A medida que se acerca el nuevo milenio y se agudiza la ansiedad de la empobrecida clase media de Estados Unidos, el fantasma de un fin apocaliptico para la especie humana – o, por lo menos, del promocionado modo de vida nacional- persigue a la ultima superpotencia mundial.
Hollywood se adelanto al espectro. Desde el fin de la guerra fria, ha producido infinidad de peliculas acerca de nuevos y diabolicos enemigos cuya meta es, precisamente, destruir las posesiones mas preciadas de la familia estadounidense promedio.
La pantalla grande ha mostrado ante los aterrados espectadores a astutos terroristas desequilibrados (en su mayoria arabes), traficantes de drogas (casi todos latinoamericanos), dictadores avidos de poder y multimillonarias corporaciones extranjeras.
Los cineasta ha atribuido al propio gobierno de Estados Unidos papeles que evocan a los cuatro jinetes del Apocalipsis biblico y hasta al Anticristo.
Quiza la mas interesante y convincente de estas amenazas no sea nada humana. Es un virus.
En estos tiempos de calentamiento planetario y sida, hay algo irresistible que obliga a Hollywood a realizar guiones protagonizados por invisibles y mortales microbios.
La premisa de "Twelve monkeys" ("Doce monos"), del maestro de ciencia ficcion Terry Gilliam, es bastante desconcertante. Segun la pelicula, cinco millones de personas, casi toda la especie humana, moriran entre este fin de este ano y algun momento de 1997 a causa de una epidemia de proporciones biblicas.
Asi mismo, el protagonista, Cole (Bruce Willis), sera arrancado de una brutal y cavernosa carcel subterranea en el 2035 y enviado a 1990 para que descubra el origen de la enfermedad.
El proposito aparente es que este confuso viajero del tiempo brinde un informe a un grupo de cientificos maniaticos, a quienes se identifica solo por sus ropas y piel blanca y su posicion de obvia autoridad.
Las pistas de Cole son la grabacion de una misteriosa voz de anciano y el recorrido de la enfermedad a traves de varias ciudades como Filadelfia, Kinshasa y Bangkok. Si el protagonista encontrara el virus, la humanidad podria retornar a la superficie del planeta, deshabitada desde el estallido de la peste.
Cole recluta como colaboradora en su resuelta y sangrienta busqueda a una psiquiatra (Madeleine Stowe), quien, aunque hace gala de su escepticismo, esta fascinada con las profecias apocalipticas en boga en el siglo XX, especialmente una que preanunciaba el desastre ocurriria a fines de 1996.
Las sospechas y las obsesiones de Cole sobre el origen del virus recaen sobre un grupo de activistas por los derechos de los animales de Filadelfia, el "Ejercito de los Doce Monos". Cole habia conocido a su lider, Jeffrey Goines (Brad Pitt), cuando fue confinado en un manicomio durante un viaje anterior, hacia 1991.
Goines decia que acabar con la humanidad podria ser una buena idea. Pero, mas que por preocupaciones morales, esta proposicion parecia motivada por el odio hacia su padre, un virologo ganador del premio Nobel que investiga en laboratorios de alta tecnologia, presumiblemente con fondos del gobierno.
?Quien creo este fatal virus, y como? ?Fue el activista? ?Fue el padre? ?O Cole corre tras una pista falsa? Estas son las preguntas que sacuden la violenta trama de la pelicula hacia su aparentemente inevitable climax.
Libros de gran venta sobre acontecimientos reales, como "La zona caliente", de Richard Preston, o "La plaga que viene", de Laurie Garret, refuerza en los estadounidenses blancos y de clase media la idea de que algo realmente peligroso, malo y microscopico los atacara desde el Tercer Mundo.
Los hechos que narran estos libros parecen haberse convertido en una metafora de distintos miedos: a las drogas, a las enfermedades, al dolor, a la muerte.
El muy real estallido del mal de Ebola en Africa el ano pasado no ha ayudado a aventar la imagen del Tercer Mundo como fuente de riesgos.
Hollywood se ha ocupado de estas cuestiones, pues en 1995 se rodo "Epidemia" y se diseno el proyecto "Crisis en la zona caliente", de Jody Foster y Robert Redford, hoy en suspenso.
"Epidemia", una adaptacion libre de la obra de Preston, narraba como el protagonista (Dustin Hoffman) salvaba a la bucolica comunidad de Cedar Creek, en California, del Pentagono y del mortal virus Motuba, que llego alli a traves de un mono procedente de la jungla zairena.
Da cierto alivio, por cierto, que la ultima contribucion a la "virusfobia" nacional senala como culpables a nativos de Estados Unidos.
"Doce monos" hace gala de imagenes excitantes y originales, y quiza apunta a los jovenes fanaticos de la ciencia ficcion y a aquellos que realmente creen que el fin se aproxima. Como entretenimiento puro, funciona.
Pero el personaje de Willis es plomizo, nada sutil y, sobre todo, poco interesante. Los intringulis existenciales que formula la pelicula son apasionantes, pero no tanto como para que el espectador los recuerde despues de que se retire de la sala de cine.
Bueno, por lo menos hasta que se entere de la proxima epidemia. (FIN/IPS/tra-eng/jl/mj-ff/cr/96) ITEM CLOSED