Cualquier iniciativa del gobierno de Canada para otorgar a la provincia de Quebec un estatuto constitucional especial probablemente fracasara debido, entre otros factores, a los problemas entre los indigenas y los separatistas de la provincia, sostienen analistas.
La ajustadisima victoria de los federalistas en el referendo del pasado 30 de octubre, en el que 50,6 por ciento de los quebequenses opto por mantener la union con Canada, alento de cierto modo a los grupos separatistas.
Por otra parte, el ajustado triunfo fue interpretado por algunos federalistas como una demanda de cambios en la Constitucion del pais hacia una mayor autonomia de la provincia francofona, aunque no existen respuestas faciles para ninguna de las partes.
"Hare lo necesario para mantener unido al pais", prometio el primer ministro Jean Chretien tras la derrota del Partido Quebequense, que pretendia constituir a Quebec en un pais independiente.
"Ha llegado el tiempo de dar vuelta la pagina y dejar de celebrar referendos una y otra vez; ha llegado el tiempo de realizar los cambios necesarios para mantener a este pais unido", manifesto Chretien en Toronto.
Gerald Alfred, experto en ciencia politica de la Universidad de Concordia, afirmo que los derechos de los grupos indigenas constituiran un gran obstaculo si Canada intenta otorgar a Quebec nuevos derechos constitucionales.
"Nos aseguraremos de que no se conceda a Quebec un estatuto especial a menos que se trate antes la cuestion indigena, que ha estado sobre la mesa durante mucho mas tiempo que las reivindicaciones de Quebec", manifesto Alfred, un mohawk del sur de la provincia.
La oposicion entre los aborigenes y los separatistas de Quebec se debe a que aquellos consideran el reclamo de independencia como una contradiccion a su propia soberania nacional y a su condicion de propietarios legitimos de gran parte del territorio en cuestion.
Durante la campana previa a la votacion, los cree del norte de la provincia realizaron un referendo propio en el que decidieron, por abrumadora mayoria, no permitir que sus tierras fueran incorporadas a una Quebec soberana.
Alfred opino que los futuros enfrentamientos no tendran relacion con los cree, sino con las comunidades mohawk cercanas a Montreal.
"Los cree son mucho mas conciliadores (que los mohawk); nunca tuvieron una relacion violenta con Quebec como nosotros", dijo Alfred a IPS, en referencia al enfrentamiento armado de 1990 entre el ejercito y guerreros mohawk, en Oka.
Las pretensiones del gobierno federal de ofrecer a Quebec un nuevo acuerdo encontraran pronto otro obstaculo. Quebec, con 25 por ciento de la poblacion del pais y 22 por ciento del producto interno bruto, quedara pronto sin lider.
No esta claro aun quien sustituira al primer ministro de Quebec, Jacques Parizeau, quien ya anuncio su renuncia para antes de fin de ano.
Parizeau puso en aprietos a la causa separatista cuando sugirio, poco despues de la votacion, que los quebequenses "de antigua estirpe" habian perdido el referendo debido a cuestiones de "dinero y al voto etnico".
Sus comentarios fueron rechazados tanto por los federalistas como por los separatistas, y los periodicos Globe y Mail afirmaron que Parizeau "perdio su autoridad moral para hablar en nombre de todos los quebequenses".
El principal candidato a la primera magistratura de Quebec, Lucien Bouchard, lider del federal Bloque Quebequense, no anuncio aun si aceptara el nuevo cargo.
De todas formas, los separatistas estan convencidos de que el gobierno federal no realizara ninguna oferta convincente de reforma constitucional.
"Nadie nos arrastrara hacia otros 30 anos de discusiones esteriles", advirtio Bouchard, cuyo partido constituye la oposicion oficial en el parlamento federal.
Muchos observadores concuerdan en que sera dificil para el gobierno alcanzar una propuesta que logre disuadir a los separatistas. Dos intentos previos fracasaron en una epoca en que la politica canadiense estaba menos polarizada.
La no participacion del gobierno de Quebec en el proceso hara aun menos probable el exito de cualquier iniciativa del gobierno federal, segun Alfred.
Ademas, la disminucion de la credibilidad del propio primer ministro Chretien, que es objeto de constantes ataques de la Camara de los Comunes, afecta su capacidad negociadora con Quebec. (FIN/IPS/tra-en/sd/yjc/ml-lp/ip/95