El reforzamiento de los controles fronterizos por Estados Unidos, con personal militar, provoco protestas de Mexico, reavivando la polemica entre ambos paises en lo relativo al tema de la emigracion.
Las autoridades estadounidenses decidieron vigorizar con participacion de sus Fuerzas Armadas los controles a lo largo de los 3.200 kilometros de limite con Mexico.
Tras esa medida, la cancilleria del pais latinoamericano protesto ante lo que considero una militarizacion de la franja limitrofe que puede afectar los vinculos reciprocos.
Mexico no persigue a sus trabajadores indocumentados que buscan oportunidades laborales en Estados Unidos y mantiene una politica de proteccion a sus derechos humanos mediante asistencia social, legal y economica.
La base de esta posicion es que para solucionar el problema se requiere un impulso al desarrollo socioeconomico mexicano que ofrezca mayores y mejores puestos de trabajo.
El embajador estadounidense en Mexico, James Jones, justifico el endurecimiento de su pais diciendo que no se trata de una militarizacion sino de "apoyo tecnico" de los militares a los servicios migratorios.
La busqueda de mejores opciones laborales por parte de trabajadores mexicanos, pero tambien de America Central, dada la enorme disparidad del nivel de desarrollo socioeconomico, es una de las causas del problema.
Otra es el hecho de que la ilegalidad de esa mano de obra – que realiza tareas habitualmente rechazadas por los trabajadores estadounidenses- es aprovechada por las empresas para pagarles salarios menores a los vigentes y eludir prestaciones sociales.
Asi se explica que la ley estadounidense no castigue con rigor y eficacia a las empresas que emplean indocumentados.
El conflicto se agrava debido a que los millones de desempleados estadounidenses suelen atribuir su problema a la migracion ilegal, que consideran una competencia laboral desleal, lo que alimenta tendencias xenofobicas y racistas.
En Estados Unidos, donde en noviembre se celebraran elecciones generales, el tema se ha convertido en uno de los ejes de las campanas proselitistas de los candidatos.
Mientras los republicanos ponen el acento en la "invasion de los ilegales mexicanos" el presidente democrata Bill Clinton, que aspira a su reeleccion, mantiene un discurso menos excluyente pero aplica en la practica medidas mas rigidas para no ser tan vulnerable a la campana opositora.
El Servicio de Inmigracion y Naturalizacion de Estados Unidos informo que en los cinco primeros meses de 1995 detuvo y deporto a 625.424 indocumentados mexicanos, 30,3 por ciento mas que en similar periodo de 1994.
Se calcula en un millon el numero de estos trabajadores indocumentados que ingresan ilegalmente cada ano en territorio estadounidense y permanecen en el por periodos variables.
Pese a que perciben sueldos inferiores a sus similares de Estados Unidos, estos asalariados envian a sus familias remesas que superan cada ano 3.000 millones de dolares.
Segun un estudio de la Organizacion para la Cooperacion y el Desarrollo Economico (OCDE), que ambas naciones integran, este rubro de ingresos es uno de los principales que recibe la economia mexicana.
El diputado oficialista mexicano Oscar Villalobos, presidente de la comision de Asuntos Fronterizos de la camara, dijo a IPS que "1996 sera un ano dificil para los asuntos migratorios, dado el avance del proceso electoral en ese pais".
Sostuvo que la forma en que la tematica migratoria influya en ese proceso hara que se vaya conociendo el nivel de recrudecimiento posible de las acciones contra los indocumentados.
Segun Villalobos, el manejo publico que las autoridades estadounidenses dan al incremento de las medidas contra los inmigrantes ilegales obedece a un factor de caracter principalmente electoral.
"Nos preocupa el endurecimiento aunque se lo califique de apoyo tecnico, ya que nuevamente se atienden formas y efectos, en lugar del fondo de un fenomeno social como la migracion", dijo.
Las ultimas dos decadas se incremento el numero de mexicanos residentes en Estados Unidos (documentados e indocumentados), que pasaron de 2,5 millones en 1980 a 4,5 millones en 1990.
En ese lapso crecio el peso relativo de personas procedentes de las ciudades, trabajadores no agricolas y mujeres, cambiando el perfil tradicional del emigrante mexicano: peon de areas rurales, con baja escolaridad y en busca de trabajo temporal.
En el incremento migratorio tuvo un papel estimulante la consolidacion de redes sociales funcionales, que vinculan los lugares de origen con los de destino.
Una vez que la poblacion mexicana en Estados Unidos alcanzo cierto umbral, la continua expansion de redes sociales provoco una reduccion de los costos y riesgos ligados al movimiento internacional y un incremento de la probabilidad de traslado.
Ello confirio al fenomeno fuerte impulso propio y creciente diversificacion regional, extendiendo los puntos de salida y llegada y dando mas peso al sector de mujeres y menores.
Entre otros fenomenos se observo el movimiento de familias completas o de personas que emigran por motivos de reunificacion familiar. (FIN/IPS/emv/dg/pr-ip/96)