hasta cierto límite.
"La simplificación del proceso tiene el objetivo de reducir la duplicación de tareas", explicó Frans Bijvoet, vocero de la cancillería de Holanda.
Las embajadas y consulados dispondrán de máxima autonomía y tendrán un papel importante en la promoción de los intereses económicos y comerciales de los países que la requieran.
"Los funcionarios en Holanda ahora sólo serán responsables de examinar si una propuesta aprobada por la embajada sigue los criterios generales y si hay suficientes fondos para solventarla", agregó el vocero.
Estos cambios tendrán como resultado una drástica reducción del número de informes y trámites que se requieren para cada proyecto de asistencia.
Aunque las organizaciones no gubernamentales que operan en el área de la ayuda al desarrollo no se oponen a los cambios, éstos "no han ido suficientemente lejos", dijo Greetje Lubbi, portavoz de uno de los principales grupos civiles en la materia.
"Seguiremos presionando al gobierno para que haga mayores desembolsos en el área social de los países en desarrollo y para el establecimiento de vínculos más claros entre la asistencia y los derechos humanos", advirtio Lubbi.
Los analistas temen que la coordinación de la asistencia financiera entre ministerios conviertan la ayuda en un asunto político.
"Nuestra meta consiste en lograr que la mayoría de los rcursos sean entregado a organizaciones no gubernamentales locales", senalo Max van den Berg, director de NOVIB, la principal organización de ayuda para el desarrollo de Holanda.
Van den Berg sostuvo que los países industrializados deberían evitar prácticas comerciales "injustas" que perjudican a los países en desarrollo.
"Es injusto que a los productores europeos de carne, que reciben grandes subsidios, se les permita introducir sus productos en Africa oriental", senaló
"Deberíamos frenar el 'dumping' y establecer un comercio justo", finalizó. (FIN/IPS/tra-eng/os/rj/mj-ff/eu dv/96)