El anunciado retiro del capitán de fragata argentino Alfredo Astiz, condenado en Francia por el asesinato de dos monjas, abrió las puertas a una visita oficial del presidente Carlos Menem a París.
Pero el gesto de defección podría convertirse en una auténtica burla si, tras el viaje de Menem, entre este martes y jueves, Astiz pretende permanecer en carrera con nuevo destino, tal como sospecha el abogado Horacio Méndez Carrera.
Méndez es el letrado patrocinante de las familias de las religiosas Léonie Duquet y Alice Domon, que fueron secuestradas en 1977 en esta capital, torturadas y luego asesinadas durante el último régimen militar (1976-83).
El tema de las monjas es el más espinoso punto de la agenda bilateral entre Argentina y Francia. Hace nueve meses, la defensa de Astiz por parte del actual jefe de la Armada Enrique Molina Pico casi deriva en un conflicto diplomático.
Autoridades argentinas creen que es posible negociar con el gobierno francés la presentación del capitán ante la justicia de ese país, que lo condenó a cadena perpetua, o en su defecto adelantar el retiro de Astiz.
Pero como explicó Méndez a IPS, "el gobierno francés no puede negociar nada porque se trata de un fallo de la justicia y la justicia es independiente".
"Sólo si el se presenta habrá un nuevo proceso, pero no puede desconocer la sentencia", subrayó.
Asimismo, la alternativa de adelantar la baja fue descartada por el ministro de Defensa Oscar Camilión, quien explicó que el trámite requiere una serie de pasos que no se pueden saltear bajo pena de incumplir el reglamento.
Astiz fue procesado en la causa de las monjas y cuando se habían hallado pruebas contundentes de su culpabilidad fue beneficiado por la ley de Obediencia Debida, que exoneró de proceso a los militares que violaron los derechos humanos no por propia decision sino por cumplir órdenes superiores.
No obstante, el juicio siguió en Francia, donde fue declarado culpable tras un proceso en ausencia del imputado al que asistieron testigos argentinos convocados por la defensa.
Si bien fue absuelto en su país, Astiz no puede viajar al extranjero sin ser detenido por Interpol, ya que tiene pedido de captura por los tribunales franceses.
El capitán se había infiltrado en un grupo de familiares de desaparecidos que en 1977 se reunían en una iglesia de París para intercambiar información sobre el destino desconocido de sus seres queridos. Allí trabajaban las monjas.
Desde entonces fue apodado "El ángel rubio", por su rostro inocente, su cabello rubio y sus ojos claros.
Astiz representa el símbolo de la represión ilegal y de la impunidad de los militares que violaron derechos humanos. Se lo procesó y liberó en otra causa por el asesinato de laa joven sueca Dagmar Hagelin y fue identificado como torturador por sobrevivientes de la represión ilegal de los años 70.
Además, en 1982 tuvo una actuación polémica en la guerra por la soberanía de las islas Malvinas. El cuerpo que estaba a su cargo se rindió sin luchar antes de que concluyeran los enfrentamientos con Gran Bretaña. Lo procesó la justicia militar y lo absolvió.
En Argentina, no puede caminar por las calles sin recibir insultos y en tres oportunidades fue golpeado por transeúntes que lo reconocieron. Después de la última agresión, en diciembre, pidió el retiro.
La solicitud de Astiz allanó el camino a una visita oficial de Menem a Francia. Según un informe elaborado por el embajador argentino en París Archibaldo Lanús, sin un gesto en el caso Astiz no había visita posible.
El gesto llegó, pero ahora se sospecha que podrií diluirse en el tiempo una vez que Menem cumpla su visita.
El pedido del marino estuvo rodeado de actitudes de respaldo por parte de numerosos miembros de la Armada. Según el reglamento, el 1 de marzo comenzará una licencia extraordinaria de seis meses y recién después se decidoráa su pase a retiro o cambio de destino.
Méndez alertó sobre la posibilidad de que la jugada termine en lo segundo. Inclusive, el letrado sospecha que Astiz podría intentar un ascenso en el Senado, alentado por numerosos camaradas de arma en actividad que lo reivindican.
Justamente, el tema del eventual ascenso fue lo que originó una crisis diplomática con Francia. Enrique Molina Pico consideró en 1995 que Astiz tenía "condiciones morales y profesionales" para ser promovido en la carrera.
De esa manera, Molina Pico adelantó la posibilidad de que el pliego del Poder Ejecutivo con un pedido de ascenso llegue a la Cámara Alta.
El embajador de Francia en Buenos Aires, Renaud Vignal, se preguntó entonces públicamente si para ser ascendido en la Armada argentina era necesario ser un asesino y se rehusó a invitar al comandante de esa arma a una celebración que se realizaba en la sede diplomática el 14 de julio.
Menem pidió a Francia que no se entrometa en asuntos de Argentina. Finalmente, Vignal invitó al jefe de los marinos a los festejos por el aniversario de la toma de la Bastilla.
En horas previas a la visita de Menem a Francia se especuló con la posibilidad de que Molina viaje en la comitiva presidencial, pero luego la alternativa fue descartada.
El desenlace sólo se conocerá despues del regreso de Menem y sobre todo cuando finalice la licencia extraordinaria de Astiz, en septiembre. Allí se sabrá si el gesto de rendición deja al marino fuera de batalla o si sólo fue una burla. (FIN/IPS/mv/dg/ip-hd/96)