El presidente de Rusia, Boris Yeltsin, aún no decide qué medidas tomar respecto de la separatista Chechenia, mientras sus planes de paz o de victoria son ridiculizados por la oposición y el conflicto cruza las fronteras hacia repúblicas vecinas.
Los opositores dudan que el mandatario pueda resolver el problema, como lo prometió, antes de las elecciones del próximo junio, pese a la presentación de un conjunto de propuestas largamente esperadas para poner fin al conflicto, que ya lleva 14 meses y se ha vuelto sumamente impopular entre los rusos.
Las opciones varían desde un rápido retiro de las tropas hasta la guerra total, pero Yeltsin no manifiesta preferencia por ninguna de ellas. Hasta el momento, unos 30.000 soldados murieron en combates entre las fuerzas rusas y los rebeldes chechenos leales al líder Jokhar Dudayev.
"Hace dos semanas el presidente afirmó que tenía siete planes de paz, y luego ocho", observó Mijail Gerasev, un experto militar del Instituto Canadiense-Estadounidense de la Academia Rusa de Ciencias. "Ahora los planes son probablemente 24, pero eso no nos traerá la paz", agrego.
El conflicto dio un peligroso giro este sábado, cuando 3.000 civiles ingush fueron atacados por fuerzas rusas en seis localidades cercanas a la frontera con Chechenia, donde el gobierno afirma que se esconden los separatistas.
Anteriormente a la declaración de independencia de Chechenia, a fines de 1991, ambas repúblicas eran conocidas como Checheno- Ingushetia.
Yeltsin, en su discurso anual sobre la situación del país, inauguró el viernes la campaña electoral junio con un firme discurso en el que intentó conquistar el voto de las capas más pobres de la sociedad y enumeró las opciones existentes en relación a Chechenia, aunque sin detallarlas.
La lista de opciones fue elaborada por una comisión gubernamental especial sobre Chechenia encabezada por el primer ministro Viktor Chernomyrdin y varios expertos de la camarilla presidencial.
El canciller Yevgeni Primakov sugirió que podría otorgarse a Rusia "un estatuto especial" dentro de la Federación Rusa, pero se negó a brindar más detalles.
El secretario de prensa de Yeltsin, Sergei Medvedev, se limitó a informar que las propuestas varían desde un completo retiro de las tropas rusas hasta "el uso enérgico del fuego y el sable".
El presidente reafirmó su voluntad de negociación con "cualquier fuerza política interesada en el establecimiento de la paz" y se manifestó abierto a conversaciones sobre autonomía.
Sin embargo, Yeltsin rechazó la posibilidad de dialogar con Dudayev y reiteró su apoyo al gobierno de Doku Zavgyaev, respaldado por Moscú y precariamente instalado en Grozny, la capital de Chechenia.
"No trataremos con bandidos a espaldas del gobierno legítimo de Chechenia", aseguró el mandatario en cadena nacional de televisión. "Estamos listos para adoptar compromisos en relación al estatuto de Chechenia dentro de Rusia, pero no en detrimento de la seguridad de sus ciudadanos", añadió.
Por otra parte, Alexander Iskandaryan, director del Centro de Estudios Caucásicos de Moscú, opinó que "cualquier plan que otorgue legitimidad a Zavgyaev está condenado al fracaso, ya que el gobernante sólo cuenta con el apoyo de algunos cientos de chechenos, y no es una fuerza política real para negociar la paz".
Destacados opositores de Yeltsin, entre ellos Grigori Yavlinsky, líder del partido popular liberal Yabloko y candidato presidencial, Yegor Gaidar, ex primer ministro y presidente del partido liberal Choice, y el activista de los derechos humanos Sergei Kovalyov, elaboraron su propio plan de paz y lo publicaron la pasada semana en el periódico moscovita "Izvestia".
Exigieron un inmediato cese del fuego y negociaciones abiertas, seguidas por un retiro completo de tropas y un referendo sobre la independencia de Chechenia. El antiguo gobernador de la república, Boris Nemtzov, presentó hasta el momento un millón de firmas a Yeltsin en apoyo a un inmediato cese de las hostilidades.
Del otro lado del espectro político, Yeltsin es duramente criticado por la oposición nacionalista extremista, que exige "un aplastamiento implacable" del "levantamiento" de Chechenia.
"Ponga fin a la inútil política de pacificación", urgieron al presidente delegados del Foro Político Ortodoxo en una carta abierta.
"El retiro de Chechenia no nos llevará a la paz, y la independencia de esa república se transformará en un baluarte de la lucha contra Rusia y conducirá a la desaparición histórica del estado ruso", advirtieron los opositores nacionalistas. (FIN/IPS/tra-en/ss/rj/ml/ip/96)