El plebiscito realizado el mes pasado para extender el mandato de Saddam Hussein como presidente de Iraq, del que resulto una ratificacion masiva para el lider iraqui, pone en duda la eficacia de la estrategia estadounidense para voltear al regimen mediante sanciones internacionales.
Estados Unidos sostiene inflexiblemente en el Consejo de Seguridad de la Organizacion de las Naciones Unidas (ONU), la vigencia del embargo economico y comercial contra Bagdad desde el fin de la guerra del Golfo, en febrero de 1991.
Despues del golpe sufrido este ano a raiz de las sensacionales deserciones de dos yernos de Saddam -incluyendo al general Hussein Kamil Hassan, jefe del Comite de Industrializacion Militar-, el regimen parece haber recuperado su confianza.
Aparentemente, Saddam Hussein se ha dado cuenta de que fue la furiosa rivalidad que se habia creado entre Uday, su hijo mayor, y Hassan, la verdadera causa de la desercion de este ultimo, y no una cuestion relacionada con la politica gubernamental.
La arrogancia y extrema ambicion de Uday fue lo que le llevo a interferir con diversos ministerios, incluyendo el de Asuntos Exteriores, que durante muchos anos ha sido manejado por el veterano Tariq Aziz, que ademas es viceprimer ministro y miembro del Consejo de Comando Revolucionario (CCR).
El comportamiento descontrolado de Uday, que no pertenece al CCR, habia socavado seriamente el papel y la influencia de los colaboradores mas leales y antiguos de Saddam, e iban en contra de lo dispuesto por la constitucion, que atribuye al Consejo la autoridad suprema del Estado.
La decision de Saddam Hussein -cuyo cargo es, precisamente, la presidencia del CCR-, privando publicamente a su hijo Uday de la gran coleccion de coches deportivos que poseia, en la vispera del plebiscito, indica que habia extraido una buena leccion de las deserciones de alto nivel sufridas poco tiempo antes.
El resultado oficial del plebiscito -99,96 por ciento a favor de Saddam- fue lo suficientemente expresivo.
Ademas, el hecho de que tan alta cantidad de iraquies se volcaran a votar, y la invitacion a unos 500 periodistas extranjeros para presenciar el acontecimiento, dieron muestras de que el lider iraqui estaba muy lejos de una caida.
La votacion sirvio, aparte de otros fines, para desmoralizar a los opositores de Saddam Hussein que estan en el extranjero y en la region kurda, en el norte de Iraq, igualmente fuera de la jurisdiccion de Bagdad.
"El pueblo iraqui esta demasiado debil y oprimido como para rebelarse", admitio Ahmed Shalabi, presidente del Congreso Nacional Iraqui, apoyado por Estados Unidos en el exilio.
Para recompensar al pueblo por la votacion, Saddam aumento la racion de alimentos, que de todas formas no cubre las necesidades del pueblo iraqui.
Tanto la Organizacion de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentacion (FAO) como el Programa Mundial de Alimentos, han pronosticado un alto porcentaje de nuertes para el ano proximo, por efectos de la desnutricion que provocara la escasa cosecha que se espera para esta primavera.
Los malos pronosticos para la agricultura se basan en la actual falta de fertilizantes, pesticidas y repuestos para maquinaria agricola, derivada de la imposicion de sanciones en 1991.
El presidente de Emiratos Arabes Unidos, Zaid al Nayahan, ha pedido publicamente el levantamiento de las sanciones contra Bagdad, y el rey Hussein de Jordania se ha negado a cortar los lazos economicos con Iraq, enviando el mes pasado una mision para estudiar la construccion de un oleoducto entre los dos paises.
Hasta ahora, Jordania ha recibido petroleo iraqui a precios reducidos, con el consentimiento del Consejo de Seguridad de la ONU, transportado por carretera.
La cuestion de desarmar a Iraq de sus armas de destruccion masiva e instalar un sistema de verificacion internacional en el futuro, sin duda continuara ocupando la atencion del Consejo de Seguridad en los proximos meses.
Sin embargo, el asunto se ha tornado cada vez mas una cuestion tecnica, ya que Bagdad ha comenzado a cooperar de forma plena e incondicional en los ultimos tres meses.
Cuando el Consejo de Seguridad vuelva a revisar la situacion en enero de 1996, habra sobre la mesa otras cuestiones que no seran tecnicas, como los cambios politicos y diplomaticos ocurridos en Iraq y en la region. (FIN/IPS/tra-en/dh/rj/arl/ip/95
