Las redes de complicidades y las modalidades de actuacion de los regimen militares instalados en gran parte de America del Sur en los anos 70, basados en la doctrina de la seguridad nacional, van quedando lentamente al descubierto.
En algun caso por azar, a traves de pacientes investigaciones en otros y en general gracias a la casi total desaparicion de una red protectora, alternativamente van surgiendo elementos que dejan al desnudo situaciones atroces.
Pero algunos brazos de esa red continuan operando y haciendo caso omiso de que el sistema democratico sea una constante en la region.
El caso mas reciente estallo en Uruguay al revelarse el resultado de la autopsia practicada a un cadaver aparecido en 1995 en una zona balnearia cercana a Montevideo.
La investigacion forense concluyo que existe mas de 90 por ciento de posibilidades de que el cuerpo hallado, con signos de torturas, seria el del cientifico y ex agente de la dictadura chilena Eugenio Berrios, desaparecido en Uruguay en 1992.
Los restos examinados, descubiertos enterrados en una playa, presentan dos impactos de bala en la cabeza.
"No cabe duda que fue una ejecucion", confio a IPS un perito del Instituto Tecnico Forense (ITF), institucion dependiente del Poder Judicial segun la cual existe "casi 100 por ciento de certeza" de que el cadaver hallado es el de Berrios.
Berrios, un ex agente de la hoy disuelta Direccion de Inteligencia Nacional (DINA) que sustento al ex dictador (1973- 1990) y actual comandante en jefe del Ejercito de Chile Augusto Pinochet, estaba requerido por la justicia de su pais desde 1991.
Se lo vinculaba al asesinato en Washington, en 1976, del ex canciller del gobierno del socialista Salvador Allende Orlando Letelier.
Una manana de noviembre de 1992, Berrios se presento ante un vecino del balneario de Parque del Plata, 50 kilometros al este de Montevideo, y luego ante la comisaria de policia del lugar pidiendo auxilio.
Sostenia que querian secuestrarlo para evitar que declarara sobre hechos que implicaban a Pinochet y a otros militares de la dictadura chilena.
Tres militares uruguayos, entre ellos el general Mario Aguerrondo, actual agregado militar de su pais en Washington, fueron implicados en el presunto secuestro.
El "caso Berrios", que habia determinado una crisis politica en Uruhguay en 1993, fue archivado en septiembre de 1995 pero a la luz de los nuevos hechos debera ser reabierto la semana proxima.
Al tiempo que en Uruguay renace ese caso, en la vecina Argentina una jueza dicto prision preventiva contra el chileno Enrique Arancibia, presunto responsable del asesinato en 1974 del general Carlos Prats, exiliado en Buenos Aires desde el golpe de Estado de Pinochet de septiembre del ano anterior.
El diario argentino Clarin revelo este fin de semana que en la epoca del asesinato de Prats tambien operaba en Buenos Aires el mayor chileno Carlos Herrera, encarcelado actualmente en su pais bajo cargos de asesinato.
Herrera daba en ese entonces proteccion a ex integrantes de los servicios de inteligencia de Pinochet, entre los cuales se encontraba Berrios, que habria sido responsable de la fabricacion de la bomba que mato a Prats.
Meses antes, distintos militares argentinos habian revelado como entre 1976 y 1978 habian ejecutado a miles de "desaparecidos".
Tambien en Paraguay resurgio recientemente el pasado represivo.
El descubrimiento en 1991 de los archivos secretos de los servicios de inteligencia de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) continua aun hoy revelando datos sobre los casos de secuestro, asesinato y tortura a opositores politicos.
Un caso aparte pero que supone tambien un quiebre de un silencio celosamente guardado por los militares de la region fue la revelacion, a fines del ano pasado, del lugar en que fue enterrado el cuerpo del guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, ejecutado en Bolivia en 1967. (FIN/IPS/rr/dg/ip/96)