El gobierno de Cuba tendra que garantizar condiciones de vida mas atractivas en las areas rurales si pretende frenar la crisis agraria y lograr el autoabastecimiento alimentario, senalaron expertos y organismos oficiales.
Los tiempos de las grandes movilizaciones agricolas ya pasaron. Mientras los habitantes de las ciudades no quieren ir a trabajar al campo, las autoridades parecen haber comprendido que el trabajo voluntario no resuelve el problema esencial.
Segun los resultados preliminares de una encuesta nacional de migraciones, las potencialidades del campo cubano dependeran de una politica coherente que revierta el exodo hacia las ciudades.
El estudio, auspiciado por el Fondo de Poblacion de Naciones Unidas (FNUAP), incluye el analisis de las condiciones de vida y trabajo en la llamada "franja de base" y la busqueda de formulas que permitan la estabilidad de sus pobladores.
Segun Blanca Morejon, especialista del Centro de Estudios Demograficos de la Universidad de La Habana, la mayor virtud de la encuesta de migracion es que contempla los lugares de destino y los sitios emisores.
Investigaciones anteriores realizadas en el pais caribeno catalogan como fragiles las estructuras demograficas de los asentamientos de base y aseguran que unas 30.000 personas emigran cada ano desde ellos hacia las zonas mas urbanizadas.
Los planificadores cubanos definen como asentamiento de base las comunidades rurales de 200 habitantes o mas y los asentamientos mas pequenos o dispersos que carezcan de funciones politicas y administrativas.
Fuentes del Instituto de Planificacion Fisica (IPF) aseguran que unos cuatro millones de cubanos habitan en zonas rurales y deberian responder a las exigencias de mano de obra en el sector agropecuario.
Sin embargo, la escasez de fuerza de trabajo en el campo es desde hace anos uno de los peores dolores de cabeza de las autoridades cubanas que tienen que garantizar el avance de una economia preponderantemente agricola.
Durante varias decadas, el gobierno recurrio al auxilio de las movilizaciones a la agricultura de estudiantes y trabajadores urbanos para garantizar las cosechas de tabaco, citricos y papas.
Fuentes sindicales aseguran que alrededor de 2.000 profesionales, tecnicos y obreros calificados abandonan el sector clave de la economia cubana al terminar cada zafra azucarera.
El semanario Trabajadores, organo de la Central de Trabajadores de Cuba, aseguro recientemente que el Estado tiene plazas vacantes para unos 200.000 trabajadores en el azucar y en otros sectores agricolas.
El anuncio coincidio con una fuerte campana oficial que intento explicar a la poblacion la necesidad de una reforma empresarial en curso que catalogara como sobrantes o disponibles a mas de 500.000 trabajadores del sector estatal.
Segun el ultimo Anuario Demografico publicado en Cuba, de los 10,7 millones de habitantes que tenia la isla en 1992, 2,7 millones vivian en zonas consideradas rurales.
En un pais donde el principal producto de exportacion es el azucar, la densidad de poblacion del campo es de 25,6 personas por kilometro cuadrado, en tanto la de las ciudades es de 3.895.
Especialistas locales aseguran que el deficit de fuerza laboral en el campo no solo obedece a la existencia de zonas despobladas sino a que gran parte de los habitantes de las areas rurales no se sienten atraidos por los trabajos agricolas.
Las autoridades cubanas buscan ahora una solucion al deficit de viviendas, a las deficientes condiciones de vida en las comunidades agricolas y a la falta de un efectivo estimulo en el sector.
Como parte de un proceso de reestructuracion de la propiedad, el Estado estimula el regreso al campo y a las zonas montanosas mediante la entrega de parcelas en usufructo gratuito para el cultivo del tabaco, el cafe, el cacao y varios alimentos.
El ministro de Economia y Planificacion, Jose Luis Rodriguez, revelo que entre 1993 y 1995 unas 30.000 familias decidieron asentarse en los campos tras solicitar y recibir una parcela.
Tras tres decadas de dominio de las empresas estatales en la agricultura cubana, en dos anos la propiedad cooperativa paso de 12 por ciento de las tierras a 64 por ciento.
Sin embargo, expertos locales aseguran que pese al retorno a las zonas rurales de muchas familias, el proceso es aun insuficiente y no resuelve la escasez de mano de obra dejada atras por el exodo hacia las ciudades. (FIN/IPS/da/ag/dv-if/96)