El presidente argentino Carlos Menem inició hoy una visita oficial de tres días a Francia en la que inevitablemente deberá tratar el caso de las religiosas francesas desaparecidas en Argentina durante la dictadura militar.
Menem, que almorzó este lunes con el presidente francés Jacques Chirac, procurará el apoyo de éste para impulsar el comercio bilateral, asegurar la continuidad de las inversiones francesas en Argentina y hacer que la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico acepte a su país como nuevo socio.
Los mandatarios también hablarán sobre la puesta en marcha del tratado marco para las relaciones entre la Comunidad Europea y el Mercosur firmado por los jefes de Estado y de gobierno de los dos acuerdos regionales en diciembre pasado, en Madrid, así como de la posibilidad de que Argentina sea el anfitrión de las Olimpíadas del año 2004.
Pero sin duda el punto más álgido de las relaciones bilaterales es el del llamado caso Astiz, que hace nueve meses casi deriva en un conflicto diplomático.
El capitán de fragata Alfredo Astiz, un símbolo de la represión ilegal en Argentina, fue condenado en ausencia por la justicia de Francia a prisión perpetua por su responsabilidad en el secuestro y asesinato de dos religiosas francesas, Leonie Duquet y Alice Domon, desaparecidas durante la dictadura militar en 1977.
Menem evitó el tema. "Consideramos ese caso cerrado", dijo a los periodistas en el Palacio del Elíseo.
No obstante, un colaborador de Chirac informó que el tema no fue discutido por los presidentes en el almuerzo pero que será tratado durante la visita, dado que Francia mantiene una orden internacional de captura contra Astiz y aún desea investigar la desaparición de las religiosas.
Astiz, quien renunciará a su cargo el mes próximo, no puede ser juzgado en Argentina según la ley de Obediencia Debida promulgada por el ex presidente Raúl Alfonsín, que absolvió a los oficiales de bajo rango de toda responsabilidad por los crímenes cometidos durante la "guerra sucia" contra los opositores del régimen.
La renuncia de Astiz, seguida de una orden para que acepte pleno licenciamiento en septiembre, fue considerada como un intento por evitar que se concentre demasiada atención en el caso durante la visita de Menem.
Hace sólo dos años, el entonces canciller y actual primer ministro Alain Juppé, quien se reunirá con Menem este martes, señaló que Francia no ha olvidado el caso.
Las religiosas, Alice Dumont y Leonie Duquet, fueron sólo dos de las 4.000 personas muertas y 9.000 "desaparecidas" durante la dictadura militar en Argentina, de acuerdo con cifras oficiales discutidas por grupos defensores de los derechos humanos, según los cuales los desaparecidos serían hasta 30.000.
Las monjas fueron vistas por última vez en la Escuela de Mecánica de la Armada, de Buenos Aires, donde desaparecieron cientos de argentinos.
Adolfo Scilingo, un ex capitán de corbeta que el año pasado conmocionó a los argentinos al revelar que numerosos prisioneros habían sido lanzados vivos al mar, afirmó que ambas religiosas "murieron al ser arrojadas anestesiadas en aguas del Delta del Tigre", en el Río de la Plata.
Sin embargo, Astiz negó nuevamente toda vinculación en el secuestro y asesinato de las monjas, en comentarios publicados en el diario bonaerense La Nación el pasado enero.
Sus declaraciones reavivaron la indignación en Francia, donde familiares y amigos de las desaparecidas aún desean que Astiz comparezca ante una corte, y también recuperar los restos de las religiosas.
"Si está tan seguro de sí mismo, ?por qué no vino a Francia?", preguntó Arlette Domon, hermana de una de las religiosas. "Sólo esperamos eso. Astiz se ampara en la ley de Obediencia y niega su responsabilidad, con una arrogancia intolerable", dijo a IPS.
Explicó que su hermana trabajaba en las afueras de Buenos Aires con refugiados de la provincia del Chaco, y que al darse cuenta de la opresión de la población por los militares comenzó a ayudar a las familias de los desaparecidos a hallar información sobre el destino de sus seres queridos.
Sus actividades fueron consideradas inmediatamente "subversivas" y poco después desapareció.
"Pretendemos que el gobierno de Argentina reconozca la inocencia de las víctimas del régimen militar y no los siga considerando guerrilleros. Lamento que ningún gobierno haya hecho esta declaración, y que condene al olvido a miles y miles de personas que murieron por la democracia", manifestó Arlette Domon. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/ml/ip/96)