El humo acre de las barricadas en llamas que oscurecio esta semana el cielo de Haiti indico, ademas de las crecientes frustraciones de sus habitantes, la falta de justicia y seguridad que impera en el pais.
Junto con los neumaticos y trozos de madera que bloquearon las principales calles de las ciudades del pais en los ultimos tres dias, tambien parecio disolverse en humo la politica de reconciliacion impuesta por el presidente Jean-Bertrand Aristide para retornar a Haiti con 20.000 soldados estadounidenses.
Las protestas se debieron al asesinato de un popular legislador y al fracaso del proceso de desarme por las tropas de la ONU.
Siete personas perecieron en tres dias de demostraciones, en el marco de los asesinatos de la semana pasada de dos prominentes miembros del parlamento vinculados con la Plataforma Politica Lavalas (LPP), que es leal a Aristide.
Jean Hubert Feuille y Jean Gabriel Fortune fueron asesinados, segun se cree, por opositores del presidente.
"Queremos la reconciliacion, pero los 'macoutes' piensan lo contrario", declaro un miembro de la Asociacion de Jovenes Militantes del Distrito de Port Salut, una popular organizacion del area representada por Feuille, el diputado de 31 anos asesinado.
"Feuille fue asesinado y nosotros no podemos reconciliarnos con gente que hizo semejante cosa", dijo el joven que, reflejando los perennes temores por la incolumidad personal, no dio su nombre.
Mientras el pais caribeno entraba en su segunda semana de la peor crisis politica desde que Aristide volvio al pais en octubre ultimo, organizaciones de base y funcionarios del gobierno dijeron que el acercamiento del mandatario y su movimiento Lavalas con los sectores golpistas de la sociedad haitiana podria derrumbarse.
"El concepto de reconciliacion y justicia del presidente Aristide debe ser capaz de generar algun tipo de equilibrio de modo que el pais pueda avanzar sin alguna catastrofe", declaro Yvon Neptune, una portavoz de Aristide.
"Ha estado dando demasiado a ciertos sectores que tienen dinero y apoyan el golpe. Les ha hecho la vida facil. Que han hecho para ayudar al pais y mejorar la vida de la gente? No hemos visto nada", afirmo Neptune.
Senalo que los sectopres antidemocraticos, incluidos los partidarios de la dictadura de la familia Duvalier (1957-1986) y tambien una pequena elite haitiana, a menudo empeoraron las cosas porque siguieron perpetrando actos de violencia y bloqueando el proceso electoral, asi como la institucionalizacion democratica.
"Hay gente del antiguo regimen que no quiere cambios y existen pseudo democratas que todavia pretenden la tajada de torta que les ofrecen. Esto dificulta enormemente el progreso", dijo Neptune.
En la practica, la politica de reconciliacion ha significado permitir a esos sectores, que apoyaron el sangriento golpe de septiembre de 1991, seguir presentes y activos en diferentes areas de la sociedad haitiana como los ministerios del gobierno.
De los 20 partidos politicos que inicialmente compitieron en las elecciones parlamentarias y locales de junio, la gran mayoria participo y apoyo el golpe del general Raoul Cedras.
Sin embargo, las organizaciones populares jamas aceptaron totalmente la politica de reconciliacion. Muchos la ven como un equivalente a la impunidad y una manera de bloquear las legitimas demandas populares de justicia social.
Esto ha puesto a Aristide en un equilibrio dificil este ano, porque ha tratado de conformar las demandas de su base militante, como tambien de la comunidad internacional y la oligarquia local.
"Es un gran lio", comento Harry Numa, de la Asamblea Nacional Popular (APN), uno de los mayores grupos urbanos de Haiti que primero apoyo y despues se separo de Aristide, tras la intervencion del pais liderada por Estados Unidos.
"Cuando Aristide trata de agradar a la gente, la burguesia y Estados Unidos lo presionan. Cuando quiere aplacar a los burgueses y tambien a Washington, la gente le dice que no", arguyo Numa, quien expreso que la politica de reconciliacion eventualmente deberia terminar a raiz de sus conflictivos intereses.
Para asegurarse, Aristide parece ahora estar acercandose a su base, si bien no esta claro si el gobierno haitiano tiene la capacidad o la voluntad politica para romper completamente con la comunidad internacional y los oligargas locales.
De todas maneras, el nuevo gobierno de la primera ministra Claudette Werleigh es solidamente Lavalas, un punto de partida respecto al gobierno de "concordia nacional" del ano pasado.
Ademas, con la matanza del 7 de noviembre de los diputados de Lavalas, cualquier apoyo gubernamental o popular para la reconciliacion se ha deteriorado rapidamente, En realidad, los asesinatos de Feuille y Fortune provocaron un alzamiento popular en las ciudades meridionales de Port Salut y Les Cayes, sus respectivos distritos.
El propio Aristide avivo las llamas en un extraordinario discurso cargado de rabia que pronuncio en la Catedral Nacional el sabado pasado.
Recordando al cura militante de la liberacion de fines de los anos '80, en vez del genial diplomatico urbano de sus tres anos de exilio, Aristide fustigo a la comunidad internacional por su "hipocresia".
Demando que los 6.000 soldados de la mision de la ONU en Haiti (UNMIH) hagan mas para apoyar el desarme total, una larga y discutida cuestion entre Aristide y las fuerzas internacionales, y pidio al pueblo mas participacion para descubrir arsenales ocultos.
El discurso fue entendido y recibido como un toque de clarin para una movilizacion popular en apoyo de lo que Aristide llamo "operacion desarme".
En un signo del notable vinculo existente entre Artside y las clases pobres de Haiti, la gente le respondio inmediatamente.
En Puerto Principe y otras ciudades claves del pais, miles salieron a las calles, levantaron llameantes barricadas, revisaron autos y casas para descubrir armas ocultas y, como el caso de la ciudades de Gonaives, en el oeste y Port Haitien, en el norte, clausuraron urbes enteras. Hasta los vehiculos de la ONU fueron detenidos e inspeccionados.
Tanto UNMIH como la embajada estadounidense condenaron el lunes lo que llamaron actos fuera de la ley, si bien hasta ahora no han ofrecido alguna concesion publica a Aristide.
Funcionarios gubernamentales pidieron a los demostrantes que mantengan el orden y la disciplina, pero se abstuvieron de demandar a la gente que retorne a sus hogares. (FIN/IPS/tra- en/dc/fn/ego/ip).
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