Cuba está preparada para explicar el abatimiento de dos aviones civiles estadounidenses ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), anunció el canciller del país caribeño, Roberto Robaina.
El ministro rehusó reunirse con el Consejo de Seguridad de la ONU pues el organismo emitió una declaración en la que deploraba el episodio antes de su llegada a Nueva York.
"Ellos sabían que yo llegaba este martes", se quejó Robaina, quien sostuvo que obtuvo la visa para ingresar a Estados Unidos desde Dinamarca recién después de que el Consejo de Seguridad aprobó la declaración por consenso.
"Es difícil para mí comprender qué significa la 'seguridad' que ofrece el Consejo", dijo Robaina, quien sostuvo que el organismo actúa bajo la influencia de Estados Unidos.
Sin embargo, Cuba procurará explicar por qué derribó los dos aviones Cessna en una sesión de la Asamblea General a la pretende que asistan los 185 países integrantes de la ONU.
Robaina solicitó al presidente de la Asamblea General, Diogo Freitas do Amaral, que permita a La Habana decir su versión "a la ONU y al mundo en general".
Robaina también se reunió con representantes del Movimiento de Países No Alineados y de América Latina, y acusó al grupo anticastrista "Hermanos al Rescate", con base en Miami, de intentos de desestabilización contra Cuba y previas violaciones a la soberanía territorial del país caribeño.
Estados Unidos admitió las violaciones al espacio aéreo cubano por parte de "Hermanos al Rescate" en el pasado, pero continuó acusando al gobierno de Fidel Castro de cometer un crimen al matar a sangre fría a los pasajeros y la tripulación de un avión civil y afirmó que, por lo tanto, debe asumir las consecuencias.
"Estados Unidos no está tolerando acciones ilegales. Estamos viendo cómo opera esta gente", dijo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Madeleine Albright, con respecto a "Hermanos al Rescate", y aseguró que la Administración Federal de Aviación de su país (FAA) está controlando las actividades del grupo.
Pero agregó que los MIG de Cuba que abatieron a los dos aviones civiles deberían haber empleado recursos legales para provocar el retorno de los aeroplanos a Miami una vez que conocieron las intenciones de su tripulación de ingresar en la zona de defensa aérea de la isla, al sur del paralelo 24.
En una transcripción preparada por Estados Unidos de las transmisiones de radio entre la base de control aéreo en La Habana y los aviones militares, los pilotos se refieren a uno de los Cessnas como "un aeroplano pequeño blanco y azul (que vuela) a baja altitud".
Esto demuestra, según Albright, que los aviadores militares conocían el carácter civil de las naves derribadas.
En la transcripción, los pilotos de los MIG pidieron autorización para destruir los Cessnas en términos vulgares. "Me resultó chocante la alegría de estos pilotos para cometer un asesinato a sangre fría", dijo Albright.
La embajadora se complació por la declaración del Consejo de Seguridad, que deploró el acto y pidió a la Organización Internacional de Aviación Civil una investigación sobre el caso.
La resistencia de China y Rusia obligó a emplear un lenguaje más moderado que el propuesto por Estados Unidos y la ausencia de sanciones contra La Habana.
El vocero de Cuba Edgardo Valdés-López dijo a IPS que la cuestión, de todos modos, no era el lenguaje empleado sino el hecho de que no se permitió a Robaina la posibilidad de hablar ante el Consejo. "Estaban muy apurados en emitir un juicio como para escuchar las dos campanas", dijo.
Valdés-López anunció que La Habana podría objetar lo que considera un procedimiento sesgado del organismo, que este mes sesiona bajo la presidencia de Estados Unidos.
Washington y La Habana usaron a la ONU como caja de resonancia de sus acusaciones mutuas con respecto al caso.
Cuba mencionó a un supuesto desertor de "Hermanos al Rescate" que afirmó que los servicios de Inteligencia de Estados Unidos ayudaron a entrenar a los integrantes del grupo, cuyo fundador, José Basulto, es un veterano de la fallida invasión a Cuba en 1961, por Bahía de Cochinos.
Pero un vocero de Estados Unidos que pidió anonimato dijo que "Hermanos al Rescate" "no tiene vinculación con la CIA", la Agencia Central de Inteligencia del país norteamericano.
Para muchos diplomáticos acreditados ante la ONU, esta guerra de palabras provocó un aparente calentamiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Los dos países habían firmado un acuerdo de regulación de migraciones en 1994 y expandieron sus conexiones en materia periodística y telefónica.
Pero el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, anunció el lunes duras sanciones contra Cuba, que sufre un embargo del país norteamericano desde 1961.
Clinton ordenó la prohibición de vuelos arrendados entre los dos países y restringió los movimientos de diplomáticos cubanos a 25 kilómetros alrededor de Nueva York. (FIN/IPS/tra- eng/fah/yjc/mj/wd na ip/96)