De los cerca de un millon de crimenes que se cometen anualmente en Brasil, 10 por ciento esta relacionado con el trafico de drogas, igual que cerca de 70 por ciento de las 5.800 mujeres encarceladas en el pais.
La mayoria de esas mujeres "es miserable y practicaba el pequeno comercio de drogas para sobrevivir", solo algunas estaban involucradas en el narcotrafico organizado, destaco el presidente del Consejo Federal de Estupefacientes (Confen), Luis Matias Flach.
Gran parte de los presos por trafico no deberian estar en la carcel, segun Flach. Esas distorsiones, reveladas por un reciente censo de la poblacion carcelaria, son provocadas por la ley de drogas vigente desde 1976 y un nuevo proyecto elaborado por el Confen pretende corregirlas.
La propuesta, que excluye la prision para los usuarios de drogas y reduce las penas para pequenos traficantes, se elaboro con la asesoria de dos juristas del Programa de Naciones Unidas para la Fiscalizacion Internacional de las Drogas (PNUFID).
Ahora el proyecto se encuentra en manos del ministro de Justicia, Nelson Jobim, que lo examina antes de enviarlo al Congreso. Si es aprobado, reducira en hasta dos tercios la pena de algunos delitos, segun la cantidad y las circunstancias del trafico.
Esta lejos de representar la descriminalizacion del consumo, apoyada por el ministro, pero reduce las penas para el usuario, sustituyendo el encarcelamiento por medidas educativas y restricciones de algunos derechos, incluso para los que ceden pequenas cantidades de drogas a amigos.
Las restricciones pueden ser la perdida del pasaporte o de la licencia de conducir por un determinado periodo.
El proyecto crea tambien la figura del usuario-traficante, el dependiente que vende pequenas cantidades con el unico objetivo de obtener algun dinero y comprar la droga para uso propio. Su pena puede variar de dos meses a un ano de carcel, mas multa, contra un lapso de tres a 15 anos establecido en la ley actual.
Para el narcotraficante, las penas varian de acuerdo con la gravedad del delito, expresado en la cantidad y otras circunstancias, como la organizacion de cuadrillas o la practica de violencia. El proyecto mantiene la prision de tres a 15 anos, permitiendo la reduccion de hasta dos tercios por atenuantes.
La propuesta del Confen permite tambien perdonar al traficante que denuncie el grupo criminal a que pertenece y exonera de pena a los menores de 21 anos, los primarios e integrados socialmente. Pero es mas severa con los medicos que prescriban medicamentos sicotropicos controlados, sin justificacion terapeutica.
La ley actual, aprobada en 1976, coloca en un mismo plano a los consumidores eventuales y todos los tipos de traficantes, castigandolos con la carcel, considerada una escuela de criminalidad.
Si el ministro de Justicia avala el proyecto del Confen y lo envia al Congreso, su aprobacion podra producirse en algunos meses, mientras que por los tramites parlamentarios normales, puede demorar anos.
En los ultimos cinco anos, media docena de proyectos estan trabados en el parlamento y para acelerar su tramitacion, la Camara de Diputados creo una comision para unificarlos en una propuesta.
Una posibilidad consiste en que se unifiquen las propuestas del Ministerio de Justicia y la de la Camara, que tienen mucho en comun.
"La propuesta del Confen representa un avance respecto de la ley vigente, pero esta lejos del ideal", evaluo el siquiatra Dartiu Xavier da Silveira, profesor de la Escuela Paulista de Medicina.
La pena para quien trafica para consumo propio sigue siendo demasiado fuerte, con "castigo para algo que caracteriza la propia enfermedad, que es la perdida de control. Esas personas deberian ser tratadas, no penalizadas", afirmo el experto, miembro del Consejo de Entupefacientes del estado de Sao Paulo.
El comisario Edmur Luchiari, responsable de educacion y prevencion del Departamento de Narcoticos de la policia de Sao Paulo, apoya la propuesta del Confen, de reducir el castigo al usuario sin despenalizarlo.
"La ausencia de sancion seria un camino abierto para el trafico", argumento Luchiari, pero considera recomendable que se someta a la policia y a la carcel al consumidor.
"Muchos ya murieron por sobredosis porque los amigos tuvieron miedo de ayudarlo", anadio.
La ley vigente limita las opciones del juez, obligandolo, por ejemplo, a castigar a un estudiante que pasa un cigarrillo de marihuana a un colega con una pena de carcel agravada por cometer el delito dentro de un centro educativo, recordo el comisario, elogiando la flexibilidad que permitiria el nuevo proyecto. (FIN/IPS/ab-mo/ag/ip/95