CUBA: Gusanos ayer, compatriotas hoy

Los que hasta hace poco eran considerados "gusanos" o "traidores" llegan ahora a Cuba como "compatriotas", en un intento del gobierno del pais caribeno por normalizar las relaciones con la emigracion tras varias decadas de politizacion absoluta del fenomeno migratorio.

Una simple tarjeta, renovable cada dos anos, sera el unico documento que desde ahora necesitaran los emigrados cubanos para viajar a su pais natal cada vez que lo deseen.

La medida, anunciada este lunes como colofon de la conferencia "La Nacion y la Emigracion", excluye a aquellos que realicen acciones hostiles contra Cuba o tengan antecedentes penales en su lugar de residencia.

"No exigimos coincidencia ideologica y politica, solo respeto a la soberania, al pais y al pueblo", dijo el canciller cubano Roberto Robaina ante 357 emigrados que llegaron a La Habana invitados por el gobierno del presidente Fidel Castro.

Fuentes especializadas aseguran que las autoridades tratan de seguir el camino de la diferenciacion y destacan el fuerte componente economico en las oleadas migratorias de los ultimos anos de crisis.

Segun la sicologa Consuelo Martin, del Centro de Estudios de Alternativas Politicas, "presentar al grupo social de emigrados como un todo homogeneo y excluido de la nacion, fue un error asumido por mucho tiempo".

En un articulo publicado por la revista Temas, Martin destaca que "la representacion social existente en Cuba acerca del grupo migrante no contemplaba su heterogeneidad, a pesar de que aislados estudiosos la habian planteado".

A nivel oficial se identifico automaticamente a todo emigrado con los reducidos grupos del exilio que organizaron acciones terroristas, sabotajes o campanas difamatorias contra Cuba.

La costumbre de echar a todo el mundo en la misma bolsa llego a afectar a cubanos residentes en Espana o Venezuela con medidas que respondian al diferendo cubano-estadounidense y nada tenian que ver con las comunidades en otros paises.

Segun muestran las estadisticas, el fenomeno de las migraciones cubanas hacia Estados Unidos no es exclusivo de la segunda mitad de este siglo ni un producto del proceso revolucionario dirigido por Castro.

Un estudio de Blanca Morejon, experta del Centro de Estudios Demograficos, demuestra que a fines de 1906 vivian en Estados Unidos unos 15.000 emigrantes cubanos, lo que colocaba a ese nucleo a la cabeza de los asentamientos de emigrantes latinoamericanos en ese pais.

Nueve decadas despues, la comunidad cubana no es ni remotamente la mas numerosa, aunque segun los especialistas su vinculacion al conflicto entre Cuba y Estados Unidos la ha redimensionado.

Segun el censo de 1990, los latinoamericanos y caribenos representaban 43 por ciento de los extranjeros residentes en Estados Unidos para un total de ocho millones.

Poco mas de la mitad procedia de Mexico y los cubano- norteamericanos sumaban 1.043.922, de los que 19,6 por ciento eran descendientes de emigrantes.

Segun el analista Rafael Hernandez, experto en el tema, la actitud de la poblacion cubana ante los que migran comenzo a matizarse desde fines de la decada del 70, pero no es hasta los anos 90 que este fenomeno comienza a tener un reflejo real en la politica.

Fuentes oficiales cubanas aseguraron, en abril de 1994, que la busqueda de soluciones del pais con su emigracion no pueden depender mas de los vaivenes en las relaciones entre la isla y la administracion norteamericana.

Hasta ahora, los casi dos millones de cubanos que viven en unos 40 paises, debian solicitar pasaporte cubano y visa para viajar a su pais de origen, lo cual seguira vigente para los que no deseen sacar la tarjeta.

En las nuevas circunstancias, no solo se ahorraran los tramites consulares de rutina, sino que podran viajar en el momento que deseen y cuantas veces quieran sin tener que solicitar permiso a ninguna entidad cubana.

Por otra parte, el gobierno decidio ampliar las facilidadades para que los emigrados o sus familiares puedan realizar estudios superiores o de posgrado en Cuba, de forma compensada.

Jose Cabanas, funcionario de la cancilleria cubana encargado del tema, aseguro recientemente que la continuidad del dialogo con la emigracion es "un proceso que no admite saltos" y que el gobierno tiene plena conciencia de los problemas existentes.

A 16 anos del primer dialogo entre el gobierno y un grupo de emigrados, las autoridades cubanas convocaron en abril de 1994 a la primera conferencia "La Nacion y la Emigracion".

En poco mas de un ano, las autoridades aprobaron el derecho de los emigrados a invertir capitales en la isla y abrir cuentas bancarias, al tiempo que propiciaron diversos encuentros culturales, religiosos y academicos.

El presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcon, reconocio que solo falta que el gobierno de Estados Unidos elimine todas las restricciones y prohibiciones que perjudican a los emigrados cubanos en ese pais.

Pese a los acuerdos migratorios que pusieron fin a la crisis de los balseros del verano de 1994 y las salidas ilegales rumbo al norte, la administracion norteamericana mantiene la prohibicion de viajar a la isla, excepto en casos extremadamente humanitarios.

Mientras mas de 80 por ciento de los cubano-norteamericanos tienen familiares en la isla, las autorizaciones de envio de remesas solo son permitidas en casos de pago de tramites de viajes de visita o migratorios.

Timido para algunos o "nada del otro mundo" para otros, el anuncio sobre la vigencia de permiso de viaje genero gran expectativa en sectores de la poblacion y de la migracion que durante varias decadas sufrieron las consecuencias de la separacion familiar provocada por el exodo.

"Aqui el que se iba lo hacia para siempre y uno tenia que hacerse el que olvidaba a hermanos o padres porque eran considerados traidores a la patria", dice Oscar Vazquez, quien durante casi 20 anos no mantuvo correspondencia con su hermano que vive en Miami.

Para Vazquez, de 67 anos, las cosas comenzaron a cambiar a finales de la decada del 70, cuando su hermano pudo visitar Cuba varias veces, y ahora se escriben, se llaman por telefono y hasta el pudo visitar Miami el ano pasado.

"Pero uno vive pensando que cualquier problema politico entre Cuba y Estados Unidos va a echarlo todo a perder", comento Vazquez, quien ahora se arrepiente de los anos en que puso los desacuerdos ideologicos por encima de los afectos familiares. (FIN/IPS/da/ag/ip-pr/95

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