Por primera vez en una decada los guatemaltecos elegiran el domingo su tercer presidente civil, en unos comicios que concluiran el proceso de transicion democratica iniciado por Ramiro de Leon Carpio tras la interrupcion de la institucionalidad en 1993.
Despuntaba el 25 de mayo de hace dos anos cuando el entonces presidente Jorge Serrano, del Movimiento de Accion Solidaria, suspendio el Congreso y la Corte Suprema de Justicia con el fin, segun dijo, de depurar esos organismos desprestigiados por las denuncias de corrupcion y de componendas politicas.
La bandera de la depuracion seria retomada mas tarde por De Leon, un ex procurador de los derechos humanos elegido por el Congreso para dar continuidad al periodo de cinco anos de Serrano, que habia sido destituido por un inusual movimiento civico en junio de ese ano.
De Leon impulso una "consulta popular" para que la poblacion se expresara sobre la necesidad de promover reformas constitucionales, entre las cuales el adelanto de las elecciones legislativas, que tuvieron lugar en agosto de 1994.
Aunque los magros resultados de ambos procesos (84,13 de abstencion en la "consulta popular" y 78,99 por ciento en las legislativas) no lograron consolidar el retorno a la institucionalidad, De Leon siente que ha cumplido su mision.
"He logrado fortalecer el sistema democratico institucional y prueba de ello es que estamos a escasas horas de un evento electoral democratico, libre, limpio, donde esperamos que el pueblo de Guatemala vaya a volcarse a las urnas para usar su mejor arma: el voto", declaro.
Segun la Fundacion Mirna Mack, "el proceso electoral se ha perfilado como el espacio de reacomodo de las fuerzas politicas para redisenar la transicion que quedo seriamente averiada con el golpe de Estado del 25 de mayo de 1993".
Tras la caida del presidente Jacobo Arbenz, en 1954, en una maniobra instrumentada por la agencia de inteligencia estadounidense CIA y sectores derechistas del pais, Guatemala se vio sacudida por tres decadas de regimenes militares que a su vez generaron el surgimiento de una guerrilla izquierdista.
El regreso de los restos de Arbenz a su pais natal, en octubre, simboliza para los guatemaltecos la posibilidad del retorno a la constitucionalidad perdida.
Asi lo entendieron sectores como la guerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), que por primera vez en mas de 30 anos decidio apoyar un proceso electoral.
La URNG decidio en ese sentido un cese al fuego unilateral temporal para que las elecciones se desarrollen de manera pacifica y respaldar a "alguna fuerza democratica" que aglutine a sectores populares.
Aunque la guerrilla nunca identidico a esa fuerza, todas las pistas apuntan hacia el flamante Frente Democratico Nueva Guatemala, integrado por organizaciones representativas de los indigenas mayas, sindicatos, grupos campesinos, asociaciones humanitarias y estudiantiles, entre otros.
Esa coalicion aparece muy lejana en las preferencias electorales, segun las encuestas publicadas hasta este martes.
Pero mas alla de numeros el Frente representa el resurgimiento electoral de una izquierda que habia sido aplastada por las sucesivas dictaduras militares.
El candidato a la presidencia de esas fuerzas es el economista Jorge Gonzalez del Valle y a la vicepresidencia un dirigente indigena.
De acuerdo a los sondeos de opinion, en las elecciones de este domingo, de las que surgira el ultimo presidente del siglo, el triunfo sera obtenido por alguna fuerza conservadora.
Los favoritos son el Partido de Avanzada Nacional, vinculado al empresariado moderno pero que reniega de su inicial caracter neoliberal, y luego el Frente Republicano Guatemalteco del ex dictador Efrain Rios Montt, que hoy ofrece como candidato a un hombre con pasado marxista, Alfonso Portillo.
Al futuro presidente le correspondera la esperada firma de un acuerdo de paz con la guerrilla, demorada desde 1991, y la puesta en marcha de los acuerdos resultantes de esa negociacion. (FIN/IPS/ff/dg/ip/95