Los exiliados cubanos en esta ciudad de Estados Unidos exigieron al presidente Bill Clinton una firme reacción contra el reciente derribo de dos avionetas civiles frente a las costas de La Habana.
Las tres diferentes versiones que circulaban del incidente hasta la noche del domingo coincidían en que aviones MiG cubanos lanzaron cohetes contra las avionetas Cessna, pero diferían sobre el motivo por el cual se encontraban en la zona y la distancia a la que estaban de Cuba.
El gobierno del presidente Fidel Castro asegura que las dos avionetas violaron el territorio cubano el sabado, llegando a tres kilómetros de la costa.
"Iban en dirección a La Habana. Dos de las aeronaves penetraron la zona restringida del espacio aéreo cubano", señaló un comunicado de la cancillería divulgado este lunes en La Habana, en referencia al área costera de 7,5 kilometros.
Por su parte, radares estadounidense identificaron el ingreso de una tercera aeronave al espacio aéreo cubano, pero su piloto negó el hecho. Al ser obviada por los aviones MiG pudo regresar a salvo al aeropuerto de Opa-locka, en el noreste de Miami, para dar parte del ataque.
Las avionetas eran conducidas por cuatro miembros de la organización de exilados cubanos de Miami "Hermanos al Rescate", que se dedica desde 1993 a rastrear y ayudar a embarcaciones de balseros que ingresen a las aguas internacionales del Estrecho de Florida.
Aviones de la organizacion han sobrevolado La Habana en varias ocasiones desde julio de 1995 para lanzar volantes con mensajes como "compañeros no, hermanos si" y "tu problema es el mío", acciones que no han sido bien explicadas por su presidente, Jose Basulto.
El derribo de las avionetas ocurrido este sábado provocó reuniones de alto nivel en Washington, que prosiguen sin aparente consenso en como responder al régimen cubano.
Las opciones van desde un improbable bloqueo militar hasta medidas punitivas como restringir el servicio telefónico y los vuelos charter hacia Cuba.
Clinton pidió el domingo una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para solicitar una condena oficial del incidente, que el secretario de Estado, Warren Christopher, calificó como una "escandalosa violación del derecho internacional".
El inicidente, que podría abrir otro capitulo de tensiones entre Cuba y Estados Unidos, se produjo en momentos en que el gobierno de Castro desató una ola de arrestos de opositores internos pertenecientes a la organizacion Concilio Cubano, que tenían programado reunirse el sábado en La Habana.
Dirigentes estadounidenses de origen cubano se hicieron presentes en el hangar de Hermanos al Rescate, en Opa- locka, para escuchar las declaraciones Basulto, quien pilotó la avioneta que regresó a salvo.
"Esta es otra muestra de la violencia que caracteriza al régimen de Fidel Castro. Si se logró una intervención militar en Haití y ahora allí hay democracia, ?por qué no hacemos lo mismo con Cuba?", se interrogó la representante demócrata Ileana Ros- Lethinenm.
Según Basulto, los aviones fueron derribados en aguas internacionales, como lo demuestra una grabación de las comunicaciones entre los pilotos y la torre de control de La Habana, que denunció pretendió ser incautada por autoridades de la aduana aérea de Miami.
Entre tanto, las protestas se dejan sentir desde la tarde del sábado en las calles de la Pequena Habana, en el sudoeste de Miami, donde miles de exilados se mantienen a la expectativa de la respuesta del gobierno estadounidense al ataque.
"?Qué más debemos sufrir para que el mundo deje de justificar a Castro? Estos son sólo nuestros muertos más recientes. ?Hasta cuando van a esperar?", exclamó Sylvia Iriondo, quien se encontraba a bordo de la avioneta pilotada por Basulto.
En Nueva York, unos 150 exilados cubanos se trasladaron a la sede de la ONU para protestar y se informó que unas 13 personas fueron arrestadas al resistirse a respetar las barricadas.
Las autoridades de Florida anunciaron este lunes la cancelación del popular Carnaval de Miami, una celebración de dos semanas que concluiría como cada año el 10 de marzo, con el Festival de la Calle Ocho, en el corazón de la Pequena Habana.
"Esto nos ha conmovido y no podemos aceptar que no haya una acción oficial de represalia en respuesta", dijo Raquel Pérez, prima de Mario de la Peña, uno de los tripulantes de las avionetas abatidas.
El presidente de la Fundación Nacional Cubano-Americana, Jorge Mas Canosa, pidió una enérgica reacción de la comunidad internacional.
"Que dos aviones de la fuerza aérea de Cuba hayan derribado a dos aviones civiles desarmados equivale a un acto de guerra contra Estados Unidos", exclamó Mas Canosa en rueda de prensa, donde exigió a Clinton un encuentro de emergencia con el Consejo de Seguridad de la ONU para determinar sanciones.
"Este es el momento de buscar una acción internacional definitiva contra Fidel Castro", comentó el representante republicano de Florida Lincoln Diaz-Balart, también de origen cubano.
El congresista aseguró que "Clinton se esta jugando la reelección" en la respuesta que dé a este incidente.
Los principales precandidatos presidenciales republicanos, Bob Dole, Pat Buchanan y Lamar Alexander, han sugerido que Clinton ha sido muy suave con el gobierno cubano.
"Remover a Fidel Castro del poder debe ser un objetivo político de Estados Unidos", dijo Buchanan, hasta ahora el principal contendiente de Clinton, en una entrevista de televisión poco después del ataque.
Aunque puntualizó que no recomendaría una invasión militar, defendió una fuerte acción política y diplomática que provoque la salida de Castro del poder "lo más pronto posible".
Clinton asestó un duro golpe al exilio cubano el año pasado cuando decretó el cierre de las fronteras estadounidenses a los balseros que escapaban de la isla.
"De su respuesta ahora depende que no se borre definitivamente el voto cubanoamericano de su lista de campana", aseveró Diaz- Balart. (FIN/IPS/lhr/ag/ip/96)