El gobierno de Venezuela todavia carece de respaldo interno, en el ambito politico y empresarial, para las medidas economicas y fiscales que sustentaran un acuerdo de prestamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ese acuerdo, con el que Caracas quiere obtener unos 3.000 millones de dolares, se ha detenido porque el gobierno y el FMI discrepan sobre los ajustes necesarios para garantizar el credito.
Al magro apoyo u oposicion cerrada de gremios y partidos, se sumo en las ultimas dos semanas una ola de protestas callejeras, enmarcadas en el descontento por subitas alzas en el costo de la vida, y cuya multiplicacion teme el gobierno cuando aplique las medidas que pacte con el FMI.
Para el ministro de Hacienda, Luis Matos, no se ha firmado con el FMI porque el gobierno "no se ha arrodillado", segun dijo en una interpelacion el martes ante el parlamento, donde la mayoritaria oposicion reclama "un programa economico coherente".
Los recursos del FMI apuntalaran las reservas del Banco Central, para que resistan el embate de la demanda de divisas represada, cuando el gobierno desmonte el control de cambios implantado por el presidente Rafael Caldera en junio de 1994.
Matos dijo al parlamento que ese control se desmontara en mayo, lo que fijo nueva fecha al acuerdo con el Fondo, que empezo a discutirse en octubre y se preanuncio para diciembre o enero.
El gobierno acudio al FMI luego que en el tercer trimestre de 1995 se evidencio una crisis de pagos externos, pero con un discurso adverso al recetario del Fondo que Caldera ha esgrimido desde mucho antes de ser candidato presidencial, en 1993.
Inicialmente, el gobierno propuso "ajustes graduales y no de choque" en la economia, pero luego echo por la borda esas demandas ante el Fondo, asi como sus ocho programas economicos redactados desde febrero de 1992.
El centro de la polemica, dentro del pais y con el Fondo, esta en las medidas para reducir el defict fiscal, que Matos ubica para 1996 en 7,5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) o un tercio del presupuesto de 15.000 millones de dolares.
El Ejecutivo propone reducir el deficit a 2,5 puntos del PIB con incremento de algunos impuestos y creacion de uno, provisional sobre los debitos bancarios, en tanto rehuye aumentar el precio domestico de la gasolina.
El FMI considera que el impuesto a los debitos bancarios indisciplina a la poblacion porque es unicamente de aplicacion temporal y representa una carga sobre el sistema financiero, que aun no se repone de la crisis de 1994. En cambio, propone cuadruplicar los precios de la gasolina.
Los empresarios, por su parte, insisten en la libertad cambiaria y el presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, Alejandro Salcedo, propueso este miercoles que "el control de cambio se levante inmediatamente y no en mayo".
Matos dijo que el control de cambios se reemplazara con un sistema de bandas de flotacion, a partir de la realidad actual en que existe una tasa oficial de 290 bolivares por dolar, pero en transacciones secundarias trepa hasta 380 bolivares, y el FMI estimo como valor promedio 336.
El economista independiente Francisco Faraco declaro este miercoles que un sistema de cambio a bandas "no tiene sentido en un pais donde el Estado, a traves del Banco Central, es practicamente el unico oferente de divisas", ya que tres de cada cuatro dolares provienen del estatizado petroleo.
En el campo fiscal, los incrementos de impuestos y nuevos tributos son observados con lupa y escepticismo por las bancadas parlamentarias, incluido el Movimiento al Socialismo, uno de los dos partidos que apoya a Caldera y que, sumado al calderista Convergencia, reune 25 por ciento de escanos.
El partido socialcristiano Copei, y el izquierdista Causa Radical, que suman 45 por ciento de bancas, negaran su voto al impuesto a los debitos bancarios, lo que deja como fiel de la balanza al partido socialdemocrata Accion Democratica, principal fuerza en el parlamento.
Los empresarios tambien rechazan ese impuesto y el dirigente del sector comercio, Aurelio Concheso, lo inscribio en "la vision distorsionantemente fiscalista" que tendria el gobierno, el que deberia, en su opinion, reducir el tamano del Estado y aumentar el precio de la gasolina.
El presidente del gremio de los industriales, Pedro Carmona, dijo que "el sobreajuste tributario que se maneja en las conversaciones (con el FMI) retrasa la recuperacion del aparato productivo", que ha vivido tres anos consecutivos de recesion, si se exceptua el sector petrolero.
Carmona y los empresarios de publicidad Fernan Frias y Roberto Coimbra propusieron llevar de inmediato el precio del litro de gasolina a 8,6 centavos de dolar, en vez de los tres centavos actuales, y avalaron un acuerdo con el FMI "como inspirador y guia" de la reanimacion economica.
El gobierno quiere que la gasolina quede al margen del paquete de leyes que propuso al Congreso para buscar el equilibrio fiscal, asi como de las negociaciones con el FMI, y se mantenga como "una materia reservada del presidente de la Republica".
Entretanto, y sin que lleguen beneficios de un acuerdo con el Fondo, la poblacion encaja duros ajustes, luego que entre diciembre y este mes los alimentos de consumo masivo subieron un tercio su valor y para los servicios esenciales se preven alzas de 40 por ciento. (FIN/IPS/hm/dg/if/96) ITEM CLOSED