/AMBIENTE/CUBA: Sobrinos de Kennedy piden renuncia a planta nuclear

Michael y Robert Kennedy Jr., sobrinos del ex mandatario estadounidense John F. Kennedy, pidieron al presidente de Cuba, Fidel Castro, que renuncie al proyecto de construcción de la central electronuclear de Juragua.

"Juragua pone en peligro la economía cubana", dijo Michael Kennedy, presidente de la Citizen Energy Corporation, al término de una visita privada de seis días a La Habana.

Más que la posibilidad de un accidente, que "aunque pequena existe", las autoridades cubanas deben temer a "los efectos que tendría sobre la economía nacional la más mínima fuga radiactiva", comentó.

"La percepción pública de la contaminación provocaría el alejamiento de los turistas, así como que la gente no compre el azúcar cubano", dijo el experto estadounidense, quien aseguró que Cuba puede explorar vías alternativas de energía.

Los hermanos Kennedy acumulan una experiencia de 25 años en la propuesta de energías alternativas a la nuclear en países con condiciones similares a las de Cuba.

Los hijos del fallecido Robert Kennedy, asesinado en 1968 cuando era candidato presidencial del Partido Demócrata, recorrieron el país caribeño hasta este lunes, dentro de una delegación del no gubernamental Centro para la Defensa de los Recursos Naturales.

Junto a los Kennedy viajaron a la isla expertos estadounidenses en energía nuclear con experiencia en la conversión de tecnología soviética y en la explotación de fuentes alternativas para la generación eléctrica.

La visita coincidió con el arribo a La Habana del ministro de Energía Atómica de Rusia, Victor Mijailov, como parte del acuerdo ruso-cubano para la búsqueda de un tercer socio que aporte capital para la terminación de la planta.

La construcción de la central electronuclear de Juragua, situada a unos 250 kilómetros de La Habana, empezó en 1982 y fue paralizada 10 años más tarde debido a la crisis económica.

El proyecto, que enfrenta la oposicion del gobierno e instituciones no gubernamentales de Estados Unidos, contará con dos reactores del tipo soviético vver-440/318, con una capacidad de generación de 417 megavatios de electricidad cada uno.

Los hermanos Kennedy ofrecieron al gobierno cubano trabajar en forma conjunta para el desarrollo de otras opciones energéticas.

"Mediante la biomasa cañera, Cuba podría satisfacer todas sus necesidades energéticas en el futuro previsible, de una forma mucho más barata, segura y eficiente que con la opción nuclear", aseguró Michael Kennedy.

El experto estadounidense se manifestó dispuesto a elaborar con la parte cubana un presupuesto para la utilización de la biomasa de la cana de azúcar.

Considerado el primer rubro económico cubano, la caña de azúcar crece en casi todo el país, se procesa en más de 100 industrias y, según fuentes oficiales, puede producir toda la energía que demanda el sistema electroenergético nacional a partir del uso de sus residuos.

Un estudio de factibilidad técnico-económica de la central electronuclear de Juragua, concluído en 1995, asegura que para la puesta en marcha del primer reactor se necesitarán al menos 800 millones de dólares.

La delegación norteamericana tuvo acceso a las obras de la central electronuclear, visitó centrales azucareras y conoció varios proyectos gubernamentales de conservación del ambiente.

Michael Kennedy reveló en declaraciones a la prensa que Castro se mostró muy interesado por las propuestas para el posible desarrollo de otras fuentes de energía a partir de las potencialidades de la economía cubana.

La visita de los hermanos Kennedy se sumó a la de una delegación de militares retirados y diplomáticos estadounidenses que visitó la planta atómica a principios de este mes.

"Cuba tiene la capacidad y está decidida a terminar la central electronuclear", dijo recientemente el diplomático Robert E. White, quien previó que la decisión cubana provocaría un viraje en la política de aislamiento del país caribeño impulsada por Estados Unidos.

Los miembros de la delegación de militares retirados y diplomáticos estimaron que, más que confiar en que Cuba abandone el proyecto nuclear, Estados Unidos debía prever un programa similar al que aplica en las centrales electronucleares del antiguo campo socialista europeo. (FIN/IPS/da/ag/en/96)

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