Los venezolanos deberan tragar en 1996 un coctel de recesion, inflacion, caida del consumo y desempleo, como acompanante del ineludible programa de ajustes en la economia, indicaron expertos negociadores con organismos multilaterales.
"Caeran el producto interno bruto (PIB) y el empleo al disminuir los ingresos reales, pero pensamos que despues de los primeros ocho meses comenzaran a crecer", dijo Roosevelt Velasquez, jefe de la mision tecnica que negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Durante ese primer periodo critico "vamos a tener un aumento en la tasa de inflacion, pero luego caera esa tendencia", dijo Velasquez, al estimar dicha tasa entre 42 y 45 por ciento para 1996, un nivel probablemente inferior al de 1995.
En cambio, para el negociador del primer programa de ajustes con el FMI (1989), Miguel Rodriguez, "la inflacion acumulada para enero-abril de 1996 sera de 40 por ciento", vistas las medidas de ajuste que preve aplicar el presidente Rafael Caldera.
La simulacion de escenarios en el Ministerio de Planificacion, en tanto, arrojo que el ajuste producira 12 por ciento de inflacion en el primer mes de su aplicacion, enero, y de nueve por ciento el segundo mes, para luego declinar con el ano.
Esas expectativas dieron pie a la Confederacion de Trabajadores de Venezuela, central sindical mayoritaria, a plantear que se eleve el salario minimo de 123 a 170 dolares mensuales, y a que se produzca un alza general de salarios.
El gobierno acepto discutir ambas posibilidades, las cuales, en caso de prosperar, darian al paquete de medidas un sello heterodoxo, pues se trataria de un ajuste con alzas salariales.
Las restantes medidas son dictadas por el desplome de las cuentas publicas, en un marco de recesion, inflacion, caida del salario real, depreciacion de la moneda y auge del desempleo.
El gobierno solicito al FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desembolsos por unos 7.500 millones de dolares para apuntalar los ajustes, y esos organismos prepararian un "paquete rapido" de 4.500 millones, segun funcionarios del BID.
La aspiracion del gobierno es llegar a un acuerdo con el FMI antes de fin de ano para iniciar los ajustes en enero de 1996.
Como contrapartida, el gobierno instrumentaria medidas con aval del FMI, comenzando por una liberacion cambiaria que dejaria atras 15 meses de control, a una tasa oficial y fija de 170 bolivares por dolar, divisa que en el mercado paralelo se vende a 280 bolivares.
Las reservas internacionales, cuya merma explico el control en junio de 1994, cayeron sin cesar este ano y estan en un nivel critico, con menos de 5.000 millones operativas y 4.000 millones ya comprometidos.
Eso deja un minimo o inexistente "colchon de reservas", que se apuntalaria con entre 1.500 y 3.000 millones de dolares del FMI, en tanto financiamientos del BID y el Banco Mundial irian principalmente a programas sociales.
Con sus otras medidas, especialmente nuevos y mas pesados tributos, y ajustes en el gasto, el gobierno trataria de enjugar el deficit fiscal, que Rodriguez estima hasta en 10 puntos del PIB y el ministro de Hacienda, Luis Matos, entre siete y ocho.
Pero el ajuste fiscal significara para los venezolanos un impuesto a los debitos bancarios de hasta dos por ciento, un IVA lineal de hasta 18 por ciento (en reemplazo de una variante local de 12,5 por ciento) y el definitivo adios a la gasolina barata.
La esperada liberacion de precios causara la inflacion de los primeros meses, tras lo cual el gobierno negociaria un esquema de concertacion, segun el ministro de Planificacion, Edgar Paredes, y en tanto aguardan turno para liberarse las tasas de interes.
Los actuales niveles de 40 a 42 por ciento en esas tasas son considerados prohibitivos por inversionistas privados, y de hecho ha descendido el uso del credito, en tanto los bancos sostienen que con ellas trabajan en el umbral de perdidas.
Ello debido a que la inflacion anualizada bordea 50 por ciento, por lo que al establecerse "tasas de interes reales positivas" el costo del dinero treparia sobre 60 por ciento, segun economistas independientes como Francisco Faraco.
Ademas, encareceria la deuda publica interna, globalmente estimada en 20.000 millones de dolares -al cambio oficial- y un tercio de la cual la constituyen titulos de corto plazo emitidos para achicar la liquidez y financiar crisis de bancos.
El conjunto de factores lleva a la recesion aunque promotores y criticos de las medidas del gobierno admiten que, pasado el amargo trago del ajuste, debe sobrevenir la reactivacion.
Pero la recesion llegaria por cuarto ano consecutivo, y con nuevos golpes a sectores que producen abundante empleo o buenas remuneraciones, como la manufactura privada, la construccion y ciertas areas de servicios, como banca e ingenieria.
La traduccion en el desempleo es inevitable. Oficialmente se estima en 11 por ciento el desempleo abierto, pero sectores de empresarios lo ubican en 15 por ciento y los sindicatos entre 18 y 20 por ciento.
Un promedio significaria que no trabaja un millon de personas, en tanto se admite oficialmente que la mitad de los siete millones que si lo hacen laboran en el sector informal de la economia.
Finalmente, en 1996 caeria el salario real de los venezolanos por 19 anos consecutivos, segun estudios del Ministerio de Planificacion, un fardo que lleva al componente mas combustible del programa de ajustes: el fantasma de una explosion social.
En 1989, la primera medida del programa de ajustes entonces pactado con el FMI, el aumento de la gasolina, provoco alzas "salvajes" en tarifas de transporte y esto detono una semana de sangrientos desordenes, conocida como el "Caracazo". (FIN/IPS/hm/jc/if/95