Los irlandeses se manifestaron nuevamente, como en 1972, por la separacion entre el Estado y la Iglesia Catolica, al derogar este sabado en referendo la clausula constitucional que prohibia el divorcio, segun la interpretacion manejada por los analistas.
Pero los expertos advirtieron que el estrecho margen de 9.000 votos que incorpora el divorcio a la legislacion de la Republica de Irlanda, el unico pais de la Union Europea que no lo admitia, no significa el comienzo de una era de un nuevo pluralismo.
La iniciativa de anular la clausula constitucional opuesta al divorcio recibio 50,28 por ciento de los 1,6 millones de votos emitidos, sobre un total de 2,16 millones de ciudadanos inscriptos, y frente a 49,72 por ciento en contra.
Fintan O'Toole, del diario liberal Irish Times, pronostico el sabado un desenlace ajustado. "Seal cual fuere el resultado del referendo, sera un error considerarlo un punto de inflexion decisivo", dijo el comentarista.
El referendo no provocara "ni el retorno a la conservadora y segura identidad catolica ni sera un paso hacia una nueva era", predijo O'Toole.
La campana previa a la votacion "demostro un extraordinario pesimismo de los conservadores acerca del futuro, ya que esas fuerzas parecen creer que la sociedad irlandesa es tan fragil que podria ser destruida por el simple cambio de una clausula de la Constitucion", agrego.
Mientras, "el optimismo de los modernizadores se contradice con la profunda division evidenciada por la sociedad", senalo el especialista.
Los partidarios del divorcio concentraron su campana para el referendo en la reivindicacion del derecho de los miembros de parejas separadas a contraer nuevo matrimonio, y sus adversarios advirtieron el riesgo de efectos indeseados de "la cultura del divorcio".
Los irlandeses retiraron en 1972 a la Iglesia Catolica "la posicion especial" que le garantizaba la Constitucion de 1937, y ahora enfrentaron las implicaciones "concretas" del voto emitido hace 23 anos, destaco Declan Kiberd, un profesor universitario de Dublin.
Tom Glennon, redactor politico del periodico Irish Independent, caracterizo el plebiscito de "momento de definicion en las relaciones entre los politicos y la Iglesia Catolica".
Por primera vez, todos los grandes partidos se unieron en apoyo de la ley de divorcio.
Fianna Fail, el mayor partido del pais, fue oficialmente neutral en el anterior plebiscito sobre el divorcio, en 1986, aunque muchos de sus representantes en el parlamento participaron activamente de la campana contra la propuesta, que fue entonces derrotada.
Pero esta vez, el lider de Fianna Fail, Bertie Ahern, apoyo la posicion divorcista, y su decision fue aparentemente factor de triunfo del voto por SI. Ahern es uno de los 80.000 irlandeses separados que podran ahora disolver su matrimonio.
El referendo mostro un abismo entre el campo, que voto por NO, y las ciudades, donde la mayoria de los electores se pronunciaron a favor. El voto por SI triunfo solo en 16 de los 41 distritos electorales del pais.
El primer ministro John Bruton, jefe del partido conservador Fine Gael, argumento que el voto por SI resulta logico dentro de una concepcion del Estado que separa los asuntos sociales de los religiosos, y fue conciliador a la hora de evaluar el resultado del referendo.
"Debemos tomar en cuenta las preocupaciones que determinaron un vigoroso voto por NO e intentar el fortalecimiento de la familia", dijo Bruton. (FIN/IPS/tra-en/so/fn/eu ip/95)