ESTADOS UNIDOS: Mano de obra barata con trabajadores cautivos

En Oregon, las autoridades de la prision informaron el ano pasado sobre ventas por mas de 4,5 millones de dolares de sus "Prison blues", pantalones vaqueros (jeans) fabricados por los convictos.

Ese proyecto fue tan exitoso que el sistema penitenciario de California esta pensando en poner en el mercado sus propios pantalones "Gangsta blues", tambien hechos por los reclusos.

De ese modo, los bienes manufacturados en prisiones, donde los convictos de muchas carceles estadounidenses ganan unos pocos (para algunos, poquisimos) dolares produciendo articulos para el masivo mercado domestico.

Robert Gangi, titular de la Asociacion de Correcionales de Nueva York, que supervisa los derechos de los presos, estimo que solo el sistema estatal de Nueva York cuenta en la actualidad con miles de reclusos que producen bienes de oficina y equipos similares.

Hace poco, las autoridades de Nueva York pusieron en el mercado jabones fabricados en las carceles y otros rubros, indicando su origen en catalogos especiales.

El diario San Francisco Chronicle informo recientemente que un 10 por ciento de los reclusos en Arizona trabajan para firmas privadas, ganando menos del sueldo minimo en Estados Unidos que es de 4,25 dolares la hora.

El conglomerado American Telephone and Telegraph (AT&T), contrato tambien a 50 presos para que vendieran productos por telefono, pagandoles apenas dos dolares por hora.

Algunos sindicatos y activistas de los derechos de los convictos estan disgustados por el aumento de mano de obra en las prisiones.

Sin embargo, funcionarios de las carceles, ansiosos de compensar los costos generados por los reclusos y animados no solo por la buena acogida del publico, sino tambien por la reaccion positiva de los presos, ahora esta impulsando proyectos de asociacion entre prisiones y empresas privadas.

Los electores californianos aprobaron el trabajo en las prisiones en 1990, cuando sancionaron la Proposicion 139 que permite a los reclusos fabricar bienes para el mercado exterior. Desde entonces, el Departamento Correcional del Estado estimo que el trabajo en las carceles genero ganancias por 1,3 millones de dolares para ayudar a pagar los costos carcelarios.

La 13a. enmienda de la Constitucion estadounidense, que abolio la esclavitud o la servidumbre involuntaria, hizo una excepcion para criminales convictos.

No obstante, sigue siendo ilegal para companias privadas reclutar trabajadores en las prisiones. Por el contrario, deben llegar a un acuerdo con los sistemas penitenciarios estatales para abrir lugares de trabajo en las carceles y dividir las utilidades con las autoridades locales.

De ese modo, las firmas instalaron puestos de ventas dentro de las prisiones como bancos telefonicos para mercadeo, instalaciones de construccion y hasta fabricas en pequena escala. Los presos, a su vez, logran adjudicarse algun beneficio mientras la mayor parte del dinero generado por su trabajo fue a las autoridades carcelarias para aliviar los costos de mantenerlos entre rejas.

No todos estan contentos que los reclusos en sustancia son mal pagados para poder seguir manteniendolos en cautiverio, mientras producen bienes con sueldos que son ilegales fuera de la carcel.

"No puedo imaginar que resulte algo positivo", declaro Mia Butzbaugh, de "Labour Notes", una publicacion sobre obreros estadounidenses. La amenaza que las companias puedan volcarse a los trabajadores presos y mal pagados puede ayudar a desalentar a los obreros norteamericanos, en general, a pedir mejores sueldos, dijo.

"Existe siempre la cuestion de que hay alguien por ahi que puede hacer el trabajo a menos precio", apunto Butzbaugh.

Algunos sindicatos, incluyendo United Automobile Workers (UAW) se quejaron que los reclusos estaban quitandole buenos empleos de ensamblaje a obreros externos. Compararon esto con las perdida de trabajos bien pagados aqui por culpa de la mano de obra en el extranjero, que trabaja a menos costo para firmas estadounidenses.

En efecto, muchas empresas que tambien han enviado trabajo al exterior, sobre todo plantas de ensamblaje, tambien ahora estan tomando ventaja del trabajo en las prisiones.

El "New Statesman and Society", una revista britanica, informo que DPAS, una firma local, cerro una planta en Mexico hace tres anos y abrio un centro procesador de datos en la tristemente celebre prision californiana de San Quintin.

"Tenemos una fuerza laboral cautiva, un grupo de hombres que tienen dedicacion y desean trabajar", declaro el propietario de DPAS, Bob Tessler. "Esto hace rentable a todo el negocio".

No obstante, los trabajadores de DPAS ganan exactamente el sueldo minimo de 4,25 dolares la hora, mucho menos que los empleados en computacion que estan en San Rafael, a un tiro de piedra de las puertas de la prision.

"Los presos deben ser pagados mejor", dijo Gangi, senalando que ningun programa laboral carcelario esta compensado a niveles comparables con el mundo exterior. "Hacen una tarea dura… Algunos reclusos piensan que eso es un despojo".

No obstante, Gangi admitio que existen numerosas razones por las cuales los programas son populares entre los propios presos.

"Muchos reclusos que participan de esos programas estan contentos. Ganan algun dinero, aprenden un oficio y los dias en la carcel pasan mas rapido", comento. El ultimo factor es el mas importante. "Siempre es bueno mantener ocupados a los presos".

Butzbaugh no estuvo de acuerdo. Recordo que en los anos '20 y '30, la ultima vez que fue legal para companias privadas reclutar trabajadores presos, hubo una idea similar de mejorar a los trabajadores ensenandoles un oficio mientras, paralelamente, se los ayudaba a pagar su periodo de confinamiento.

"Ahora, con una sola hora de recreo y "tres huelgas y estas afuera" (las reglas de la prision permanente), no hay argumento que convalide que los presos se benefician con algo", dijo. Tampoco existe la justificacion que los bajos costos del trabajo en la carcel sirvieron alguna vez, en los anos '30 y ahora, anadio.

El sistema carcelario de Oregon dio cuenta de ganancias con los jeans "Prison Blues" y otros productos vendidos por el estatal Uni Group. Sin embargo, muchos programas estatales de empresas mixtas siguen dando perdidas y emplean muy pocos reclusos.

Esto podria cambiar dentro de poco si el senador Phil Gramm, de Texas, sale con la suya. Gramm, quien hace campana para ser presidente, dijo que "deseo descriminalizar el trabajo de las prisiones en America".

El candidato derechista, si triunfa, pretende quitar las leyes que impiden a firmas privadas reclutar presos, o transportar bienes fabricados en las carceles a traves de los limites estatales. (FIN/IPS/tra-en/fah/jl/ego/lb).

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