Los planes de construcción en Gran Bretaña de un nuevo embarcadero para la descarga de orimulsión procedente de Venezuela están amenazados por las desastrosas consecuencias de un derramamiento de petróleo el mes pasado en la bahía de Milford Haven, en Gales.
La orimulsión es un combustible a base de hidrocarburos pesados que sustituye al carbón en las plantas termoelécticas, y en caso de derramarse "podría cubrir el lecho marino y matar toda la vida a ese nivel", advirtió el investigador del Oxford Energy Institute Adam Seymour.
Las 50.000 toneladas de crudo liviano esparcidas por el Sea Empress a comienzos de este mes, que forman una mancha de petróleo de 10 kilómetros de extensión amenaza a especies marinas y de pájaros.
Este peligro ha generado temores de un posible vertido de orimulsión y una gran oposición al plan del nuevo embarcadero.
La orimulsión se comporta en el agua de modo diferente al petróleo, dijo Gordon James, investigador de la organización ambientalista Amigos de la Tierra, y explicó que al quedar suspendida, no se puede limpiar como el petróleo.
Además, Amigos de la Tierra sostiene que la orimulsión contiene APEO, una sustancia química de muy lenta degradación biológica que se acumula en los organismos a través de la cadena alimenticia.
Ese componente se comporta como la hormona femenina estrógeno, causando daños a los organos reproductivos de pájaros, peces y potencialmente los seres humanos.
El impacto de grandes derrames de orimulsión no ha sido estudiado, recordó el consultor marino de Amigos de la Tierra Tim Deere-Jones, y advirtió que incluso un "pequeño" derramamiento podría tener repercusiones importantes.
Unos 200 kilogramos de la sustancia que se volcarían al mar en ese caso equivalen a alrededor de 100 anos de descarga de productos químicos similares de la red de saneamiento del área, indicó el experto.
El consumo de orimulsión tiende a aumentar en todo el mundo, pese a que siempre fue duramente criticado por grupos ambientalistas. Amigos de la Tierra y otras organziaciones afirman que la simple combustión orimulsión expande la sustancia venenosa en un extenso radio.
Venezuela defiende con entusiasmo el combustible, extraído de sus reservas de crudo. La estatal Petróleos de Venezuela (PVDESA) planifica expandir la producción con una planta de 320 millones de dólares, lo cual ampliará a 7,06 millones de toneladas en 1998. En 1995, la producción se situó en 5,2 millones de toneladas.
La recientemente privatizada compañia de electricidad británica National Power, propietaria de la planta de Pembrokeshire que recibirá la orimulsión, alegó que anualmente Milford Haven recibe 7.000 tanques de petróleo, y que la cantidad de orimulsión no superará 35 cargamentos al año.
National Power sostiene que cualquier vertido del combustible sería más fácil de limpiar que el petróleo, y afirmó que las lecciones del derramamiento del Sea Empress habrán sido aprendidas en 1999, cuando se deberá finalizar la construcción del nuevo embarcadero.
Además, la compañía dice haber gastado unos 750 millones de dólares en filtros y tecnología de limpieza que hará menos perdudicial para el medio ambiente el humo procedente de la combustión de orimulsión. (FIN/IPS/tra-en/db/rj/lp/en/96)