Canada se prepara para expandir su papel como fuerza de paz en Haiti, mientras analistas advierten que las futuras misiones canadienses se podrian ver afectadas por los sucesos de Somalia hace tres anos y los escasos recursos asignados a esos operativos.
El ministro de Relaciones Exteriores, Lloyd Axworhty, ha dicho que Ottawa aceptara una solicitud para que Canada asuma el papel de conduccion de la mision de paz en Haiti una vez que las tropas estadounidenses inicien su retirada.
Axworthy afirmo que la aceptacion formal de Canada esta condicionada al respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU a una solicitud de su secretario general, Boutros Boutros-Ghali, para que los efectivos de paz reciban adecuados niveles de respaldo de las Naciones Unidas.
Pero observadores senalan que la participacion de Canada en la mision de paz esta amenazada por conflictos entre altos oficiales, alentados por una investigacion publica sobre la conducta de las tropas canadienses en Somalia, en 1993.
La falta de una orientacion clara para los militares de Canada en la posguerra fria tambien causa inseguridades, mientras el presupuesto destina pocos fondos a las misiones de paz.
"Cada vez se hace mas dificil responder a pedidos de misiones de paz con el numero limitado de soldados de que disponemos", indico Timothy Donais, vocero de la Asociacion de las Naciones Unidas en Canada (UNAC).
Scott Taylor, editor de la revista sobre temas militares Espirit de Corps, se quejo de que mientras apenas hay dinero disponible para cascos y uniformes para los soldados, Canada continua gastando grandes sumas en costosos sistemas de armamento producidos durante la guerra fria.
El anuncio en enero de que el ministro de Defensa, David Collenette, planifica la compra a Gran Bretana de nuevos submarinos ha aumentado los temores de que las operaciones de mantenimiento de la paz se queden sin fondos.
Los efectivos de paz de Canada enfrentan una investigacion sobre el asesinato de un adolescente somali en marzo de 1993.
Varios soldados canadienses fueron acusados de torturar y asesinar, y el episodio revelo la existencia de una celula de neonazis en el regimiento Airborne, enviado en diciembre de 1992 como parte de una mision de la ONU contra la hambruna.
Tambien se sospecha en el caso de otras dos muertes, y hay acusaciones de que dos soldados canadienses ejecutaron a un ciudadano somali.
Analistas recuerdan que el comportamiento de los soldados del regimiento no es representativo de todas las ramas de las Fuerzas Armadas de Canada, pero la investigacion aumento las sospechas de que militares de alto rango hayan permitido la crisis.
El ex comandante del regimiento Airborne teniente coronel Paul Moreneault acuso a un superior, el brigadier general Ernest Beno, de socavar sus esfuerzos por eliminar a los soldados que causaban problemas antes de que la unidad fuera envidada a Somalia.
Los problemas disciplinarios eran bien conocidos, ya que algunos soldados habian quemaron el vehiculo de un oficial en la base en Canada y disparado armas en un parque publico.
El funcionario de la policia militar mayor Vince Buonomici atestiguo sosteniendo que dos generales habian interferido en sus intentos de investigar hechos que involucraban al regimiento Airborne en Somalia. Ambos generales pasaron a retiro inesperadamente antes de que pudieran ser interrogados.
Los criticos afirman que la incapacidad de altos militares para enfrentar la crisis del Airborne o asumir la responsabilidad por los hechos de Somalia ha socavado la confianza en los soldados de paz en el terreno. (FIN/IPS/tra-en/sd/yjc/lp/ip/96)