El deficit publico es el talon de Aquiles de la economia brasilena. para 1996 el gobierno aspira a reducirlo, pero ello agravara el desempleo, al suponer el despido de centenares de miles de funcionarios.
Un brutal aumento de los gastos salariales y de los costos financieros de la deuda interna, especialmente en los gobiernos estaduales, es el principal factor de ese deficit, que supero cuatro por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 1995, luego de conocer un pequeno superavit el ano anterior.
Este sera "el ano de la verdad", adelanto el ministro de Hacienda, Pedro Malan, senalando que una de las tareas centrales del gobierno sera reducir drasticamente los gastos publicos.
El ministro de Administracion, Luiz Carlos Bresser Pereira, encargado de una reforma administrativa del Estado, propuso una enmienda constitucional que "flexibiliza" el estatuto de los funcionarios publicos, permitiendo su despido en caso de "desempeno insuficiente" y "exceso de personal".
La propia Constitucion, que hasta ahora prohibe a los gobiernos despedir a sus funcionarios, respalda una ley que establece en 60 por ciento de los ingresos gubernamentales el limite maximo de gastos salariales de las administraciones.
Actualmente esos gastos corresponden, como promedio, a mas de 80 por ciento de la recaudacion de los gobiernos estaduales, y en algunos casos superan 90 por ciento, estima Bresser Pereira.
La propuesta del ministro para bajar los sueldos al nivel exigido por ley y por las necesidades de la "gobernabilidad" es reducir 30 por ciento el total de funcionarios estaduales y municipales, lo que supondria un millon de despidos, renuncias voluntarias incentivadas o jubilaciones.
La enmienda constitucional que abriria paso a ese brutal proceso enfrenta resistencias en el parlamento, donde tiene que obtener mayoria de tres quintos en dos vueltas para ser aprobada. Pero a favor de ella cuenta la presion de los gobernadores estaduales y municipales.
El gobernador de Rio de Janeiro, Marcello Alencar, afirmo por ejemplo que mantener a los 488.000 funcionarios del gobierno de ese estado es insostenible, ya que 85 por ciento de la recaudacion fiscal es destinada al pago de los sueldos.
Pese a ello, todos los funcionarios "estan descontentos con sus salarios", dijo, advirtiendo que el personal del Estado se reducira drasticamente este ano.
Alencar puso en marcha un programa de privatizacion de once de las 26 empresas estaduales, para obtener 2.000 millones de dolares con los cuales recuperar la capacidad de inversion en el area social y la de seguridad publica.
Los gobiernos de cuatro estados menores, del norte y noreste de Brasil, firmaron acuerdos con el Ministerio de Hacienda para realizar ajustes fiscales en 1996, con despidos y privatizaciones que seran financiados con creditos blandos de la Caja de Economia Federal, un banco estatal del area social.
Antes de julio de 1994, la elevada inflacion corroia los salarios, lo que permitia a los gobiernos ocultar sus desequilibrios. Con la creacion de la nueva moneda, el real, estable desde esa epoca, los gastos salariales crecieron.
En 1995, los ingresos de los funcionarios del gobierno central publicos aumentaron 40 por ciento.
Se hizo entonces urgente recortar gastos salariales, con despidos y supresion de reglas que generan aumentos incontenibles, como las que proporcionan a los funcionarios jubilados sueldos mas elevados que perciben los activos.
Pedro Malan reconocio que tambien la politica de altos intereses, empleada para contener la inflacion, contribuyo decisivamente a la agravacion del deficit publico, que entre enero y octubre y ultimos ya era superior a los 20.000 millones de dolares, 4,36 por ciento del PIB.
Los gobiernos estaduales y municipales gastaron cerca de 13.000 millones de dolares en esos diez meses por concepto de pago de intereses, a menudo superiores a 30 por ciento en terminos reales – un nivel sofocante para gobiernos, empresas y consumidores-, admitio el ministro.
La necesidad de buscar el equilibrio fiscal, sin las reformas administrativa, tributaria y de la seguridad social, cuya aprobacion no logro en 1995, y la imposibilidad de bajar demasiado los intereses para evitar un rebrote inflacionario, dejan el gobierno sin margen para promover el crecimiento.
Por ello los analistas economicos preven para 1996 un crecimiento del PIB por debajo del cuatro por ciento anunciado por Malan, indice similar al de 1995.
La Fundacion Getulio Vargas, tradicional institucion de estudios y mediciones economicas, pronostica un crecimiento de entre 1,5 y trespor ciento.
No se preve en cambio una oferta de nuevos empleos, teniendo en cuenta la epoca actual de restructuracion productiva, que acarrea una disminucion de los puestos de trabajo.
La cosecha agricola sera menor este ano, lo que, segun el diputado Delfim Netto, ex ministro de Agricultura y de Planificacion, determinara la desaparicion de 40.000 empleos.
Todo ello, sumado a los despidos masivos en el sector publico, indica que 1996 sera un ano critico en relacion al empleo en Brasil, quizas siguiendo los pasos de Argentina, aunque a larga distancia.
Segun las ultimas mediciones, el desempleo abierto alcanza en Argentina 16,4 por ciento y 5,09 por ciento en Brasil. (FIN/IPS/mo/dg/if-af/95)
