El gobierno de Colombia inició hoy el primer diálogo de paz de su administración con un grupo insurgente, en medio de la crisis desatada por la presunta infiltración de dinero del narcotráfico en la campana electoral del presidente Ernesto Samper.
El diálogo se inicia con el comando Jaime Báteman Cayón, un grupo disidente del legalizado M-19, que está integrado por cerca de 200 combatientes y opera en las montañas de Cauca, al sur de Colombia y en la andina región productora de café (centro).
Daniel García-Peña, coordinador de la Oficina Presidencial para la Paz, dfirmó que para el gobierno esta negociación es importante porque pondrá en funcionamiento un modelo que intentará incidir directamente en el desarrollo socioeconómico de la región y vinculará a la sociedad civil en el diálogo.
El inicio de las negociaciones, este jueves, se produce después de una primera fase de distensión que se inició hace un año con la liberación del actor de televisión Alfonso Lizarazo, a quien la organización insurgente retuvo para hacerlo emisario de su propuesta de paz al gobierno.
Gobierno y guerrilla acordaron en aquel momento establecer una zona de distensión, donde se realizaron los primeros acercamientos para la definición de las bases de negociación.
Para esta segunda etapa, además de los integrantes del grupo insurgente se incluirá a un grupo de testigos que asistirán a las rondas de negociación.
El Báteman Cayón surgió de un grupo del M-19 que discrepó con la negociación que el M-19 concretó con el gobierno en 1990. Al igual que el M-19 defiende postulados nacionalistas y bolivarianos.
La negociación es la primera bajo Samper, tras el fracasado intento con la Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG), de la que forman parte las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y un grupo disidente del legalizado Ejército Popular de Liberación.
Samper abrió a finales de 1994 una etapa que llamó de acercamiento para un posible diálogo con la CNG (que reúne a cerca de 14.000 combatientes).
Esa fase quedó interrumpida en 1995 por recriminaciones mutuas entre las partes en el sentido de que no existía un verdadero compromiso para negociar la paz.
En recientes comunicados, las FARC y el ELN descartaron cualquier acercamiento con el gobierno en las actuales condiciones de crisis.
Las dos organizaciones guerrilleras afirman que el gobierno de Samper es "ilegítimo" y piden su renuncia y la del vicepresidente Humberto de la Calle. (FIN/IPS/yf/dg/ip/96)